El clásico de Neymar y Martino
La salida de Rosell aumenta la vulnerabilidad de los iconos ante la dependencia de Messi
Avalado por su capacidad competitiva, expresada en la última Liga, se continúa discutiendo el alcance de la renovación estructural que necesita el Barça para mantenerse como uno de los mejores equipos del mundo desde la partida de Guardiola. Apenas ha habido cambios en la plantilla (Alba, Song, Neymar) en contraste con la inestabilidad institucional (Rosell, Bartomeu) y del banquillo (Vilanova, Roura, Martino). Aunque la salida de Tito fue provocada por un cáncer contra el que pleitea de manera convencional y con métodos alternativos, hay un dato irrefutable con vistas al clásico del domingo: los personajes hoy más discutidos del barcelonismo son precisamente dos de las últimas novedades y por tanto supuestamente capaces de reactivar al colectivo, el entrenador Martino y el delantero Neymar.
Ahora mismo hay serias dudas sobre la continuidad para la próxima temporada del entrenador de Rosario. Ni siquiera tener un contrato firmado hasta 2015 es garantía de que siga porque el acuerdo se puede rescindir por ambas partes hasta el 31 de mayo. Las últimas informaciones apuntan a que en junio abandonará el club y se planteará la posibilidad de entrenar a la selección de Argentina. Acostumbrado a la interinidad, Martino entiende que no tiene ninguna necesidad de garantizar hoy su compromiso con el club cuando en juego están los distintos títulos que pueden condicionar precisamente su futuro. Tampoco a la directiva le interesa una declaración de fidelidad al técnico. El plan es ir partido a partido hasta mayo, y el próximo será decisivo para la Liga y puede que a la larga afecte al contrato de Martino.
El brasileño está en la diana por su aportación, pero es valiente en la cancha
Las dudas empiezan por la alineación del Barça. La sensación es que jugará con los cuatro centrocampistas (Xavi, Busquets, Cesc e Iniesta) y con Neymar. Así ha procedido en las citas más exigentes y ha obtenido buenos resultados. La fórmula permite al equipo un mayor control de partido y un mejor repliegue defensivo para evitar la contra del rival a cambio de perder profundidad y agresividad. El sacrificio de Pedro y Alexis va inicialmente contra la cultura de juego del Barça, porque tanto el canario como el chileno atacan la espalda de los centrales y enfrentan a los mejores laterales como Marcelo. Los buenos registros de ambos y la recuperación de Messi, así como el protagonismo de Cesc, han jugado últimamente en contra de Neymar, en el punto de mira de la crítica al igual que Martino.
Al inicio de la temporada, Neymar respondió estupendamente al papel de agitador y revulsivo por el que fue fichado en una operación que ha acabado en la Audiencia Nacional. Ya decisivo en la Supercopa, le marcó un gol al Madrid en el Camp Nou y fue protagonista de la primera fase de la Champions con partidos relevantes como el del Celtic Park. El encaje con el equipo pareció más sencillo que congeniar con Messi. Muchos de los brasileños se han arrancado desde el margen izquierdo en el estilo Barça. Ya pasó con Rivaldo y con Ronaldinho. No se sabe qué ocurrirá con Neymar, discutido por su aportación y, sin embargo, valiente en la cancha, siempre dispuesto a desafiar y a regatear, enamorado del Barça desde el famoso 3-7-0 que plantó Guardiola en la final del Mundial de Clubes de 2011.
Dudas de Martino
Neymar, estrella de Brasil y proyecto de excelente jugador en Europa, fue fichado precisamente para despertar al equipo y ayudar a Messi después de la tunda ante el Bayern Múnich. La situación del Barça ha empeorado desde entonces en la Liga, torneo en el que Martino ha mezclado más a los futbolistas y a veces ha confundido a su propio equipo con la estrategia y los cambios, acostumbrado a manejarse en instituciones más pequeñas (Newell’s y Paraguay) y de juego diferente por muy admirador que sea del Barcelona. Incómodo e incomodado, respetuoso con el plantel y sus jerarquías, el técnico ha ido perdiendo seguidores porque no ha sido capaz de explicar cuál era su papel y compromiso después de denunciar, al regreso de la goleada de Vallecas, que en el Barça hay una crisis cada semana.
El Tata, incomodado e incómodo, respetuoso con el plantel, ha ido perdiendo seguidores
La última noticia, difundida por ESPN, asegura que el entrenador elaboró en octubre una lista de ocho posibles fichajes. Habrá que aguardar al sábado para conocer su respuesta. La vulnerabilidad de Martino, y también de Neymar, ha aumentado curiosamente a partir de la salida de la presidencia de Rosell, el valedor y fichador tanto del entrenador como de la figura de Brasil. Y ya se sabe que la junta que ahora preside Bartomeu ha marcado distancias respecto al proceder de Rosell, expresadas en el cambio de asesores jurídicos y de portavoz en detrimento de Toni Freixa. Listo para gobernar después de la moción de censura contra Joan Laporta, la presidencia le llegó a Rosell con el pie cambiado porque no es lo mismo mandar después de la decadencia de Rijkaard y Ronaldinho que con la gloria de Guardiola.
Las crisis parciales se suceden y encadenan sin solución, seguramente porque en el consejo conviven y alternan directivos de pensamiento opuesto, con el riesgo de que la entidad sea víctima de una crisis total. El equipo ha sostenido a menudo al club, ahora más que nunca, por más unidades que pierda progresivamente (Thiago, Valdés, Puyol) por decisiones personales, no corporativas, como pasó con Guardiola.
A punto de viajar a Madrid, el Barça está donde lo dejó el técnico del Bayern. El éxito depende de la motivación del entrenador y del equipo, cosa relativamente fácil en citas como la del Bernabéu, y más complicada en torneos regulares y peleados con la inanición como la Liga. Intrusos y sospechosos al margen, lo único que no cambia es el hilo conductor del relato: el fenómeno Messi.
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