Nadal: “Llego a la tierra en una situación de privilegio”

Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros. Desde el 13 de abril, cuando arranca el torneo del Principado, Rafael Nadal defiende en sus templos de tierra el número uno mundial frente a Novak Djokovic. A punto de cumplir los 28 años, el mejor tenista del planeta se enfrenta de nuevo a la agotadora experiencia de conservar los puntos, el ránking y la leyenda de tenista titánico a través de una primavera rebosante de peligros. Es una tarea hercúlea. Veneno para la cabeza y el cuerpo. ¿Dónde está el límite? ¿Cuándo se secará la fuente que riega la ambición del mejor tenista de la historia sobre arcilla?

Los primeros partidos del torneo de Miami jugué a un nivel bastante positivo

“Creo en la sana ambición”, explicó el campeón de 13 grandes durante la presentación de su acuerdo como imagen del banco Sabadell. “La ambición desmesurada es mala en cualquier cosa. Es importante tener la ambición de estar lo suficientemente feliz con uno mismo, y conseguir eso quiere decir que uno se ha esforzado al máximo. Cuando llegue el momento en el que no tenga esa ilusión, esa ambición de seguir jugando, y aparezcan ambiciones de hacer otras cosas, será el momento de hacerlas. En estos momentos, me siento feliz con lo que hago. El tenis no es para toda la vida... pero espero tener esta oportunidad muchos más años todavía”, subrayó antes de analizar el inicio de su gira favorita. “Llego en una situación de privilegio”. “Tengo ganas de tener la sensación de preparación, de esfuerzo, de seguridad. Espero encontrar esas cosas en los entrenamientos y en Montecarlo. Hice un inicio de temporada bastante bueno. Lo que ocurrió en el Abierto de Australia [derrota en la final con una lesión de espalda] quizás distorsiona lo que podía ser un principio de año fantástico. Ha sido bueno”. Y entonces, justo antes de pisar su territorio de caza preferido, recordó: “La historia sirve poco para el presente”.

El partido de semis me hubiera podido dar ese plus que necesitaba para llegar a la final

El presente es que Nadal viene de perder por doble 3-6 la final del Masters 1.000 de Miami ante Djokovic. El serbio dominó todas las áreas del juego frente al español, sin chispa. Para el número uno el traspié se explica también porque a la escalera le falta un escalón. Cuando el mallorquín se sienta a analizar qué ha pasado para que Nole le gane sin grandes esfuerzos concluye que ha faltado una etapa en el tradicional ‘in crescendo’ con el que afronta los torneos. Que el salto de nivel que media entre el partido de cuartos (Raonic) y el del título (Nole) es demasiado grande como para afrontarlo sin el paso intermedio de las semifinales (Berdych, su rival, se dio de baja por gastroenteritis). Que si el serbio es capaz de darlo (Nishikori, su contrario, tampoco está en las semifinales por lesión) es porque viene rodado de ganar en Indian Wells y porque compite en su mejor superficie.

“Los primeros partidos del torneo de Miami jugué a un nivel bastante positivo, contra rivales que me dieron ritmo”, recordó. “Luego, viene un Raonic que es muy incómodo para cualquiera, que uno sabe que va a depender de unas cuantas bolas para que salga bien, y en los últimos 15 o 20 minutos di un salto de calidad”, añadió. “El partido de semis me hubiera podido dar ese plus que necesitaba para llegar a la final. No lo competí. Si lo hubiera hecho, es verdad que a lo mejor no hubiera llegado a la final… pero de haber ganado habría llegado mejor preparado. El otro [Djokovic] viene rodado sobre su superficie favorita, en la que se siente más cómodo, en la que yo le he conseguido ganar cuando estaba al ciento por ciento… y en Miami aún quedaba dar un paso de nivel adelante. No había conseguido ese plus para ganar a un rival como Novak estando en forma”.

De aquí a junio, el combate entre los dos mejores tenistas del mundo sigue en la tierra.