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Suma el Celta, sobrevive el Getafe

Igualdad en un partido en el que adelantó Lafita en Balaídos y empató Rafinha (1-1) El choque lo dominaron los visitantes hasta que se quedaron con diez por la expulsión de Lisandro

Pedro León conduce el balón ante Cabral.
Pedro León conduce el balón ante Cabral. salvador sas (EFE)

Rafinha tiene ese tranco que tenía su padre. Es posible ver a Mazinho cuando conduce la pelota con el exterior, avanzando como si transitase de puntillas. Así caminó hacia una nueva muesca en su incipiente carrera, un gol de bandera, sobresaliente en control, lectura y definición que salvó al Celta de una derrota y le deja, con 13 citas por delante, a diez puntos de la teórica meta de la salvación. Tan próxima parece que sumar semeja un tesoro. Más debe hacerlo el Getafe, que se marchó con una sensación agridulce porque no gana desde noviembre, sintió que tuvo el partido en su mano y acabó sufriendo largos minutos para defender una igualada.

Si algo le enseñó el partido al Celta es que no puede bajar el pistón. Cuando ha jugado a todo trapo, con vigor e intensidad, llamó al fútbol. En cuanto baja la velocidad de crucero es más sencillo de contrarrestar. Algo de eso le pasó ante el Getafe y lo pagó de inicio porque además enfrente estaba un rival que en la necesidad apretó los dientes, entendió que el partido no se trataba de un crescendo sino de una liza que obligaba a igual esfuerzo en el minuto uno que en el 90, pero que pagó el error de no entender una variable clave, la del arbitraje. Con el partido en ventaja para el Getafe, apenas iniciada la segunda parte, Clos Gómez ya había mostrado siete tarjetas en un partido que no era precisamente violento. La octava, irreprochable por un agarrón flagrante a Charles, la vio Lisandro para irse a la caseta por doble amonestación. Un error monumental del central argentino que posiblemente le costó a su equipo un triunfo casi inaplazable.

CELTA, 1- GETAFE, 1

Celta: Yoel; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jonny; Borja Oubiña (Krohn-Dehli, m. 57); Augusto (Nolito, m. 70), Álex López, Rafinha, Orellana; y Charles (Santi Mina, m. 78). No utilizados: Sergio Álvarez, Íñigo López, Aurtenetxe y Welliton.

Getafe: Moyá; Valera, Lisandro, Alexis, Roberto Lago; Borja (Lacen, m. 67), Juan Rodríguez; Pedro León, Diego Castro; Sarabia (Rafa, m. 54) y Lafita (Marica, m. 75). No utilizados: Codina, Gavilán, Arroyo y Sammir.

Árbitro: Clos Gómez. Expulsó por doble tarjeta amarilla a Lisandro (m. 52). Amonestó a Jonny, Álex López, Charles, Hugo Mallo, Nolito, Orellana, Borja, Alexis, Juan Rodríguez y Valera.

Goles: 0-1, m. 19, Lafita; 1-1, m. 59, Rafinha

Balaídos. 20.565 espectadores

Porque el partido era del Getafe. Había partido mejor, parapetado en dos líneas de cuatro y una primera con dos presuntos mediapuntas, Sarabia y Lafita, trabajando sobre la salida de balón del Celta. Convirtieron esa puesta en acción celeste en un ejercicio premioso y alejado de la fluidez, desconectaron a Rafinha, que además fue desterrado de inicio por su entrenador al extremo diestro y se pasó la mitad del primer tiempo sin tocar bola. Lo hizo el Getafe por él. Y sobre todo Pedro León, que sí domina los rudimentos del flanco derecho y avisó en dos ocasiones por pegada y potencia.

El gol recibido retrató el pecado del Celta. Cometió una falta en tres cuartos del campo rival Orellana al tocar el balón con la mano y allí se quedó el esférico, sin que nadie se opusiese a un saque rápido. Borja se apuró, pero tampoco se precipitó. Oteó y colocó la pelota en los pies de Lafita, que se filtró entre Hugo Mallo y Cabral, que reculaban entre el despiste generalizado. También lo hacía el meta Yoel, descolocado. Definió de manera fenomenal Lafita, pero había encontrado a medio Celta con el paso cambiado. Nunca se sabrá entonces si fue la desventaja o la decisión de trocar la posición de Augusto y Rafinha y ubicar a éste en posiciones más centradas. Seguramente influyeran ambos aspectos, pero el caso es que el Celta se activó. Engranó alguna marcha más y con bien poco encontró llegada: un disparo de Rafinha que sujetó Moyá, un error de éste que dio vida a un chut lejano de Orellana, un libre directo que el chileno envió a lamer el larguero. Luego la expulsión de Lisandro y el inmediato gol de Rafinha viraron el partido hacia un monólogo del Celta guiado por su joven estrella. Con más intención que fútbol buscó el gol y lo tuvo Nolito en el descuento, pero su intento se fue al palo.

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