Ancelotti y las carencias
El técnico insiste en que a la plantilla del Madrid le faltan volantes para evitar sobresaltos
Carlo Ancelotti tiene fama de torpe entre los directivos del Madrid. En el vestuario, sin embargo, quienes conviven con el técnico confiesan que si por algo se equivoca es por su desmedido intento de complacer al palco, ya que las cuestiones tácticas las ve venir con antelación. Así, el martes, Ancelotti reunió a los jugadores en el descanso en el Westfalenstadion y dijo que debían liquidar la eliminatoria en los primeros 20 minutos de la reanudación. De otro modo, les advirtió, el Dortmund los pondría en un aprieto muy grave. “Ahora nos van a dejar jugar un poco más”, dijo el italiano, señalando que, tras el esfuerzo de la primera parte y el 2-0, los alemanes congelarían el partido y reservarían las piernas para el asalto final. Sucedió exactamente así.
Los primeros 20 minutos de la segunda parte fueron el momento de mayor participación de Isco, Bale y Benzema porque el Dortmund cedió el balón y esperó atrás. Solo hubo un desajuste. Ocurrió en una jugada en la que Carvajal y Coentrão subieron como extremos. Coentrão no le ofreció línea de pase a Di María y el argentino se vio incapaz de aguantar la presión de Mkhitaryan, que le robó la pelota, provocando un contragolpe coordinado. Saltaron Reus, Lewandowski y Grosskreutz y, de pronto, el Madrid se abocó al desastre. Solo Pepe y Ramos cubrían la portería. Si desbordaban a Alonso, se quedarían cuatro contra dos. Era gol seguro así es que Alonso hizo la falta táctica. Derribó a Mkhitaryan y se resignó a la expulsión pues ya tenía una amarilla. El banquillo se quedó perplejo cuando el árbitro, Damir Skomina, perdonó la segunda amarilla. En los corrillos del viaje de regreso los jugadores se felicitaron por el extraño juicio del colegiado. Todos pensaron que les había salvado de la ruina.
El preparador blanco lamentó que sus delanteros demostraran tan poco coraje
Ancelotti cree que Benzema y Di María fueron los menos decepcionantes de sus jugadores en esta fase de cuartelillo del Dortmund. El francés fue el único de los atacantes que, por su manejo de los tiempos, dio ventajas en esos primeros 20 minutos. La tregua acabó en una jugada que Mkhitaryan finalizó estrellando el balón en un poste, después de un contragolpe. Entonces ocurrió algo inolvidable. Jürgen Klopp saltó de su asiento como un resorte y le hizo una señal a Hummels. El central palideció antes de cumplir la consigna: adelantó la línea 30 metros y apretó al Madrid contra su área. Tal y como había predicho Ancelotti, fracasado el intento de meter un gol, al Madrid le tocaría sufrir. Se sucedieron cinco ocasiones claras y Casillas salvó la eliminatoria en última instancia. Isco y Bale no volvieron a aparecer hasta los últimos minutos, con el Dortmund desfondado por el cansancio.
El cuerpo técnico del Madrid regresó decepcionado. Ancelotti nunca imaginó que su defensa sería tan vulnerable a las triangulaciones de este Dortmund y lamentó que sus delanteros demostraran tan poco coraje. En la expedición recordaron que para encuentros así había querido Ancelotti a futbolistas como el lesionado Khedira, Arturo Vidal, o Verratti. El técnico achaca los problemas a la confección de la plantilla, que carece de volantes de jerarquía. En el club aseguran que el presidente, Florentino Pérez, responsabiliza de todo al entrenador. Pérez se ha pasado las últimas semanas mandándole mensajes a través de intermediarios para que dé más cuerda a Illarramendi o a Isco.
Para encuentros así había querido a Khedira, Vidal o Verratti
Una de estas personas que actúan de nexo entre la cúpula y la caseta se acercó a Ancelotti tras el final del partido en Alemania y le preguntó abiertamente que por qué, en lugar de Illarra, no había puesto a Isco de titular como media punta por detrás de Di María, Benzema y Bale.
Dicen en el vestuario que al oír semejante disparate Ancelotti hizo una mueca de resignación y dio media vuelta. Después de haber visto hundirse al equipo ante el Celta, con Isco entre los centrocampistas, no necesitaba experimentar. Mucho menos en el Westfalenstadion.
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