Eterno Magne

Cada vez que abría la boca descubría dos grandes hileras de dientes acompañadas, con frecuencia, de una profunda carcajada. Era la sonrisa, el buen humor y el rostro amable de la vela. Un hombre, en palabras de muchos que le conocieron y compartieron experiencias profesionales y personales con él, de una categoría excepcional. Por eso, el 21 de abril de 2013 cayó como un mazo la noticia de su fallecimiento. Magnus Olsson (Estocolmo, 1949) tenía 64 años. Por esos días se encontraba en Puerto Calero, un hermoso paraje de Lanzarote. Allí instruía a las chicas del SCA, el equipo que participará en la próxima edición de la Volvo Ocean Race con una tripulación íntegramente femenina. Magne, como le conocían sus allegados, sufrió un infarto cerebral casi fulminante. Poco después moría en un hospital español, rodeado de familiares y amigos.

Se marchaba uno de los personajes más representativos de la Vuelta al Mundo. En seis ocasiones (solo una menos que su compatriota Roger Nilson, récord de la regata) circundó el planeta a lomos de un barco. Era lo que había soñado desde que se criase en Bromma y comenzase a ensayar en las aguas del lago Mälaren. También desde que sus padres adquirieron una casa en Haverdal, en la costa oeste de Suecia, y aprendiera en OK Dinghy, Trapez y 505s. Después de exhibir su talento dio el salto a la Copa América, en 1976. Lo hizo con 27 años, persuadido por las explicaciones del navegante Pelle Petterson. Fue tan solo la antesala a un reto de mayor altura: la Volvo.

La edición de 1985-1986 supuso su estreno. Entonces formó parte del Drum, capricho de Simon le Bon, líder del grupo Duran Duran. Concluyó en tercera posición. Después vinieron las aventuras con el The Card (quinto en la 1989-1990), Intrum Justitia (segundo en la 1993-1994), EF Language (ganador en la 1997-1998), Assa Abloy (segundo en la 2001-2002) y Ericsson 3 (cuarto en la 2008-2009).

Pese a alcanzar la cima en 1998, bajo las órdenes del histórico Paul Cayard, fue en su última participación en la que vivió uno de los momentos más gloriosos de su carrera. Entonces, como patrón, se adjudicó la manga más larga en la historia de la regata, entre Qingdao (China) y Río de Janeiro (Brasil). Su barco había llegado tarde a la salida a causa de una avería que le obligó a hacer una parada reparadora en Taiwán. A la cola, Olsson atendió la propuesta de Aksel Magdahl. El joven redomendó hacer una maniobra inesperada hacia el norte. Desconcertó a sus adversarios y cruzó el Cabo de Hornos en primer lugar. El movimiento fue decisivo. El Ericsson 3 cruzó vencedor la meta. Recorrió 12.300 millas náuticas en 40 días.

“Él era mi inspiración, como lo fue para muchos otros”, apunta el director de la Volvo, el noruego Knut Frostad. “Magnus era la Whitbread. Éramos buenos amigos, pero eso era normal. Todo el mundo era su amigo”, describía Grant Dalton al enterarse de su muerte. “Era increíble a la hora de comprender a los demás. Creía tanto en la gente que era capaz de convencerles de que creyeran en sí mismos, que aspiraran a alcanzar sus sueños más aventureros. Por este motivo, Mange era y seguirá siendo la definición de la Volvo”, destacaba su compañero Richard Mason. “La mejor persona que jamás he conocido, uno de mis mejores amigos y uno de los mejores navegantes que han existido. Era un hombre único que transmitía energía, humor y cariño a todos los que le rodeaban”, describe Richard Brisius, director del Team SCA.

El equipo sueco fue el último reducto en el que dejó huella Olsson. Allí, en Lanzarote, pasó sus últimos días. Anteriormente ya había sufrido otros dos infartos, pero los médicos desvincularon este último, el terminal. Se iba un marinero extraordinario. Un hombre eterno para el mundo de la vela.

VÍDEO: Magnus Olsson: 1949-2013