La intuición del campeón
Márquez, a quien hace un año su equipo le impidió correr con el neumático duro, insistió en Catar: fue el único en llevarlo y ganó
Si algo define a los campeones es el coco: su capacidad para evadirse de la presión, para buscar los límites, y también para tomar decisiones. Cuando Marc Márquez se levantó el domingo del gran premio de Catar de 2013 una idea le rondaba la cabeza. No encontraba él grandes dificultades para hacer trabajar bien los neumáticos en aquella pista, habitualmente con poco agarre, normalmente sucia, más en aquellos días en los que se cubría de arenilla y polvo por el fuerte viento y la construcción de un estadio a pocos metros del circuito de Losail. No entendía tanto remilgo por parte de sus nuevos rivales de MotoGP, que se quejaban de las condiciones de la pista y de las gomas que tenían. Llegaban a la conclusión de que no se podía correr con el compuesto más duro. Él, sin embargo, no era tan categórico. Y el domingo por la mañana dijo a su equipo que quería correr con ese neumático prohibido, el duro. No le dejaron. Era un novato. Aquel era el día de su estreno en la categoría reina y no tenía ninguna necesidad de arriesgar tanto. Allá donde fueres haz lo que vieres, dice el refrán. Y él consintió.
La historia cambió ligeramente este pasado fin de semana, de vuelta en Catar. Marc Márquez ya no es el novato que era. Ahora es el campeón del mundo. Y ha confirmado todo aquello que se intuía de él en las categorías inferiores. Su gente le conoce bien, más ahora que ha recuperado a los tres mecánicos que integraban su equipo de Moto2 con los que fue campeón en 2012. Por eso cuando este domingo pidió que le cambiaran el neumático blando que llevaba montado en su Honda por el duro, que tampoco había elegido nadie más esta vez, no tuvieron más remedio que confiar en él. Al igual que el año anterior, se habían sucedido las críticas al escaso agarre de la pista (algo mejor esta vez) y la poca tracción que ofrecían los neumáticos (ligeramente más duros todavía que los de 2013); además, era el neumático extra blando de las motos open con el que más fácil salían los tiempos. Pero igual que entonces, no encontraba Márquez grandes diferencias entre la goma dura y la blanda, es más, con la más blanda tenía problemas a la salida de las curvas, patinaba y no lograba acelerar bien. Además de él, solo Pedrosa, el otro piloto oficial de Honda, concedía que no sería imposible hacer la carrera con la goma dura. Pero fue Márquez el único que optó por correr con un compuesto diferente, arriesgándose a equivocarse. “Cuando he cambiado algunos me miraban mal”, recordaba el domingo por la noche. Pero no se equivocó. No le dio tanta superioridad como quería en las últimas vueltas de la carrera, pero fue suficiente. En 2013 se subió al podio. En 2014, ganó.
En 2013 pidió correr con el duro, pero su equipo no le dejó. Era la carrera de su estreno en MotoGP
Y ganó, también, a pesar de haberse pasado un mes lesionado, de haber estado casi un mes y medio sin subirse a una moto. Ganó y estaba cojo. Buscaban los pilotos oficiales explicación al porqué de sus dificultades para hacer un buen tiempo este fin de semana y recurrían al mismo argumento: ellos (Lorenzo, Pedrosa, Rossi…) estaban realizando un test de neumáticos en Australia mientras el resto se entrenaba en Losail. Sus rivales habían dado unas 60 vueltas por día durante tres jornadas en aquel mismo circuito cuando ellos rodaban en Phillip Island (antepenúltima cita del año). Márquez no estuvo ni en Australia, ni en Catar. Pero ganó la carrera. “Ha peleado como un león”, le reconocía Lorenzo.
Este lunes, tras la primera victoria del año, se marchó desde Doha a Kuala Lumpur (Malasia) para asistir a la gala de los Premios Laureus del deporte, que se entregarán este miércoles. El piloto español está nominado como deportista revelación.
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