Ferrer y Bautista, los supervivientes
Los españoles pasan ronda en una jornada en la que caen Verdasco, Andújar y Torró
Llegó a Londres tras pensar en la posibilidad de no disputar el torneo. Después de someterse a una ecografía nada más comer para que los médicos pudieran explicarle por qué se sentía tan hinchado, pesado y atragantado tras cada comida desde que había perdido en cuartos de final de Roland Garros. Pese a eso, David Ferrer ganó 6-0, 6-7, 6-1 y 6-1 a Pablo Carreño en la primera ronda de Wimbledon, y se convirtió en una de las dos excepciones de una jornada de pesadilla para los tenistas de La Armada: Fernando Verdasco perdió 6-4, 4-6, 6-4 y 6-2 con el australiano Matosevic, Pablo Andújar se despidió 6-4, 4-6, 6-4 y 6-2 ante el esloveno Rola y Tita Torró se inclinó 6-4, 4-6 y 6-2 ante la estadounidense Venus Williams, como Garbiñe Muguruza ante Coco Vandeweghe (6-3, 3-6 y 7-5; la española levantó 12 puntos de partido). Roberto Bautista, sin embargo, ganó 6-3, 6-7, 6-4 y 7.5 al estadounidense Johnson
Ferrer, chupado tras sus problemas estomacales, y sin torneos de adaptación en hierba porque debió de retirarse del que iba a disputar en Holanda, sobrevivió a un partido en el que Carreño se adelantó en la cuarta manga… tras consumir 16 minutos para completar el break. Durante ese juego, el alicantino se encaró con el árbitro, que le obligó a repetir un punto que había sido un ace suyo (“¡Increíble! ¡Con lo fácil que es tu trabajo!”) y debió anclarse al césped para citarse con el ganador del Kuznetsov-Evans.
Wimbledon, sin embargo, estaba pendiente de otra cosa. El torneo se desperezó vibrando con su ídolo. Un curso después de convertirse en el primer británico en ganar en la catedral de la hierba en 77 años, Andy Murray volvió a pisar la central del torneo para enfrentarse al belga Goffin. Antes de su sólida victoria (6-1, 6-4 y 7-5) el público le dedicó una sentida ovación. La gente se puso en pie y homenajeó a un tenista que por fin fue capaz de dar descanso al fantasma de Fred Perry, su predecesor británico en la lista de ganadores del título.
“No enciendo la tele, no leo los periódicos y no me conecto a internet. Solo me concentro en jugar al tenis”, dijo el escocés, que es el número cinco del mundo, debuta en un grande con Amèlie Mauresmo como entrenadora y sabe que todas las esperanzas locales se concentran en él.
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