Pizzi se suma a la fiesta

A la hora del vermut del domingo, Cornellà-El Prat se puso el frac para cantar los 100 partidos oficiales. El festejo empezó en las gradas y se extendió al campo. El Espanyol saltó al campo sin dudas ni complejos. El gol tempranero de David López envalentonó a los muchachos de Aguirre, que con Pizzi como santo y seña se animaron a tener el cuero y le endosaron una goleada al Elche que le deja cerca del descenso. Celebración completa en Cornellà, que ahora se anima a mirar a Europa.

Se debate el Espanyol entre el sueño europeo y la prudencia de Aguirre, centrado en eludir el descenso. Pero, con el triunfo ante el Elche, el cuadro del mexicano tiene lejos la zona de riesgo y puede mirar hacia arriba. En el Elche no hay discusión. Sabe que tiene que sumar puntos como sea para lograr su permanencia en la élite. Más tras la sorprendente victoria del Valladolid y los triunfos del Granada y el Betis, que hacen que se caliente la zona baja de la tabla. Fran Escribá lo sabía. Y plantó en Cornellà un equipo atrevido. Rubén Pérez, uno de los que rasca en la medular, se sentó en el banquillo y dejó a Carlos Sánchez poco custodiado por Javi Márquez, Del Moral y Gil.

Se invitaron a tomar protagonismo los dos entrenadores. Porque Aguirre tampoco se quedó atrás. Ausente Córdoba por sanción, el mexicano apostó, una vez más, por Pizzi, en lugar de Abraham. Aunque como mediapunta y no por la orilla izquierda como prefiere el portugués. En esa tierra manda Simão, más lanzador que extremo, jugador fetiche del mexicano, siempre con la estrategia como prioridad. Y así, cuando se desperezaba el partido, el Espanyol recordó la mejor receta de Aguirre, el balón parado. Córner de Simão y testarazo de David López a la red para cantar su segundo gol del curso.

El gol le dio combustible al Espanyol, que se adueñó del partido. No le rechinaba el cuero en las botas a los muchachos de Aguirre. En el eje se imponían David López y Víctor Sánchez, y la sutileza estaba a merced de Pizzi, que con espacios se movió a su gusto. Estaba con ganas el portugués, que tiene la mira en Brasil y no quiere apuntar mal. Fútbol y brío del 10, que mordió a Lombán en la salida sobre el ala derecha, le birló la cartera y el central no tuvo más remedio que derribarle. Balón parado para el Espanyol en la orilla, que se relamía con el guante de Simão. El portugués sirvió al corazón del área y encontró a Colotto, que antes de que la afición blanquiazul cumpliera con su religiosa tradición de homenajear a Dani Jarque, ya estaba gritando el segundo gol del cuadro de Aguirre.

No daba pie con bola la defensa del Elche, ni tampoco sus mediocampistas. Tan poco hizo el equipo de Escrivá que hasta su único gol de partido lo marcó Fuentes en propia puerta. Todo era del Espanyol. Fiesta completa para la afición blanquiazul, para los muchachos de Aguirre, y también para Pizzi, que hasta se dio el gusto de cantar su primer gol en la Liga. Se sacó el gafe el portugués, que le dio la razón a Aguirre y completó su mejor partido con la zamarra del Espanyol. Lo mimó tanto el mexicano, que lo reemplazó en el segundo tiempo para que también lo mimase su hinchada.

Festejo completo para el Espanyol, que tras su éxodo en el Estadio Olímpico de Montjuic, homenajea de la mejor manera a su tierra prometida. No necesitó el equipo de Aguirre de tirar de Sergio García, su hombre de siempre. Estaba Pizzi, que se sumó a la fiesta.