La Liga que rompe todos los pronósticos

Los analistas más avezados se equivocaron de costa a costa. Nadie previó una Liga como esta, sacudida por la imprevisibilidad de las últimas jornadas, cuando los grandes caen contra modestos que no se juegan nada (el Atlético ante el Levante en el Ciutat de València la semana pasada, 2-0) y también contra los pequeños tratando de sobrevivir (el empate del Madrid el miércoles en Zorrilla frente al Valladolid, 1-1). La resistencia del Atlético hasta el final, tanto en la Liga como en la Champions, ha roto todas las previsiones.

Se ha esfumado la Liga a la escocesa, como se pensaba por analogía del dominio abusivo del Celtic y el Glasgow Rangers con el de los dos gigantes españoles, el Madrid y el Barça, imponiendo su músculo financiero (más de 500 millones de presupuesto cada uno). Eran los tiempos en los que el entonces presidente del Sevilla, José María del Nido, ahora en prisión, instaba a los demás equipos a enviar a los juveniles para jugar en el Camp Nou o en el Bernabéu porque no había nada que hacer contra ellos.

Tras alcanzar la final de Champions, rojiblancos y blancos han aflojado

Cuando restan dos jornadas, el Atlético (88 puntos) y el Barça (85) dependen de sí mismos —el azar les reserva una cita en el Camp Nou en la clausura de la Liga el día 18—, mientras que el Madrid (84) cree haberse despedido en Pucela azotado por un cansancio que le cayó de golpe. Los tres han llegado exhaustos al final del campeonato, castigados por un calendario casi inhumano, hasta unos 60 partidos acumulados para los más fuertes que sumaron las participaciones en la Liga, la Copa del Rey, la Supercopa de España, la Champions y las citas con las respectivas selecciones.

Al sumar todas las competiciones, el Atlético es el que ha sobrecargado más peso sobre sus futbolistas titulares: ocho de ellos han disputado más de 4.000 minutos: Courtois, Juanfran, Gabi, Godín, Miranda, Koke, Diego Costa y Filipe Luis; en el Madrid solo hay cuatro que superan la barrera de los 4.000: Pepe, Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo y Benzema; mientras en el Barça, el equipo que más ha rotado, solo hay uno: Busquets.

Los jugadores de los tres equipos, repletos de internacionales, están sugestionados por la inminente disputa del Mundial de Brasil, que comienza el 12 de junio. Cuanto más se acerca, más les atormentan la fatalidad de las lesiones. El menos castigado de los tres ha sido, curiosamente, el Atlético de Madrid, a pesar de contar con menos fondo de armario y de que su entrenador, Diego Simeone, haya recurrido a un número más acotado de jugadores. Pesa la potencia motivadora del entrenador y el efecto casi demiúrgico de su preparador físico, el profe Óscar Ortega. El propio cuerpo técnico rojiblanco se sorprende de las pocas bajas (Manquillo y Mario Suárez de cierta gravedad) que han sufrido por este motivo.

Los azulgrana pasan del "borrón y cuenta nueva" a "aprovechar esta oportunidad"

Las lesiones fueron golpeando al Barça de manera progresiva, la más grave la del portero Víctor Valdés, una rotura de ligamentos de la rodilla que le ha privado de la fase decisiva, también de la Copa del Mundo. Neymar, Alba y Piqué han padecido sucesivas dolencias, se perderán el choque frente al Elche el domingo en el Martínez Valero y son duda para medirse el último día al Atlético en el Camp Nou.

En el Madrid, salvo Khedira (lastimado también de la rodilla a principio de curso) y Arbeloa (la rótula), el resto de las molestias han aparecido más al final, manifestándose de lleno en Zorrilla: Pepe, Di María y Cristiano sufrieron dolores mientras Bale y Dani Carvajal ni siquiera participaron. Aquejado por una tendinitis, Cristiano ha llegado al límite al final del curso. También los centrocampistas (Xabi Alonso, Modric y Di María) por el sobreesfuerzo de jugar con tres delanteros tan lanzados como Bale, Cristiano y Benzema.

Martino es el que más ha rotado: solo Busquets ha pasado de 4.000 minutos

El Atlético y el Madrid se cayeron justo después de haber alcanzado la cima de la final de la Liga de Campeones, que los reunirá en Lisboa el día 24, tras haber eliminado al Chelsea y al Bayern en las semifinales, respectivamente. Hubo un efecto psicológico de descompresión. El foco principal se había desplazado a Lisboa y la Liga pasó a un segundo plano, sobre todo para los madridistas, que, obsesionados con La Décima, encadenaron dos empates seguidos en el torneo doméstico (ante el Valencia en el Bernabéu, 2-2, y el de Valladolid).

El cuerpo técnico de Simeone se asombra de las pocas bajas sufridas por lesión

El Barça aflojó mucho antes, habiendo interiorizado que estaba inmerso en un cambio de aires, preparando ya la próxima temporada. De repente, el conjunto azulgrana ha pasado del "borrón y cuenta nueva" de Xavi Hernández tras empatar en casa ante el Getafe (2-2) al "hay que aprovechar esta nueva oportunidad" de ayer de Messi. "Esto nos da otra mentalidad. Ha sido una inyección de moral", abundó ayer Pedro, conjurados los azulgrana a través de un asado comido el pasado miércoles en torno a la figura ahora recuperada del entrenador, Gerard Tata Martino, por mucho que todos sepan que el director deportivo, Andoni Zubizarreta, se reunió con Luis Enrique para sustituir la próxima temporada al técnico argentino.