_
_
_
_

Una goleada para reflexionar

El Barça, liderado por Messi e Iniesta y con Pedro y Alexis de titulares por Neymar y Cesc, se pone las botas ante Osasuna (7-0) camino del clásico frente al Real Madrid en el Bernabéu

Ramon Besa
Alves, Tello, Pedro y Messi celebran un gol.
Alves, Tello, Pedro y Messi celebran un gol.VICENS GIMÉNEZ

A Martino le costará calzar a Neymar para el clásico del domingo en Chamartín. No se sabe muy bien qué piensa el técnico ni tampoco qué le conviene al Barça después de su exhibición ante Osasuna. Nada nuevo si se atiende al discurrir del equipo en la Liga. Ha habido mucha confusión con la alineación y con el fútbol desde que se instó a mezclar el juego asociativo con el directo, a rotar al plantel en función de los minutos y no de las demarcaciones, a no diferenciar entre un 4-3-3 y un 4-4-2. La personalidad del Barcelona es camaleónica camino del Santiago Bernabéu. Nada mejor para reflexionar en cualquier caso que un resultado como el 7-0.

A juzgar por el partido ante Osasuna, el entrenador debería pensar seriamente en hacer un sitio a Pedro y puede también que tenga que replantearse la función de Cesc, suplente con Neymar. Pedro cuajó una actuación soberbia y estuvo muy bien Alexis. Nadie agradeció más el esfuerzo de ambos y el equilibrio táctico del Barça que Messi. El 10 se relamió con un triplete que le corona a sus 26 años como el mayor goleador de la historia del club (371 tantos) después de superar a Paulino Alcántara (369). Abatidos los héroes barcelonistas, ahora va a por las figuras legendarias de los rivales como son Hugo Sánchez y Zarra.

BARCELONA, 7 – OSASUNA, 0

Barcelona: Valdés; Alves, Bartra, Mascherano (Adriano, m. 81), Alba; Xavi (Song, m. 61), Busquets, Iniesta; Alexis (Tello, m. 76), Messi y Pedro. No utilizados: Pinto; Montoya, Fàbregas y Neymar.

Osasuna: Andrés Fernández; Oier, Loties, Arribas, Damià; Loé, Silva; Cejudo, Roberto Torres (Puñal, m. 70), Armenteros (Lobato, m. 61); y Oriol Riera (Acuña, m. 83). No utilizados: Riesgo; Omwu, Miguel Flaño y Lolo.

Goles: 1-0. M. 18. Messi. 2-0. M. 22. Alexis. 3-0. M. 34. Iniesta. 4-0. M. 63. Messi. 5-0. M. 78. Tello. 6-0. Messi. M. 88. 7-0. M. 90. Pedro.

Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Arribas, Mascherano y Cejudo.

Camp Nou. 71.764 espectadores.

A Neymar se le vio comerse las uñas mientras se divertía Messi. Necesitaba el brasileño una pausa después de ser despedido con división de opiniones ante el City. Alrededor del argentino fluyó de forma natural y precisa el juego del Barça, muy bien manejado por Iniesta, despertado por Alba, sostenido por la determinación de Pedro. Jugaron los azulgrana al pie y al espacio, de una punta a la otra del campo, de manera sencilla, efectiva y sobre todo coral, más reconocibles que en anteriores partidos. A pesar de los lapsus defensivos de cada jornada, la actuación ofensiva fue completa en un partido de guante blanco.

Osasuna solo estuvo un cuarto de hora en el Camp Nou, el tiempo que tardó en desperezar el Barcelona. Equipados con una zamarra verde pistacho, un color parecido al que distingue a la brigada municipal de parques y jardines de Barcelona, los muchachos de Javier Gracia alcanzaron con relativa facilidad la portería de Valdés. Incluso hubo un tiro durísimo de Armenteros que provocó un excelente rechace de Valdés y el remate en fuera de juego de Oriol Riera. No se sabía muy bien a qué obedecía la quietud del Barcelona, traspuesto sin venir a cuento, como si no hubiera escarmentado de Valladolid.

Quizá porque se sintió incomodado por el regate que le tiró Riera, la furibunda reacción de Jordi Alba sacó de la modorra al Barcelona. La chispa del lateral encendió a Pedro y Alexis, igualmente laboriosos y certeros, ambos por encima del nivel exhibido últimamente por Neymar. Abierto el campo con dos extremos, a partir de una formación simétrica, el Barça cantó una goleada en un abrir y cerrar de ojos. Arremangados los jornaleros, se activaron de inmediato las figuras, especialmente Iniesta, desequilibrante con sus quiebros, pases y dominio escénico y también Messi, el pichichi del Barcelona.

Los goles fueron en su mayoría deliciosos, muy propios del Barça, sobre todo por su suspense, al punto de que a veces parece que no hay porterías o están puestas a lo ancho y no a lo largo del Camp Nou. La hinchada estuvo un minuto de pie en espera del 1-0. No chutó Pedro cuando podía, ni tampoco Xavi en inmejorable situación y menos Alexis, los tres encarados a Andrés. La pelota no besó la red hasta que Messi le puso el interior del pie, de forma casi imperceptible, al centro cruzado de Alexis. Igualmente bello fue el 2-0 por la entrada de Alba por el extremo izquierdo y la definición desde la derecha de Alexis. Y sorprendente fue el 3-0.

Iniesta celebra su gol frente a Osasuna.
Iniesta celebra su gol frente a Osasuna.JOSEP LAGO (AFP)

Acostumbrado el rival a que el Barça necesita pisar la línea de meta para empujar el balón, la defensa de Osasuna flotaba y flotaba a Iniesta. Aguardaba el pase filtrado o a la apertura para Pedro o Alexis. Iniesta, sin embargo, aprovechó el silencio y en la frontal soltó un zurdazo que dejó petrificado a Andrés. El cuarto juntó a Iniesta y Messi en una acción aplaudida hasta por Osasuna. El 10 estuvo excelso en la combinación y en el remate porque aguantó de manera escalofriante a tres zagueros antes de soltar el tiro. El partido se puso tan dulce que los suplentes se sumaron a la fiesta después de una rueda de cambios que situó a Adriano como central, como en los tiempos de Tito.

Volvió a ver la afición el gol de Tello, aquel en el que el extremo busca el espacio sin parar para poder cruzar su disparo de rosca, esta vez tan fuerte como colocado. El tercero de Messi fue a cámara lenta, por la manera como controló el centro de Alves después de un cambio de orientación de Iniesta: el 10 paró el cuero, venció al portero y colocó la pelota en un rincón de la portería de Osasuna. Y para coronar su actuación, como un acto de justicia, llegó también el tanto de Pedro. Al Barça le salió un partido redondo, excelente para la moral colectiva y la autoestima, ya con las maletas preparadas para el partido de Madrid.

El recital fue tan rotundo y, por otra parte, tan sencillo que obliga a preguntarse por la alineación de Madrid y por los cuatro medios o por los tres delanteros, por el 4-4-2 o el 4-3-3. La pareja Iniesta-Messi funcionó a las mil maravillas después del esfuerzo de Alexis, Pedro y Alba y el sentido común de Xavi, Busquets y Bartra. Neymar y Cesc aplaudieron como los 70.000 espectadores del Camp Nou. Ocurre que el Madrid no es Osasuna ni el Bernabéu el Camp Nou. Los delanteros, en cualquier caso, se pusieron las botas camino de Madrid.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_