Un plan sólido con o sin Falcao

El día que a Radamel Falcao se le rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, Colombia sufrió un esguince de corazón. El delantero, alma y estrella de la selección cafetera, se lesionó el pasado 22 de enero en un partido de la Copa de Francia entre el Mónaco y el Chasseelay y desde entonces, previo paso por el quirófano, pelea contrarreloj por llegar al Mundial con el apoyo moral de 47 millones de colombianos que sueñan con que su equipo de fútbol retome la leyenda que inició a principios de los años 90 del siglo pasado. “Llegará a tiempo, pero con solo cuatro meses y 19 días de recuperación tendrá limitaciones y no estará al cien por cien”, anunció a mediados de abril el cirujano que operó al Tigre.

Con o sin Falcao, la selección colombiana llega a Brasil con un plan sólido trazado por el argentino José Pekerman y un elenco de jugadores contrastados que hacen carrera en Europa. Dieciséis años después de su última aparición, Colombia regresa al Mundial en la que será su quinta participación y lo hace tras completar la mejor fase de clasificación de su historia (concluyó segunda en la zona sudamericana con 30 puntos, a dos de Argentina). Inició el camino con Leonel Álvarez en el banquillo, referente del histórico equipo de Pacho Maturana, que en Italia 90 firmó una memorable participación cayendo en octavos de final ante Camerún. Pero tras los titubeos del exinternacional tomó el relevo de la pizarra Pekerman (alcanzó los cuartos en el Mundial de 2006 al frente con la selección argentina) que, en poco tiempo, armó un bloque solvente en defensa, equilibrado en medio campo y vertiginoso en ataque.

Talentos emergentes como los de Cuadrado y James Rodríguez, de 25 y 22 años respectivamente, dan vuelo por las bandas a una idea futbolística que aúna el tradicional gusto por el toque y la posesión con la rapidez y contundencia rumbo al gol. Cuadrado, excelso regateador y polivalente como extremo o carrilero diestro, se ha exhibido en el Fiorentina italiano colocando su nombre en las agendas de los grandes europeos. James Rodríguez, jugador revelación de la liga portuguesa en 2012, dejó el Oporto para acompañar a Falcao en su aventura francesa y en el Mónaco ha lucido su zurda privilegiada y su pegada voraz. A ellos se unen piezas como las de Teófilo Gutiérrez (River Plate), Quintero (Oporto) y Guarín (Inter) que dibujan un equipo con orden táctico, sentido estético y orgullo reivindicativo.

El día que se quebró la rodilla de Falcao, se torció algo más que su articulación, pero superado el shock nadie en Colombia renuncia rememorar en Brasil la actuación de la legendaria generación de Higuita, Valderrama, Leonel, Rincón y compañía. Con la idea y el grupo por encima de las individualidades, las alternativas de Pekerman para suplir al Tigre no son poca cosa. Ahí aparecen Jackson Martínez, referente del ataque del Oporto, y Carlos Bacca, una de las revelaciones de la Liga en el Sevilla. Colombia abraza, 16 años después, la pasión mundialista. Grecia, Costa de Marfil y Japón serán sus rivales en la primera fase.