Javi Fuego, goleador inesperado

El Valencia de Pizzi toma cuerpo a medida que pasa el campeonato, cada vez más estructurado, aunque se le puede quedar corto a falta de nueve jornadas para el final. Justo lo contrario le sucede al Villarreal, tan fresco en la primera vuelta y tan desinflado en la segunda (suma cuatro partidos sin ganar, castigado por la baja forma de sus jugadores clave, ayer sobre todo Uche y Giovani pese al gol del mexicano en el último tramo, en el único remate a puerta del conjunto de Marcelino en todo el encuentro). Todavía les separan seis puntos a favor de los castellonenses, pero la dinámica de ambos equipos invita a pensar en una llegada al final muy ajustada en la pelea por una plaza europea.

Acostumbrado al trabajo oscuro, invisible para la mayoría, Javi Fuego, de 30 años, reclamó su momento de gloria pasada la media hora. Un disparo con el exterior del botín derecho: efecto de fuera a dentro y pegado al palo derecho de Asenjo. Ese tiro premiaba la ambición del Valencia en el primer periodo, la presencia alternativa cerca del área de sus tres mediocentros (Javi Fuego, Keita y Parejo), órdenes de Pizzi, para acompañar a un Alcácer sin participación con la pelota. Sorprendió la ubicación de Keita casi en la media punta, jugando de espaldas a la portería contraria, incómodo pero necesario para incordiar a la zaga amarilla.

La elección en el lateral derecho del técnico Marcelino, el zurdo Jaume Costa, para cubrir la baja de Mario, resultó fallida. Costa nunca pudo, ni siquiera a hachazos, con la velocidad y el quiebro de Fede Cartabia. Este además contaba con el refuerzo supersónico de Bernat. El Valencia cargó su juego por esa orilla izquierda, siempre dirigido por el pase de seda de un Parejo sobrado, muy por encima de Bruno y de Pina en la medular.

El partido se frenó pasado el cuarto de hora, con la lesión del portero Diego Alves, al caer mal tras blocar un centro desde la derecha del Villarreal. Salió el Valencia del choque y entró el Villarreal a partir de la presencia de Oliver Torres, que ocupaba el centro a la mínima ocasión por mucho que Marcelino lo hubiera relagado a la banda derecha.

El choque se volvió áspero —João Pereira, siempre pendenciero, rozó la expulsión tras sus malos modos con Cani— y el Valencia volvió a dominarlo, con Javi Fuego de goleador inesperado. En el segundo tanto solo hubo de embocar la pelota desde la raya de gol después de un tiro de Mathieu. Relegados Jonas y Vargas al banquillo, Pizzi demostró dos cosas: que no le gustó nada su actuación la semana anterior en Anoeta; y que no se casa con nadie. A Vargas solo le dio unos minutos y el chileno ni siquiera entró en el ritmo del partido.

La segunda parte transcurrió llena de imprecisiones, sin fluidez por ninguna de las dos partes, dejándose llevar el Valencia por su ventaja y sin respuesta el Villarreal. Marcelino retiró a Óliver por Aquino y a Uche por Perbet, pero el alma amarilla siguió desteñida. A pesar de que João Pereira complicó la vida del Valencia en los últimos cinco minutos. Desde la posición defensiva de lateral derecho, envió un pase al centro de su propia área, donde Giovani agradeció el regalo marcando de primeras, en el primer y único remate a puerta del Villarreal en todo el encuentro. Pobre bagaje ante un Valencia con muchas ganas de seguir creciendo.