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El juego se aleja del Barça

El equipo azulgrana, sin chispa y muy mal a ratos, supera a un inofensivo Almería

Ramon Besa
Verza frena un ataque de Neymar
Verza frena un ataque de Neymarvicens giménez

Al Barça se le ha puesto cara de enfermo desde que fue abatido por el Valencia y perdió el norte en San Sebastián. A ratos juega bien y por momentos mal y hasta muy mal. Aunque no tiene chispa y no prende el fútbol, falto de alegría y confundido, convierte cada partido en un ejercicio de supervivencia, ayer resuelto favorablemente por el carácter inofensivo del Almería. El desconcierto es mayúsculo cuando quedan tres semanas para la visita al Bernabéu. El equipo se ha contagiado del desánimo de muchos barcelonistas, incapaces de saber qué le pasa a Messi, qué fue de Neymar, por qué no reacciona Martino o a qué vino la dimisión de Rosell. La afición ya no aguantó más y después del descanso se puso a abuchear a sus jugadores. Necesitaron los azulgrana de un córner remachado por Puyol para cantar victoria.

BARCELONA, 4 - ALMERÍA, 1

Barcelona: Valdés; Alves, Puyol, Mascherano, Adriano; Xavi, Busquets, Cesc (Iniesta, m. 79); Alexis (Pedro, m. 72), Messi y Neymar (Tello, m. 87). No utilizados: Oier; Bartra, Jordi Alba y Song.

Almería: Esteban; Rafita, Trujillo, Torsiglieri, Dubarbier; Aleix Vidal, Corona (Marcos Tébar, m. 72), Verza, Azeez (Suso, m. 80), Zongo; y Rodri (Helder Barbosa, m. 62). No utilizados: Julián; Hans Martínez, Óscar Díaz y Mané.

Goles: 1-0. M. 9. Alexis. 2-0. M. 24. Messi. 2-1. M. 27. Trujillo. 3-1. M. 83. Puyol. 4-1. M. 89. Xavi.

Árbitro: Del Cerro Grande. Amonestó a Azeez, Corona, Adriano,Verza y Marcos Tébar.

Camp Nou. 58.930 espectadores.

Apesadumbrados los delanteros y sin solidez para gobernar la contienda, con o sin pelota, el Barcelona se encomendó a la gallardía de su central, a la sensatez de Xavi y al esforzado Alexis para ganar una contienda que tuvo tics de auténtico thriller hasta su tramo final, cuando los capitanes la cerraron con dos goles tan sorprendentes como las pifias continuas de Neymar en el tiro, incapaz de enfocar al portero, seguramente atormentado por las portadas que hablan del precio de su fichaje y no de sus goles. Al brasileño y al Barça les pesa la presión, la pérdida de 10 puntos sobre 21 en los últimos partidos y también la dificultad para saber cuál es su alineación buena, su versión definitiva, sus posibilidades para optar al título de Liga.

Al abrigo del Camp Nou, por más despojadas que estén las gradas (58.930 espectadores para 98.000 plazas de aforo) en tiempos de referéndum para el nuevo estadio, se plantó ayer el Barça con tres delanteros y no con un doble pivote ni cuatro centrocampistas, como en Anoeta y Manchester. La noche invitaba al atrevimiento después del empate que se había registrado poco antes en el Calderón. Nadie apostaba por un equipo que perdió en sus seis visitas al feudo azulgrana como el Almería (301 euros a 1). El encuentro parecía consecuentemente un caramelo para el Barcelona. Al final, durante unos cuantos minutos, se convirtió en un calvario para el Barça.

El desconcierto es mayúsculo a tres semanas para la visita al Bernabéu

Los azulgrana han perdido finura y sentido del juego colectivo y continúan penando en las jugadas de estrategia, especialmente en los córners, tanto da que juegue Puyol (392 partidos por 391 de Migueli) como Piqué, como se constató en el gol de Trujillo: van ocho tantos encajados de esa manera. Mantienen, por el contrario, su fogosidad e intensidad cuando precisan reivindicarse después de una derrota, y cuentan con solistas como Messi. El 10 transformó un libre directo desde fuera del área con un tiro de rosca excelente, de una gran plasticidad, fenomenal. El gol llegó en el momento oportuno para el Barça, después de que Alexis hubiera embocado un rechace de Esteban a tiro de Cesc: 1-0. Atacaba mucho el Barça, sobre todo con Alves, y se anunciaba una goleada cuando en un saque de esquina Valdés tomó el 2-1.

Neymar falló continuamente en el tiro, incapaz de enfocar al portero

El Barça no acababa de ligar el fútbol, impreciso en las asociaciones y combinaciones, aceptable por lo demás en valores convencionales como el interés y el ritmo. Al juego le faltaba un punto de pausa, una línea de pase más aseada, también fluidez y un mayor equilibrio porque el Almería respondía con un córner a cada tres llegadas del Barcelona. Ningún futbolista azulgrana simbolizó mejor la falta de acierto que Neymar. El brasileño quiso convertir cada pelota que tocó en la jugada del partido. Neymar enfrentaba al lateral, al central, al Almería entero, a todo el mundo si era menester, empeñado en justificar su precio y compatibildiad con Messi, que lleva seis jornadas consecutivas dejando un gol. El 11 se equivocó y expresó la falta de contundencia del Barcelona.

El encuentro se fue enfriando y después enmarañando por la falta de autoridad del Barça. El descanso le sentó muy mal a los muchachos de Martino, parados y apagados en el Camp Nou. El equipo caminaba, como si se le hubiera olvidado jugar a fútbol, irreconocible en ataque y vulnerable en el repliegue, más cómodo en la recuperación que en la elaboración. Aunque Xavi garantiza el orden alrededor de la pelota, no había quien enfocara a Esteban, por más participativo que estuviera Alexis, generoso en el desmarque, pichichi en un equipo desfigurado (16 goles). El cuadro barcelonista se descosió tanto que la hinchada acabó por pitar sin reparos después que Neymar defendiera una pelota como lateral izquierdo a la sombra de Valdés. El desplome fue sobrecogedor ante un Almería valiente con las sustituciones de Francisco.

No reaccionaba Pautasso, igual de paralizado que el sancionado Martino, incapaces de corregir al equipo en la derrota y en la victoria, como si no hubiera nadie en el banquillo del Barça. Hasta que a falta de ocho minutos para el final en un córner botado por Xavi, Messi cabeceó al larguero y Puyol recogió el rechace para batir a Esteban. El cuarto gol de Xavi ya se dio por descontado, tras del 3-1, ya con Pedro e Iniesta en la cancha y el Camp Nou más calmado. Nadie preguntaba por Madrid sino por el partido del sábado en Valladolid.

Goles contra los pitos

LUIS MARTÍN, Barcelona

En busca de la reacción, el Tata Martino, que siguió el partido desde la zona vip justo al lado de los banquillos, donde normalmente se sientan los miembros del equipo de asistentes —preparadores físicos, médicos y utileros que no caben en el banquillo— alineó, por sexta vez esta temporada, más jugadores extranjeros que nacionales. También por séptimo partido en lo que va de curso juntó a Neymar con Alexis y Messi en ataque. El brasileño aportó poco y los otros dos se encargaron de firmar los goles en el arranque del partido: suma 16 tantos el chileno en esta Liga, por 15 del argentino. Neymar caracoleó mucho, se resbaló más y remató fatal.

Estaba convencido, o eso dijo el entrenador rosarino, de que el equipo se parecería más al de Manchester, el que ganó al City (0-2), que al que perdió en Anoeta contra la Real Sociedad (3-1). El Barcelona ganó, pero jugó mal, hasta el punto de que por una vez, llegado el minuto 17 y 14 segundos de la segunda parte, en vez de soflamas independentistas en el Camp Nou se escucharon pitos al juego del equipo, dominado como estaba por el Almería. Luego, los goles de Puyol y Xavi hicieron olvidar el mal partido del equipo a los aficionados.

Antes, el Barcelona encajó el octavo gol tras un saque de esquina desde que empezó la temporada, todo un clásico. Se inhibió Valdés en la salida pensando que Puyol llegaba. El defensa libre en la estrategia mixta del Tata se comió el balón y a Cesc se le adelantó Trujillo, que remató a placer. Por bajitos que sean, el problema no es de altura.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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