Tarjeta roja al sentido común

El pasado sábado en Girona, el sentido común vio la tarjeta roja. Transcurría el minuto 58 del partido de la 38ª jornada de Segunda que enfrentaba al equipo local con el Real Madrid Castilla cuando Llorente, central del filial madridista, chocó con Tato, delantero albirrojo, en la pugna por un balón aéreo. Ambos cayeron conmocionados sobre el césped de Montilivi, aunque tras ser atendidos se reincorporaron al juego. Sin embargo, apenas dos minutos después, Llorente se tambaleó y volvió a desplomarse. Advirtiendo la gravedad de la situación, a pesar de recibir la negativa del cuarto árbitro y con el balón en juego, Julio de la Morena, médico del Castilla, entró corriendo a atender a su jugador al grito de “¡Para el puto partido!”. Mientras salvaba la emergencia usando la cánula de Guedel para evitar que el jugador se tragara la lengua y se asfixiara, el colegiado del partido, Jesús Muñoz Mayordomo, se le acercó para decirle un escueto: “estás expulsado”.

Diego Llorente, con un traumatismo craneoencefálico, pasó la noche del sábado en observación en el hospital Josep Trueta de Girona y no se reincorporará a los entrenamientos de su equipo al menos hasta el jueves. Muñoz Mayordomo (de 29 años, del Colegio Castellano-Manchego y debutante en la categoría tras un año de rodaje en 2ªB) ventiló el episodio con un burocrático anexo en el acta del partido: “expulsé al médico por dirigirse al cuarto árbitro a voces (...) y entrar al terreno de juego sin mi autorización (...)”. El Madrid, entre el estupor y la indignación, se plantea denunciar al colegiado y espera que se retire la sanción a su doctor.

“Por encima de la normativa está el sentido común y por encima de todo está la vida”, señala Antonio Jesús López nieto, excolegiado internacional y miembro en la actualidad del Comité de Árbitros. “Después de un episodio así están los comités para corregir algunas actuaciones. Respetando la independencia de sus decisiones, si le quitan la sanción al médico nosotros estaremos contentos”, añade apelando al sentido común, al tiempo que achaca la sanción a la inexperiencia del árbitro, que se niega a hacer declaraciones. “Conforme a la regla actuó bien, pero hay una evidente falta de experiencia en el manejo de la situación”.

Llorente chocó con un rival y quedó conmocionado. Poco después se desvaneció

A pesar de episodios como el de este sábado, López Nieto no es partidario de matizar el reglamento. “No se pueden redactar y articular todas las contingencias que pueden ocurrir en un terreno de juego. Lo que tiene que primar es el sentido común sobre el exceso de celo”. Corrobora el excolegiado con dos ejemplos que vivió en primera persona. El primero, cuando como espectador en La Rosaleda de Málaga vio a Guruceta detener un partido crucial en la lucha por el descenso para que los camilleros cruzaran el campo y evacuaran a un espectador que había sufrido un infarto. El segundo, con él como árbitro principal, en un Espanyol-Numancia en 2001, cuando por primera vez en la Liga y aprovechando los accesos y las pistas de atletismo del estadio de Montjuïc una ambulancia accedió hasta el mismo terreno de juego para atender de emergencia a Oscar García Junyent que sufrió un desvanecimiento en pleno partido. Aquello quedó en un susto. Lo de Llorente, también por la diligencia del médico del Castilla.

El central, de 20 años, debutó la temporada pasada en el primer equipo con Mourinho y también ha contando este curso para Ancelotti. “Menos mal que todavía hay personas que anteponen la salud de los jugadores por encima de todo”, publicó en su cuenta de Twitter el jugador el domingo como mensaje de agradecimiento a su médico.

Muñoz Mayordomo, que recibió este lunes la llamada del presidente del Comité de Árbitros, Sánchez Arminio, está “aturdido por verse en las noticias” según cuentan en su Federación. Su insensible aplicación del reglamento se suma a la sanción de 2.000 euros que en febrero recibió Jona, delantero del Jaén, por enseñar el mensaje de “Ánimo pequeñines” en su camiseta como apoyo a los niños con cáncer. La multa fue retirada por aclamación popular. Cuestión de sentido común.