“Tengo más muñeca que cuerpo”
Olga Doménech, capitana del CN Sabadell, habla sobre la final four europea en la que hoy se mide al Orizzonte Catania
Olga Doménech (Sabadell, 1988) es la capitana del CN Sabadell, que esta tarde abre el fuego de la final four europea de waterpolo femenino contra el potente equipo italiano del Orizzonte Catania (Teledeporte, 19.45 h). Estudiante de criminología, menuda y zurda, ha levantado 2 Copas de Europa, 8 ligas y 9 Copas. Lleva 12 años nadando en Can Llonch y sorprendentemente no juega en la selección.
Pregunta. ¿Qué le ha dado el waterpolo y el CN Sabadell?
Respuesta. Una familia, el Sabadell es mi otra casa. Me gustaba el agua y nadar y por eso empecé. El waterpolo significa equipo, ayuda en el agua, generosidad, valores que te ayudan a formarte como persona. Ante somos un equipo pero tenemos la suerte de que nos llevamos bien, aunque siempre hay piques, claro, como en toda familia.
P. Extraña que la capitana del dream-team del waterpolo femenino español no juegue en la selección que ha ganado el Mundial y es plata olímpica. ¿Tiene una razón?
R. No, no sé por qué. Estuve 2 días entrenando con ellas y no creo que se puede valorar si una jugadora es válida o no en tan poco tiempo. La rabia que tengo, entre comillas, es no haber tenido la oportunidad de ganarme el sitio. Solo eso. Pensé que no iba porque soy muy pequeña y tomé batidos, gané masa muscular, aumente de peso y… tampoco. Yo no creo que tenga que estar en el equipo nacional porque sí, pero como mínimo creo merecer la oportunidad de estar en la preselección, para demostrar si sirvo o saber al menos qué debo hacer para estar. Quiero pensar que no voy porque mi juego no gusta. Por mucho que la gente me diga que tengo nivel sé que no soy de las mejores pero no me han dado la oportunidad de ganármelo. También me dicen que es posible que como hay 6 jugadoras en la selección que son del Sabadell que alguna has de descartar porque si no sería toda la Selección del CN Sabadell. Yo lo que sé es que todas las que están lo merecen y me alegro de sus éxitos como si fueran míos. Sólo que me gustaría que me dieran la oportunidad de ganármelo.
P. ¿Y lo de que es rebelde?
R. En categorías inferiores decían que era bastante antinormativa, un poquito rebelde, pero no sabía ni donde estaba, tenía 15 años y no era muy consciente. Entrenaba, pero era un poco vaga y hay gente que piensa que quizá sea por eso, pero ahora soy otra, se por qué entreno, soy consciente de mis limitaciones, sé que he de trabajar más porque soy muy delgada, tengo más muñeca que cuerpo. Todas las que están se lo merecen, todas. Empiezo a perder la esperanza, pero seguiré intentándolo. Nunca he tirado la toalla y disfruto de éste deporte
P. ¿Se siente maldita?.
Lo de no ir a la selección es una espina. Empiezo a perder la esperanza, pero seguiré intentándolo”
R. Si, llevo muchos años trabajando para estar en lo más alto y ahora que se empieza a conseguir todo por lo que luchamos, no estoy. Bueno, estaba en la Picornell, claro, y lo celebré en la grada. Pero queda la espinita de no vivir un momento como este con el bañador puesto.
P. ¿Razona cómo ha llegado el waterpolo femenino a este nivel?
R. Creo que además de por la apuesta que se ha hecho, por la consciencia de las jugadoras. Cuando yo empecé todo era un poco más desestructurado. Cambiamos hábitos, nosotras las primeras y cogimos conciencia y empezamos a creer que podemos ganar. Recuerdo que la primera vez que salimos a Europa, fuimos a ver qué pasaba y nos pegaron unas palizas que no sabíamos ni por donde salir del agua. Poco a poco dejaron de ganarnos de 20 y vimos que podíamos, y eso nos ayudó a dar el empujón de coger responsabilidad y tomárnoslo en serio. Todas hemos tenido ganas de decir, hasta aquí, me voy, nunca vamos a llegar a nada pero mira, aquí estamos... No me veo haciendo otra cosa.
P. ¿Cómo mantienen la competitividad si en Liga se pasean?
R. Cuesta, la verdad. Ahí el trabajo de Nani [su entrenador] es súper importante. Nosotras siempre nos estamos quejando, siempre llorando aunque luego somos las primeras que nos ponemos a currar y lo damos todo pero siempre le lloramos buscando romper rutinas de entrenamientos. Especialmente después del mundial porque hubo un poquito de dispersión, por el tema de que la gente estaba muy liada, con entrevistas... de subidón, nos juntamos en Port Aventura, corriendo con karts… esas cosas que hacen grupo y que, normalmente, son más agradables que pasarnos tres horas entrenando
P. ¿Por qué dejó a Pili Peña levantar la Súpercopa en Rusia?
R. Primero, porque todas estaban de acuerdo y segundo, porque Pili es especial, mi apoyo número uno, la que más se preocupa por todas y especialmente por mí. Es la que me despierta y me levanta cuando me falta autoestima a nivel de juego, cuando ve que no lanzo como se, o que me falta defensa, ella siempre está ahí. Nunca la vimos lesionada y se rompió el tendón de la mano pero viajó con nosotras a Rusia porque es fundamental en el grupo. Cuando ganamos le dije, “Pili, ya que no has podido jugar, ¿te apetece levantar la copa?”. Me miró, se le empezaron a caer las lágrimas y me preguntó: “¿De verdad harías eso por mí?". ¡Y yo por Pili, hago eso y mucho más!.
P. ¿Están listas para ganar la tercera Copa de Europa? ¿Pesa jugar en casa?
R. Estamos listas para competir. Va a ser un partido duro, son un equipazo, pero lo vamos a pelear. Jugar en casa es un aliciente. La situación es muy distinta al año que ganamos la primera. Entonces nadie daba un duro por nosotros y ahora parece que todo lo que no sea ganar no vale. Pero esto es deporte y las italianas son muy buenas. De momento, el objetivo es llegar a la final.
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