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LIGA DE CAMPEONES | MANCHESTER CITY-BARÇA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Tener o querer la pelota

El duelo por la posesión se antoja como la gran clave del partido, ya que el City y el Barça comparten este principio irrenunciable

Touré y Mikel en el City-Chelsea.
Touré y Mikel en el City-Chelsea.Clive Brunskill (Getty Images)

El Manchester City y el FC Barcelona se citan mañana en una eliminatoria de la Liga de Campeones especialmente interesante por la propuesta futbolística de ambos equipos. El partido se puede visualizar en tres dimensiones.

1.— El talento perverso de Touré. Es evidente que se trata de un jugador que suma más ofensivamente de lo que resta defensivamente, pero es tan desequilibrante para el rival cuando ataca como lo es para el City cuando toca defender. Su talento físico, potencia incontrolable, coordinación y calidad técnica en movimiento lo convierten en el futbolista que limpia el terreno para encarar a la defensa rival con ventaja. Tiene absoluta libertad para desplegarse, lo que aprovecha para eliminar rivales con facilidad a través de la conducción o la asociación delicada. Es el paso previo a una interpretación perfecta de la superioridad numérica en la fase final, acompañada de su contundencia rematadora. Es el vehículo ideal para un escenario de ida y vuelta, aunque prefiere acudir a regresar. Su autoridad y galones atacantes le han hecho olvidar algunas obligaciones defensivas en la transición, lo que perjudica a un equipo poco fiable atrás por naturaleza. Esta situación provocó que el club inglés fichase a Fernandinho como su guardaespaldas particular. El brasileño es la columna que impide que el edificio se caiga cuando haya temblores, por lo que su posible baja es capital para el City.

2.—Los trampolines exteriores. Aunque el City se reúne alrededor del balón con facilidad por su juego interior, gracias al buen pie de Touré, Silva, Nasri y los delanteros, le gusta llegar por fuera. A menudo distrae por dentro para ser profundo por fuera. Su dibujo habitual del 4-4-2 es asimétrico porque acostumbra a ser amplio por la banda derecha con Navas, pero vacía la izquierda porque Silva se mete hacia el centro en diagonal para enlazar en la media punta. En cambio, el plan futbolístico del City es tan profundo por un ala como por la otra. En la derecha, Zabaleta propone constantemente acciones de dos contra uno a Navas, tanto por el pasillo interior como por el exterior. En la izquierda, Kolarov ocupa el espacio liberado por Silva con puntualidad y una sensibilidad especial para el centro final. Las conquistas de la línea de fondo son muy frecuentes porque los rivales tienden a cerrar el centro, intimidados por el talento en espacios reducidos de los futbolistas de la segunda línea. Todos los futbolistas exteriores dominan la pausa y la precisión para que el centro sea una invitación al gol. Tanto Negredo como Dzeko tienen una de sus asignaturas preferidas en el remate de los centros laterales.

3.—El balón, los ritmos y la estrategia. Como todos los equipos de Pellegrini, este City ha nacido para tener el balón. Lo quiere, lo necesita para ser protagonista en el campo rival. Se siente cómodo en el papel de quien propone, no de quien reacciona. Por lo tanto, el duelo por la posesión se antoja como la gran clave del partido, ya que el Barça comparte este principio irrenunciable. Con una idea colectiva más tierna que los azulgrana por su corto recorrido, no está preparado ni organizado para defender posesiones largas, no parece capaz de tener paciencia para sostener el partido sin el balón. Eso sí, tampoco necesita secuestrarlo y no compartirlo. Se siente muy cómodo en el intercambio de golpes, ya que su físico puede marcar diferencias en un encuentro con un ritmo muy alto de juego, con mucho ruido, en un escenario abierto. Todo lo contrario que el equipo de Martino, a quien le interesa la calma, el control, el gobierno del desarrollo, limitar al máximo los capítulos de locura. Donde el City es superior al Barça, como casi todos los grandes de Europa, es a balón parado. Desde la frontal, Touré y Silva convierten una falta en medio penalti; desde la esquina, los centrales tiene un gran porcentaje de éxito en la captura del balón aéreo en el primer palo, ya sea para el remate directo o para prolongar al segundo donde algún compañero ya se ha liberado de su marcaje. Para que los azulgrana no sufran en este rincón de la eliminatoria, deben confiar más en la prevención que en la curación.

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