Viaja de repesca en repesca la selección portuguesa. Así compró su ticket para el Mundial de Sudáfrica, para la Eurocopa 2012 y en lo que ya se parece a una angustia rutinaria, así también selló su pasaporte para Brasil. Y esta vez el rival de los lusos era la Suecia de Ibrahimovic, pero Portugal tiene un sol que la ilumina, Cristiano Ronaldo. El astro del Madrid marcó las cuatro dianas que metieron a Portugal en su sexta Copa del Mundo.
El mérito de su entrenador Paulo Bento fue dejar atrás las internas en el vestuario y consolidar un bloque de jugadores que se afianzaron con la camiseta lusa desde la Eurocopa 2012. Ya lo sufrió la España de Vicente del Bosque, que en las semifinales de Polonia-Ucrania tuvo que recurrir a la rueda de los penaltis para doblarle las rodillas a los muchachos de Bento. La Roja parece el karma de los portugueses, que ya los había echado de Sudáfrica con el solitario tanto de Villa en los octavos de final. Aunque, ahora, en Brasil, la selección portuguesa, sin la presión de tener una estrella tatuada en el pecho, y con Cristiano endulzado gracias a un segundo Balón de Oro en sus vitrinas, aspira a dar la sorpresa.
Bento no tiene dudas en la pizarra. El 4-3-3 es inamovible para el técnico luso. La incógnita, sin embargo, se le presenta en la delantera. No encuentra el nueve. Probó con Postiga y con Almeida, y hasta con Rafa de falso nueve, pero no dio en la tecla. Y tiene claro que a Cristiano no le gusta estancarse en el área, prefiere el madridista la banda izquierda para dar rienda suelta a sus galopadas, acompañado por Nani en la otra orilla. En el medio tiene rock y pausa. Al lírico Veloso, lo arropan Meireles y Moutinho. Y en la retaguardia se sabe que Pepe y Alves de centrales, más João Pereira y Fabio Coentrão en las alas, son una fija. Camaleónico el fútbol de Portugal. A veces, retórico gracias al toque de sus medios; otras eléctricos, envalentonados por sus extremos; siempre punzante, con la insaciable sed de gol Cristiano.
Peleará CR7 por su pase a los octavos de final con la Alemania de su excompañero Özil, en el grupo G. Estados Unidos y Ghana cierran un cuarteto de riesgo. Sin presiones extras, llega Portugal a Brasil, bajo el sol de Cristiano.
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