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“¿Y tú quién eres?”

Kun y Messi, íntimos desde que se conocieron como juveniles, cara a cara en el Camp Nou

Messi y Agüero festejan el oro en Pekín 2008.
Messi y Agüero festejan el oro en Pekín 2008.efe

El día que Kun conoció a Leo fue toda una premonición, debía estar escrito: se rieron y no se separaron más. Hace años que se llaman, se retan en la Play y se buscan en el campo, vestidos de azul y blanco, porque son felices juntos. Hoy se medirán entre risas en el Camp Nou. Así viven desde que se conocieron siendo juveniles en un comedor de la AFA, desde que el Kun fichó por el Atlético. “Yo no sabía quién era. Estábamos comiendo en el Predio de Ezeiza. Él estaba a mi derecha y hablábamos de unas zapatillas con Ezequiel Garay y Lautaro Formica. Leo, en un momento, dijo algo de Estados Unidos. Y yo pensé: ¿quién es éste? ‘¿Vos cómo te llamas?, le dije’. Leo se acuerda y aún se ríe. ‘El Kun es un fenómeno. Es mi amigo”, dice. Sigue contando el Kun: “Me contestó Leo: ‘Messi, me llamo Messi”. Lo contó mil veces el Kun: “No sabía quién era aquel crío”. Los dos aún se ríen ahora que dan papillas a sus críos, Thiago y Benja.

El Kun es un tipo singular que salió de una villa de Buenos Aires, Los Eucaliptus, donde a veces se muere antes de los 30 con una bala en el cuerpo o una sobredosis. Pero juega a fútbol porque la vida le hizo un regalo y su madre le dio un apellido el día que el padre les abandonó. Hoy, Agüero, el que no sabía quién era Messi, juega en el Camp Nou. “¿No sabes quién es?, me preguntaron los otros. Y yo qué iba a saber, solo sabía que había un argentino en el Barcelona”, se ríe al recordar el día en que conoció a La Pulga.

Ambos son dos genios que nunca pretendieron serlo pero que disfrutan del don tratando de ser felices

Se llaman, se escriben y, a la argentina, se dan joda. Se juntaron a la primera en la habitación del seleccionado argentino y se hicieron hermanos. Dicen que unirlos en el mismo cuarto fue una decisión de Miguel Tojo, miembro del cuerpo técnico de la selección juvenil, que tuvo la intención de que el Kun supiera por Leo lo que se iba a encontrar cuando llegara a Europa. Tipo forjado en las calles, Agüero tiene poco que ver con Messi en la formación, pero mezclan como no lo hizo nadie, en la calle y en el campo, al punto que el padre de Leo quiso que el Barça fichara al Kun.

Precoz, el tipo que hoy enfilará al Jefecito, su amigo Mascherano, debutó con 15 años, un mes y tres días en la primera argentina con Independiente, y sigue siendo el más joven en hacerlo, superando el récord de Maradona. El Kun, que tuvo un hijo con la hija del Pelusa cuando jugaba en el Atlético de Madrid, vive ahora con una famosa cantante de cumbias. Hasta le dedicaron una: “Llevo el fútbol en la sangre”, reza el estribillo.

“Es un futbolista muy difícil de marcar porque tiene muchos registros. Es potente, remata de primeras y tiene regate, así que con él nunca sabes”, reconoce Piqué. Al central y a Begiristain siempre les recordó a Romario, a uno porque celebró sus goles desde la grada y al director técnico porque jugó con el baixinho en el dream team. La potencia en la arrancada y el latigazo en la definición son comunes al Kun y a Romario, igualmente comparables por su manera de interpretar de forma lúdica la profesión. “El Kun es uno de los cinco mejores jugadores del mundo”, asegura Pellegrini convencido de que marca la diferencia cada minuto que juega. “El problema es que no se lo cree”, dicen en los despachos del City, donde cada vez que le encaran le instan a que decida qué quiere ser en la vida.

“Es un grandísimo jugador y, además, es mi amigo. Lo disfruto mucho en la cancha, nos entendemos. Siempre es especial encontrarme con él en un partido. Mantenemos el contacto, es una persona a la que quiero mucho”, dijo Messi. Entre los dos existe una historia de verdadera amistad. “Lejos de parecidos, son complementarios”, sostienen quienes han convivido con ellos en la AFA. Ambos son dos genios que nunca pretendieron serlo pero que disfrutan del don tratando de ser felices. “La diferencia es que Leo lo tiene asumido y el Kun no quiere dar el paso para subir un nivel”, aseguran quienes en Manchester y en Barcelona les vieron vivir.

Hoy, por lo pronto, el Kun enfilará a Valdés. Durante su estancia en el Atlético le marcó cinco goles en 10 partidos entre el 2006 y el 2011. Después de 478 encuentros y 227 tantos al final la cumbia tiene razón: “será que su fútbol es pasión, que dejaría su vida por un gol”. Tal vez algún día escuche a Begiristain y a Pellegrini y se decida a ganar un Balón de Oro.

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