El clásico interminable

Con la imponente presencia de la Catedral del Duomo como testigo y escenario, se presentó esta mañana en Milán un clásico monumental. La segunda semifinal consecutiva en la Final Four de la Euroliga entre Madrid y Barcelona, la tercera de la historia. El enésimo pulso entre los dos grandes del baloncesto español que desde hace tiempo chocan siempre en la pelea por todos los títulos.

La de Milán será la sexta Final a Cuatro de la historia para los blancos (desde que se implantara este formato en 1988), la tercera en los últimos cuatro años. El conjunto azulgrana peleará por el título europeo por decimocuarta ocasión, quinta en los últimos seis años, en los que solo se ha perdido la edición que se celebró en Barcelona en 2011. El Madrid busca la Novena. El Barça, la tercera.

El conjunto de Laso llega a la cita con la congoja de haber apurado hasta el match point ante Olympiacos, pero también con el mejor expediente de la competición con 24 victorias y cinco derrotas (ante CSKA, Bayern y Zalgiris en el Top 16 y las dos del playoff ante el conjunto griego). La temporada pasada, a Olympiacos le bastó un balance de 22-9 para proclamarse campeón de la Euroliga (14-8 el año anterior con un formato más corto de competición). Los de Pascual se clasificaron con solvencia derrotando al Galatasaray 3-0. El técnico azulgrana persigue su undécimo trofeo como entrenador del Barça (suma una Euroliga, tres Ligas, tres Copa y tres Supercopas).

En los 15 clásicos previos a la llegada de Laso, el balance era de 13 victorias del Barça por tan solo dos del Madrid

En Milán, Pablo Laso buscará el que sería el sexto título en su tercera temporada al frente del Madrid (cuenta con una Liga, dos Copas y dos Supercopas). En la década comprendida entre 2001 y 2011, antes de su llegada al banquillo del Madrid, los blancos solo incorporaron a sus vitrinas tres trofeos. El técnico vitoriano ha logrado colocar a su equipo en la fiesta del baloncesto europeo por segundo año consecutivo, circunstancia que no sucedía en el club blanco desde las ediciones de 1995 y 1996, esta segunda con Laso como jugador madridista en su única Final Four sobre el parquet. Entonces, el Madrid de Zeljko Obradovic llegaba a París con la escarapela de campeón de Europa, tras la conquista del curso anterior en Zaragoza, pero esta vez sin su tótem Sabonis. Cayeron los blancos en semifinales ante el Barça de Karnisovas (76-66). Nadie imaginaba aquel día que el capítulo continental de la enciclopedia madridista -la más laureada con ocho Copas de Europa- se pasaría tres lustros languideciendo, con apenas dos títulos (la Eurocopa de 1997 y la Copa ULEB de 2007) hasta que en 2011 los blancos volvieron al gran escenario continental.

Como ocurriera en la pasada edición y en la de 1996, el clásico dejará a blancos o azulgrana en el camino. Hace un año, en la semifinal de la pasada Final Four en el O2 de Londres, Felipe Reyes y Sergio Rodríguez decantaron el pulso a favor del Madrid en el tramo final (67-74). El pívot, con 17 puntos y cinco rebotes, y el base con 12 puntos, nueve asistencias y una gran defensa sobre Navarro superaron la producción de la pareja formada por Marcelinho (19 puntos) y Tomic (18 puntos y 12 rebotes). Todos ellos repetirán en Milán, pero mientras el Madrid apenas cuenta con tres piezas nuevas (Darden, Bourousis y Mejri por Carlos Suárez, Begic y Hettsheimeir), el Barça realizó una auténtica revolución en su plantilla el verano pasado con cinco fichajes (Pullen, Papanikolau, Nachbar, Dorsey y Lampe) y la incorporación del canterano Hezonja.

El Real Madrid busca su noveno título de la Copa de Europa. El Barcelona, el tercero

Condenados a enfrentarse, blancos y azulgrana se han medido en duelo directo en las dos últimas finales de Liga, en las cinco últimas ediciones de la Copa —cuatro finales (2010, 2011, 2012 y 2014) y el cruce de cuartos de 2013—, en las últimas cinco Supercopas —tres finales (2009, 2012 y 2013) y dos semifinales (2010 y 2011)—, y en la semifinal de la pasada Euroliga. En los 15 clásicos anteriores a la llegada de Laso al banquillo del Madrid, en verano de 2011, la contabilidad entre los dos grandes reflejaba 13 victorias del Barça por tan solo dos del conjunto blanco. Desde que el técnico vitoriano tomara posesión del cargo, los dos equipos se han enfrentado en 23 ocasiones en las que el pulso marca un 13-10 para los madridistas, con un 5-3 también favorable a los blancos en la suma de títulos en este tramo.

El siguiente capítulo del pulso interminable tendrá lugar este viernes en el Mediolanum Forum de Milán.