El empate entre el Arsenal y el United deja como líder al Chelsea

No hubo goles en el Emirates Stadium de Londres, algo poco habitual en la Premier League inglesa, aunque no lo fue tanto teniendo en cuenta el estado de forma de dos equipos como el Arsenal y el Manchester United, el primero dolorido aún por la goleada ante el Liverpool (5-1) de la jornada pasada y el segundo… intentando comprender cómo es posible que todo le salga al revés habiendo cambiado tan solo la ficha del entrenador. El empate no sirve a los gunners para recuperar el liderato perdido, ahora en manos del Chelsea de Mourinho gracias a que el Manchester City no pudo jugar su partido ante el Sunderland debido al intenso viento que golpeó parte de Inglaterra. Tampoco el Everton pudo enfrentarse al Crystal Palace por la misma inconveniencia meteorológica.

En el partido estrella de la 26.ª jornada el Arsenal se agarró a su habitual estilo de toque para sobrepasar a un United muy ordenado que no concedió demasiados espacios. Vidic y Smalling, dos centrales fuertes de pierna rápida, inutilizaron a Giroud causando así un bloqueo en el conjunto de Wenger a la hora de jugar con el francés como elemento estático sobre el que pivotar. De hecho, la posición de Carrick sobre el campo fue más de la de un tercer central que la de un creador de juego.

Si acaso el planteamiento de Moyes tras el último chasco ante el Fulham (los red devils empataron 2-2 con el colista) dotó de más de claridad ofensiva a su equipo con la presencia de Cleverly en lugar de Fletcher en el centro del campo. Aun así, la mejor oportunidad en todo el partido para el United se produjo tras un clamoroso error de Arteta en el primer minuto del partido. Van Persie robó la pelota al español al borde del área, pero su disparto no engañó a Szczesny.

El susto del partido lo protagonizó el brasileño Rafael, que tras chocar con Giroud cayó al suelo desde cierta altura y se golpeó la cabeza contra el césped en una postura que recordó a la de Manquillo, lateral del Atlético, en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa ante el Madrid. Ferdinand sustituyó al defensa al comienzo de la segunda mitad, aunque fue Smalling quien ocupó su posición en el lateral derecho.

A medida que se acercaba el Manchester, el Arsenal iba recordando el escozor del último encuentro liguero y dosificando su creatividad. Aunque la movilidad de Özil y Rosicky dio la sensación de multiplicar las camisetas rojiblancas, no pudieron los gunners generar superioridad en ninguno de sus ataques. Cazorla quedaba a menudo arrinconado en la banda izquierda desde donde no se generan centros, un mal extraño en cualquier equipo inglés menos en el Arsenal.

Más necesitado de puntos, el Manchester trató de arrebatarle el balón a base de empeño y kilómetros y lo consiguió en varias fases de la segunda mitad. Con Mata alejado de la banda e intentando revolotear por la espalda de Sagna, los red devils empezaron a aparecer más por el área de su rival. Sin embargo, la mejor ocasión para el Arsenal se produjo en un saque de esquina que Valencia despejó desde la línea de gol tras un buen cabezazo de Koscielny.

Pudo decidir el partido para los locales Giroud cuando cruzó lejos del alcance de De Gea un buen centro de Sagna desde la derecha. Pero su disparo no encontró portería para desesperación del galo, ofuscado durante toda la noche. La respuesta del Manchester corrió a cargo de Van Persie, que culminó un contragolpe bien ejecutado entre Carrick y Rooney, pero el cabezazo del holandés lo repelió con agilidad Szczesny. Fue en los últimos minutos donde el partido se despendoló con ocasiones para ambos equipos. De Gea intervino bien para despejar desde el suelo un buen disparo de Cazorla con la pierna izquierda cuando apenas restaban cinco minutos para el final del encuentro.

Fue a la postre un partido en el que la imaginación del Arsenal chocó con el orden defensivo del Manchester para producir un empate a cero que se celebró en Stamford Bridge.

El Liverpool sobrevive de penalti

Una pena máxima convertida por Steven Gerrard cuando ya se había cumplido el minuto 90 de partido salvó al Liverpool de empatar con el Fulham en Craven Cottage (2-3). Se adelantaron los locales gracias a un gol en propia puerta de Kolo Touré nada más arrancar el encuentro. Al borde del descanso Sturridge consiguió igualar el partido pero el conjunto de René Meulensteen volvió a tomar ventaja por medio de Kieran Richardson. El brasileño Coutinho tranquilizaba los nervios de los reds a falta de 20 minutos para el final pero tuvo que ser el capitán quien certificase de penalti la victoria del conjunto de Brendan Rodgers.