El Baskonia se ‘refunda’ con Odom

“Vamos hacia la refundación del club”. Con esa rotundidad se manifestó el presidente del Baskonia, Josean Querejeta, al comentar el fichaje, por dos meses ampliables al resto de la temporada, y quizás a una próxima, de Lamar Odom, de 34 años, ganador de dos anillos de la NBA con los Lakers —2009 y 2010, junto a Kobe Bryant y Pau Gasol—, exjugador también de Clippers, Miami y Dallas, y campeón mundial con EEUU en 2010.

En plena arenga, Querejeta quiso tocar dos fibras al mismo tiempo: una apelaba a la valentía y la gallardía cuando aseguró que el fichaje “es un hito en el baloncesto europeo”. Otra, la sensibilidad de un club muy alicaído por su trayectoria de este curso: “Necesitábamos romper con esa tristeza colectiva”. El Baskonia solo ha ganado nueve partidos en la Liga Endesa (10 derrotas), entró a última hora en la Copa y es colista en el Top-16 de la Euroliga.

Querejeta dijo que el fichaje de Odom es “la primera medida” de esa refundación. Sin embargo, su incorporación ofrece algunas dudas más allá de su palmarés. Su edad, 34 años, no parece problemática, pero no hay que olvidar que el ala-pívot jugó su último partido en mayo de 2013 con los Clippers, con los que rescindió el contrato el pasado verano y se convirtió en agente libre. Su itinerario personal no ha sido últimamente ejemplar desde que tuvo que ingresar en una clínica de rehabilitación para superar su adicción, tras ser detenido después de un accidente de tráfico en el que se negó a someterse a los controles.

Odom no ha sido un tipo fácil, por lo que la apuesta del Baskonia es a todo o nada. Según algunas fuentes, el contrato del ala-pívot podría ascender a 400.000 dólares (290.000 euros) hasta junio, aunque inicialmente ha sellado su vinculación por dos meses, los que se calcula que su compatriota Hamilton estará de baja en el Laboral Kutxa. Otras fuentes apuntan a que podría llegar a cobrar un millón la siguiente temporada, de renovarse el contrato.

Las cifras, en cualquier caso, no trascenderán, pero la apuesta del Baskonia es definitiva. El equipo vitoriano es un clásico de la Liga y de Europa. Por sus filas han pasado un sinfín de jugadores que han acabado en la NBA, y su prestigio ha sido notable en el descubrimiento de talentos. La actual situación, dormitando en todas las competiciones, se ha añadido a la competitividad del entorno con la aparición del Bilbao Basket en Bizkaia y del Gipuzkoa Basket en Donostia. Más que discutir su jerarquía en el baloncesto, la han mermado adeptos respecto al club de referencia que ha sido, aunque aún lo siga siendo, en el País Vasco.

El Baskonia ha dado un golpe de timón. Agobiado por los números decrecientes del baloncesto español, la actual plantilla del Laboral Kutxa se nutre de la clase media, con algún golpe de efecto como el regreso de Nocioni. La presencia de Odom devuelve a Vitoria el foco de atención. Si es o no una “refundación” del club, como anuncia Josean Querejeta, se desvelará en las próximas semanas. Si Odom reflota al equipo —que más parece una planta de hospital que una plantilla de baloncesto— se verá en poco tiempo. El golpe mediático está sobre la mesa: si saltan los platos o el restaurante es un éxito está por conocerse. Odom llegará hoy miércoles al aeropuerto de Bilbao, para desde allí desplazarse a Vitoria, donde pasará el reconocimiento médico y asistirá mañana al partido de Euroliga frente al Barcelona. Luego, probablemente, tendrá que jugar. Los nombres valen para poco en las estanterías.