Nishikori y Giraldo, dos finalistas inesperados
Nico Almagro perdió ante el colombiano y no habrá un español en la final por primera vez desde 1996
La euforia con que Nico Almagro concluyó su victoria sobre Rafael Nadal en los cuartos de final del Open Banc Sabadell acabó por jugarle una mala pasada al murciano. En las semifinales, el último jugador español que quedaba vivo en el cuadro no fue capaz de desplegar todo el potencial de su juego y se fue desmoronando hasta perder de forma irremisible contra el colombiano Santiago Giraldo, 68º mundial, por 7-5, 6-3 en una hora y 26 minutos. A Almagro le pesó excesivamente la responsabilidad que había asumido al derrotar al manacorense. Sabía que estaba ante la oportunidad de su vida para ganar el torneo barcelonés. Y su brazo se encogió y su cabeza se nubló y su bola no tuvo ni la velocidad ni la precisión del día anterior. En la final (16.00, Tdp), Giraldo se enfrentará al japonés Kei Nishikori, que derrotó a Ernests Gulbis por 6-2, 6-4. Una final inédita e inesperada.
La derrota de Almagro deja el torneo del RCT Barcelona sin españoles en la final por primera vez desde 1996, cuando el austríaco Thomas Muster superó al chileno Marcelo Ríos. En los últimos 11 años siempre había ganado el torneo un tenista español. El último campeón extranjero fue el argentino Gastón Gaudio, que se impuso al leridano Albert Costa en la final de 2002. "No tengo nada que reprocharme", indicó Almagro, que entró en la sala de prensa con dos muletas y cojeando por un problema en la planta del pie izquierdo que, según dijo, notó en el último punto y que le mantendrá alejado unos cuantos días de las pistas. "Él ha creído en su tenis más que yo y ha mantenido un nivel de aciertos altísimo. Yo, en cambio, tuve errores en mis oportunidades". Almagro ha tenido lesiones este año en el hombro, el cuádriceps de una pierna y una inflamación en el talón que le impidió jugar en Montecarlo.
Él ha creído en su tenis más que yo y ha mantenido un nivel de aciertos altísimo. Yo, en cambio, tuve errores en mis oportunidades" Nico Almagro
A los 26 años, Giraldo llega en Barcelona a la final más importante de su carrera profesional. Hasta ahora, el colombiano solo había alcanzado la última ronda en el torneo de Santiago de Chile en 2011, cuando perdió frente a Tommy Robredo. La de Barcelona era su tercera semifinal de esta temporada. Las dos anteriores las perdió en Viña del Mar (ante Mayer) y en Houston (ante Verdasco). La colonia de colombianos que viven en Barcelona, una de las más numerosas, tendrá motivos de celebración porque hasta ahora, ninguno de sus compatriotas había llegado tan lejos en el torneo barcelonés. La historia del tenis en aquel país estaba marcada por Pato Álvarez (ex entrenador de Emilio Sánchez Vicario), Jairo Velasco, Iván Molina y Mauricio Hadad.
En la pista, Giraldo se mostró como un jugador sólido y rápido, dispuesto a luchar hasta el último aliento para defender su suerte. Almagro, en cambio, nunca pareció en disposición de aprovechar sus oportunidades. Las tuvo y muchas. Prueba de ello es que solo transformó uno de los siete break-points de que dispuso. La muestra más flagrante de su falta de confianza, fue que en un momento tan decisivo como el 15-30 del último juego, tiró fuera una bola muy fácil a media pista que podía haberle dado dos bolas de break y podía haber cambiado el rumbo final del partido. Esta vez la presión le pesó en exceso a Almagro, mientras que Giraldo jugó siempre tranquilo sabiendo que estar en semifinales era ya un auténtico regalo.
Giraldo y Nishikori se han enfrentado cinco veces. El japonés ha ganado en cuatro ocasiones, entre ellas la única vez que se han enfrentado en tierra batida en la primera ronda de Roland Garros en 2010.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.