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Jesé, el héroe del vestuario

El canterano del Madrid, lesionado de gravedad en la rodilla derecha, se ganó la admiración de sus compañeros y de su entrenador por su habilidad para resolver partidos

Diego Torres
Jesé cae lesionado por la acción de Kolasinac.
Jesé cae lesionado por la acción de Kolasinac.Denis Doyle (Getty Images)

La merienda en el hotel Atlantic de Essen fue lúgubre. Los jugadores del Madrid se concentraban para dirigirse al último entrenamiento antes de enfrentarse al Schalke en la ida de los octavos de la Champions, hace tres semanas, cuando la noticia ya se había instalado en la expedición. “Parecía que se había muerto alguien”, dijo un jugador, para explicar el ambiente que se respiraba en las mesas que reunían al equipo. Ancelotti había decidido que Gareth Bale fuera titular en lugar de Jesé Rodríguez.

El joven jugador fue decisivo cuando el equipo todavía era titubeante

El héroe de los telediarios no siempre es el héroe del vestuario. Sobre el Real Madrid, el equipo más examinado del planeta por telediarios y programas de telerrealidad, pesa una nube de propaganda magistralmente dirigida desde los órganos de la institución. Una niebla que mezcla héroes auténticos con próceres artificiales y que el vestuario, como una depuradora, filtra de forma inmediata. Los profesionales son los primeros en determinar qué es lo fácil y qué es lo difícil, quién es el valiente y quién se esconde, quién sobresale en las estadísticas y quién se destaca cuando las cosas de verdad se complican. El núcleo duro del vestuario del Madrid no dudó en señalar al verdadero auxilio del equipo cuando la cuesta se puso más empinada, entre diciembre y febrero. A ojos de la mayoría, el hombre providencial fue Jesé. Por eso lamentaron su suplencia en Alemania y por eso se preocuparon tanto cuando el martes por la noche supieron que se había roto el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y que se perdería el resto de la temporada.

El canario enganchó al equipo a la Liga con el tanto de la victoria en Mestalla

Los futbolistas son recelosos por naturaleza. Desconfían de Bale por su salario de 11 millones de euros netos y desconfiaron de Jesé porque goza del apoyo especial que el presidente, Florentino Pérez, reserva a los canteranos. Al principio los veteranos lo miraron con suspicacia. Meneaban la cabeza cuando detectaban sus formas aparentemente arrogantes, esa insolente seguridad en sí mismo, y esos tatuajes que parecían desafíos, como el que reza, en grandes caracteres, que “el talento no se copia”.

Jesé conquistó el respeto de sus compañeros en el campo. Cuando el Madrid todavía era un equipo titubeante que no había encontrado ni un esquema de juego. Mientras Bale se reservaba argumentando extrañas lesiones y problemas de puesta a punto. El gol de la victoria en Mestalla, en un partido agónico (2-3), señaló el inicio de la pequeña gesta. Muchos hinchas lo han olvidado pero sus colegas saben que sin ese gol se habrían quedado a siete puntos del Barcelona y del Atlético antes de las Navidades. El canario, de 21 años, enganchó el equipo a la Liga y regresó de las vacaciones en plenitud. Marcó el único gol del Madrid en Bilbao (1-1), y fue decisivo en las sucesivas eliminaciones de Copa ante Osasuna (desató la jugada del gol en el 0-2 de la ida), Espanyol (anotó el 1-0 final en la vuelta), y Atlético (su obra cumbre fue el 2-0 de la ida). Total: ocho goles y cuatro asistencias.

Gráfico del ligamento cruzado de Jesé
Gráfico del ligamento cruzado de JeséEL PAÍS

A veces los entrenadores no hacen exactamente lo que quieren. Dicen en el club que Carlo Ancelotti siempre consideró que Jesé era mejor que Bale. Si no lo alineó en Gelsenkirchen, explican, fue porque consideró que la debilidad del Schalke propiciaría la rehabilitación de Bale, y rehabilitar a Bale era una prioridad estratégica. El Madrid se había gastado alrededor de 100 millones de euros en el fichaje del galés y Florentino Pérez y los ejecutivos del club venían lanzando mensajes al técnico sugiriendo la necesidad impostergable de amortizar la inversión del único modo posible: dándole minutos de juego, promoviendo su lucimiento, y, finalmente, convirtiéndole en incuestionable.

El mejor canterano blanco de los últimos años

Jesé es el mejor canterano del Madrid que se asienta en el equipo en 15 años. Considerando los precedentes su caso es excepcional. Sin embargo, en lugar de convertirse en motivo de felicidad, su aparición generó alarma. Primero, porque el deficiente estado físico de Bale propició un contraste inesperado, y luego porque el novato demostró ser técnicamente superior. Así lo entendió Ancelotti. Para el entrenador, Jesé mejoraba a Bale “un poquito” en todo. Mostraba más recursos en la definición, era más inteligente en el juego asociativo, y se mostraba físicamente más resistente, cuestión que le permitía ser más generoso en las ayudas defensivas. Los defensas y los centrocampistas, que observan críticos la tendencia de Bale a quedarse descolgado esperando que le arrimen la pelota, apreciaron especialmente esta virtud.

La única duda que inspiró en Ancelotti estribó en su carácter

La única duda que inspiró Jesé en Ancelotti estribó en su carácter. Mientras que Bale había demostrado comportarse como un profesional disciplinado y cuidadoso tras su consagración, el técnico italiano no estaba seguro de la reacción de Jesé después de triunfar y firmar su primer gran contrato. El muchacho desprendía un asombroso aplomo de figura: actuaba como si se creyera el mejor jugador del mundo y eso no dejaba de ser inquietante a ojos de la autoridad. De ahí las palabras de Ancelotti el martes, tras conocer la lesión: “Nos sentimos tristes pero hay que pensar que puede ser un momento importante para Jesé si es capaz de aprovecharlo para mejorar su carácter”.

Bale es un profesional disciplinado, mientras Jesé parecía creerse el mejor del mundo

Jesé se convirtió en el jugador número 12 del Madrid de Ancelotti. Un instrumento quirúrgico con potencial para reventar partidos en las segundas partes y con capacidad para jugar en cualquiera de las tres posiciones de ataque. Fue fundamental para sostener al equipo en pleno invierno, hasta encarrilar su trayectoria en las tres competiciones. También fue el autor del único gol del Madrid al Barcelona esta temporada (en el 2-1 en el Camp Nou). Su entrenador le reservaba para los duelos decisivos. Sus compañeros cruzan los dedos para no tener que echarle de menos.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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