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“¡La Décima es nuestra!”

Miles de aficionados rojiblancos se concentran en Neptuno en un ambiente festivo y sin altercados para celebrar un campeonato que ha tardado en llegar 18 años

Felipe Betim
Miles de aficionados del Atlético celebran la Liga en Neptuno.
Miles de aficionados del Atlético celebran la Liga en Neptuno.VICTOR LERENA (EFE)

Al principio eran unas docenas los creyentes que se dejaron caer por los alrededores de Neptuno. Minuto a minuto, fieles al mantra del partido a partido, se multiplicaron por cientos y al final por miles, conforme avanzaba la final con el Barcelona y el sufrimiento ponía a prueba a los hinchas rojiblancos más fieles. El gol de Godín liberó a la masa que, además de aprender a sufrir, ha aprendido a ganar. "¡A ganar y ganar y ganar, como decía Luis Aragonés!", gritaba Anselmo. De su mano, Rodrigo, su hijo de 5 años, se empapaba del ideario atlético. "¿Qué eso del Pupas? ¡Si nosotros ganamos siempre!", razonaba la criatura, para la que aquella fama de equipo perdedor es un fantasma desconocido. Y para su padre, "grascias al Cholo", del pasado.  

Después de 18 años sin ganar la Liga, con el doblete liderado por Pantic en la temporada 1995-96 en el imaginario colectivo, el Atlético actualizo por fin sus campeonatos domésticos. Hasta que por fin se produjo, algunos evitaban mirar la pantalla de la televisión en los bares cercanos al dios del tridente. Otros, se comían las uñas. Hasta qué se acabó. Y la celebración empezó como una explosión. Algunos minutos después, a las 20.00, Neptuno ya se encontraba llena de miles de aficionados. Una marea rojiblanca en su máximo esplendor.

"El Atlético ha ganado su décima Liga como solamente es capaz: con dos lesionados de la talla de Diego Costa y de Arda Turan, remontando un gol en el Camp Nou... Sufriendo, las victorias saben mejor. Porque al final ganamos, a eso no renunciamos", se moría de alegría Emilio, en éxtasis tras casi dos décadas sin una Liga que llevarse a la boca.

"Es mi primera Liga. No sé cómo explicarlo... ¡Es simplemente increíble!", resumía David que, por tener 20 años, no se acordaba de la última Liga ganada. "Nos merecíamos después de una temporada tan buena como esta. Y ahora, ¡la Champions!", decía Lara, de 18 años.

Algunas familias participan de la fiesta un poco más alejadas. Pero celebraban el triunfo de la misma forma. "Da igual que gane o que pierdas... ¡Es el Atleti!", dice Carlos, que festejaba el campeonato con su hija en los hombros. "Era un grito que estaba dentro... ¡Pero el Atleti nunca se rinde!, afirmaba Enrique, de 49 años y acompañado también de su hija.

"¡La Décima es nuestra!", jaleaba al otro extremo de la plaza Manuel, uno de esos seguidores del Atlético que durante años sumaban decepción tras decepción. La fiesta del Atlético con su hinchada se celebrará este domingo a partir de las 20.00 en Neptuno. El club no tiene previsto acudir en principio a realizar la tradicional ofrenda floral a la Catedral de la Almudena ni realizar las visitas protocolarias al Ayuntamiento -frente a la estatua de la diosa Cibeles, símbolo madridista- ni a la sede de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol. Estas últimas podrían realizarse el lunes, aunque el cuerpo técnico prefiere centrarse lo antes posible en la final de Champions del próximo fin de semana.

La celebración tenía su ironía: el Madrid busca lograr su décima Copa de Europa el sábado que viene en la Final de la Champions de Lisboa precisamente ante el Atlético. De hacer doblete, el conjunto rojiblanco se proclamaría por primera vez campeón continental, justo 40 años después de la aciaga derrota contra el Bayern de Múnich tras el gol de Schwarzenbeck (en el desempate días después el equipo alemán arrolló 4-0). "Lo vamos a conseguir, es el mejor homenaje a Luis Aragonés", decían convencidísimos Ángel y Dubi, amigos y vecinos de toda la vida residentes en la ribera del Manzanares. "A unos pasos del Vicente Calderón, nuestra segunda casa... ¿O era la primera?", reían.

Mientras, Adrián recordaba cómo la victoria ante el Barça en el Camp Nou coincidió en el tiempo con otra fecha imborrable en las mentes y corazones rojiblancas: el Atlético de Simeone rompió con una década de fatalidad frente al Real Madrid al ganar la Copa del Rey al plantel de José Mourinho en el Santiago Bernabéu. Un año después, la hazaña se repitió en el templo azulgrana.

Todo en un ambiente festivo y de compadreo rojiblanco marcado por una alegría desbordante y buenos ánimos. Por si acaso, la Policía Nacional había desplegado más de 400 antidisturbios en previsión de posibles altercados. Mientras la euforia de miles de gargantas de atléticos gritaba enfervorecida al dios Neptuno, icono colchonero, los nueve grupos de las UIP no hizo falta. La fiesta acababa de empezar. A las 21.30 andar era una misión imposible. A esa hora prendieron también algunas bengalas. La fiesta tanto tiempo esperada no tenía pinta de tener fin.

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Sobre la firma

Felipe Betim
Nacido en Río de Janeiro, ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Escribe sobre política, temas sociales y derechos humanos entre otros asuntos. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la PUC-Río y Máster de periodismo de EL PAÍS/Universidad Autónoma de Madrid.

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