Los delanteros no tiraron ni una vez a puerta
El máximo rematador de la selección española es uno de los centrales, Sergio Ramos
El mundo al revés. La selección campeona convertida en un equipo desfigurado en el que el máximo rematador es uno de los centrales (Sergio Ramos), el portero suma tantas paradas como goles encajados (siete), los jugadores que más balones pierden son dos de los pasadores más fiables (Iniesta y Silva) y los que menos ven puerta son los delanteros.
A La Roja se le apagó la estrella en Brasil. El conjunto de Del Bosque perdió un poco de todo con respecto a su exitosa trilogía de Eurocopa, Mundial y Eurocopa. Perdió posesión, solidez, pase, precisión y, sobre todo, remate. De los 17,5 de media por partido que tuvo en Sudáfrica y en la pasada Eurocopa ha descendido a los 13 de media en las dos derrotas que le han costado la eliminación en este Mundial a las primeras de cambio, con siete goles recibidos y uno solo a favor, de penalti. En 2010 marcó ocho goles en siete partidos y encajó dos; en 2012, anotó 12 tantos en seis encuentros y recibió uno.
Ni Diego Costa, ni Fernando Torres ni Cesc Fàbregas han sido capaces de poner a prueba a los porteros rivales
Repasando la estadística se descubre además que en Brasil ninguno de los delanteros, titulares o recambios, han disparado una sola vez entre los tres palos en 194 minutos. Ni Diego Costa, ni Fernando Torres ni Cesc Fàbregas han sido capaces de poner a prueba a los porteros rivales. Los dos últimos ni siquiera han ensayado el disparo.
Ni Torres en 65 minutos de juego (a poco más de media hora por partido), ni Cesc, en los 17 minutos que participó ante Holanda, buscaron el gol: cero remates. Sí lo intentó Costa, con dos lanzamientos ante Holanda y tres más ante Chile, pero con escaso acierto: cero remates a puerta.
El caso del delantero hispanobrasileño es paradigmático de la pérdida de trazo de La Roja respecto a las señas de identidad que la encumbraron. Atendiendo a su brillante temporada en el Atlético (36 goles en 50 partidos), Del Bosque le reclutó como prolífica alternativa a sus nueves y falsos nueves tras superar una yinkana burocrático-administrativas de la Confederación Brasileña, pero no ha funcionado su fichaje.
Las lesiones solo le permitieron disputar un amistoso, contra Italia en marzo, antes de partir para el Mundial y las lesiones le hicieron coger el vuelo a Brasil con dudas y a última hora. En la prueba ante La Azurra, ya demostró su desubicación en el ecosistema del tiqui-taca (cuatro remates, ninguno a puerta) y tampoco mejoró en el amistoso previo al Mundial, ante El Salvador (tres remates, uno entre los tres palos, el único hasta la fecha).
Costa, la apuesta de La Roja ante el gol, solo suma un remate a portería en los 298 minutos que ha disputado en sus cuatro partidos como internacional con España. Una hoja de servicios condicionada por su inadaptación al estilo y su estado físico, que no ha justificado la apuesta.
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