El Mónaco ya no quiere a Valdés
El club decide no ejecutar el preacuerdo con el portero del Barça, que trata de recuperar su rodilla
El 12 de mayo vació su taquilla. Y en la intimidad del vestuario de la ciudad deportiva del Barcelona, en Sant Joan Despí, se despidió de sus compañeros. Víctor Valdés puso fin a doce años como portero azulgrana con una carta abierta. Nada de homenajes. Ni de preguntas. Como tampoco quiere preguntas ahora, cuando todos sus planes parecen torcerse. Avisó con un año de antelación al Barça de que no quería renovar su contrato con el club (el acuerdo finaliza el 30 de junio); necesitaba cambiar de aires y cerró un preacuerdo con el Mónaco. Solo unos meses después su rodilla crujió. Y su último partido con el Barcelona llegó antes de lo esperado y resultó ser aquel, contra el Celta en el Camp Nou, en el que su futuro empezaría a complicarse. El Mónaco ya no le quiere. Así lo publicó L'Èquipe ayer. Cuando Valdés se lesionó (rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha) el club monegasco había tranquilizado a su entorno: le querían sí o sí, le esperarían. Pero ahora ha cambiado de opinión.
Según el diario francés, el Mónaco ha congelado el fichaje de Valdés porque este (fue intervenido en Alemania y seguía allí, en Augsburgo y bajo la supervisión del doctor Ulrich Boenisch, el mismo que le operó, su proceso de rehabilitación) no ha superado el examen médico. Y donde dije digo, digo Diego. Valdés no puede comenzar la temporada y el buen nivel del actual portero, Danijel Subašic, ha llevado al club a declinar el fichaje del internacional español, que tenía varias ofertas de equipos europeos sobre la mesa. El Mónaco, que tendrá que pagar una cláusula de penalización, ya no busca un primer guardameta, sino un sustituto para Subašic, alguien que le haga competencia al croata, señalan.
Valdés trabaja en sesiones de mañana y tarde y está en permanente contacto con sus compañeros de la selección
Valdés, de 32 años, se lesionó en marzo: saltó para blocar una falta y se rompió. Fue retirado del estadio en camilla, consciente de que sus días de gloria en el club que le educó y le hizo portero se habían terminado. El tiempo estimado para su recuperación es de unos siete meses. A pesar de todo y a sabiendas de cuál era la decisión del jugador, el Barcelona le recordó que seguía teniendo sobre la mesa la misma oferta de renovación y le ofreció todo cuanto necesitase: apoyo, equipo médico, instalaciones… Ayer el club volvió a recordarle que estaba a su disposición, pero las relaciones no son las que fueron, así que será difícil que vuelvan a verle por allí. Valdés solo piensa en recuperarse —hace sesiones de mañana y tarde— y en ese Mundial al que no pudo ir: está en contacto permanente con sus compañeros de selección, no solo con los del Barça, sino también con el cuerpo técnico y con sus colegas Iker y Pepe.
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