A Eguibar le sobra una bajada
El guipuzcoano, en su debut olímpico, sufre una caída en la semifinal y se impone luego en la final de consolación
Las montañas que rodean Sochi amanecieron otra vez encapotadas, pero en lugar de la espesa niebla que el lunes obligó a posponer dos pruebas del calendario caía una lluvia persistente. Nada que no puedan sobrellevar los valientes muchachos del snowboard cross, que debieron esperar un día para resolver su propio dilema olímpico. A Lucas Eguibar, el más joven y el mejor de los españoles, le vino bien ese retraso, porque así pudo recuperar algo ese talón que se lastimó en la única bajada que había podido hacer al rapidísimo y espectacular circuito de Sochi.
Eguibar apunta a estrella de su deporte. Con solo 20 años y un físico impresionante, dice su compañero Regino Hernández, que cayó en cuartos, que el donostiarra es el rider que mejor salida tiene, con la importancia de eso en un deporte en el que los corredores luchan por colocarse desde el principio en la línea de bajada más rápida para luego enfrentarse a un sinfín de giros y obstáculos sobre la tabla. Lo demostró en sus dos primeras carreras, donde se impuso a sus rivales para plantarse en la semifinal.
Allí ya fue una historia diferente. El día seguía gris y la niebla amenazaba con bajar, pero el snowboard cross es tan rápido que no le dio tiempo a fastidiar otra vez el día a los competidores. Eguibar se pegó demasiado a un rival tras uno de esos saltos que hacen tan espectacular esta prueba, su tabla y la del canadiense Hill se tocaron y ambos se fueron al suelo, a la nieve ablandada por la lluvia, y a la final de consolación (o pequeña final, como la llaman los anglosajones). El español volvió a dominar en su última carrera en Sochi, y fue finalmente séptimo, diploma olímpico, lo que le convierte en el segundo mejor español en estos Juegos, tras Javier Fernández (cuarto), e hizo pensar a más de uno en qué hubiera pasado si no llega a ser descalificado en semifinales.
Pero así es el snowboard cross, un deporte extremo y de contacto en que abundan las caídas y las lesiones. Los riders lo saben y ni siquiera se quejan. “Estoy contento porque no estaba al 100%”, dijo Eguibar con la tabla aún en la mano y bajo la lluvia. “Me han visto delante, tenía el físico para estar ahí, llegaba muy bien a las bajadas, que requieren un físico increíble y con eso se tiene que quedar la gente. He tenido una mala caída. Viendo la final [ganó el francés Vaultier, sexto en el ránking del mundo], podría haber rascado una medalla. Pero ahora no se puede decir nada”.
Se puede respirar tranquilo —Eguibar sabía que si quedaba fuera de los ocho primeros no obtendría la beca olímpica— y reivindicar el trabajo de estos tres últimos años con Israel Planas, el seleccionador. “Somos tres en el equipo [Laro Herrero cayó a la primera], somos muy pocos, pero trabajamos muy duro y hemos conseguido un campeonato de Europa, un mundial júnior, dos podios en Copa del Mundo y esto con la edad que tenemos es increíble. Hacemos las cosas bien”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.