Rudez oficia la eterna frustración del Unicaja

El alero croata Damjan Rudez asestó la estocada que remató al Unicaja y coronó la espléndida actuación coral del CAI Zaragoza en el Martín Carpena. El equipo aragonés se sobrepuso al factor ambiental y al tremendo tirón que le dio el lituano Kuzminskas al Unicaja en el segundo cuarto. Pero acabó prevaleciendo el mejor sentido táctico y reparto de papeles del CAI, con un notable alto para su engranaje y para Rudez, Shermadini, Sanikidze, Roll, Llompart… prácticamente todos y cada uno de los jugadores que utilizó José Luis Abós. Se ganaron a pulso el billete para las semifinales de este sábado, en las que se enfrentarán al Real Madrid (19.10, TVE-1).

El Unicaja no se libera de sus demonios. Siempre tropieza contra las mismas piedras: sumaba cuatro derrotas consecutivas ante el CAI y volvió a ser eliminado a las primeras de cambio siendo el anfitrión de la Copa, como le pasó en 2001 ante el Real Madrid y ante el Barcelona en 2007.

El equipo de Joan Plaza, desenfocado y obtuso durante el primer cuarto, a expensas de lo que hiciera o dejara de hacer Caner-Medley y una primera ráfaga de triples demasiado precipitada (1 de 7), pareció recomponerse gracias a la vuelta de tuerca que imprimió a su juego Kuzminskas (34-24). La irrupción del alero lituano de 24 años apaciguó la ansiedad del Unicaja.

Al Unicaja, que compareció con Sergi Vidal como base titular cubriendo la baja del lesionado Calloway, le costó dar forma a su juego. Lo consiguió en ese primer carrusel de cambios. Kuzminskas desmadejó a Pere Tomàs primero y, cuando Abós sentó al alero catalán, el lituano también puso en serios aprietos a Rudez. Pero el CAI se recompuso con una magnífica defensa, en varias fases en zona, y unos ataques tan fluidos como certeros.

Roll, Llompart y Tabu manejaron los hilos y marcaron el ritmo del juego, Shermadini y Sanikidze oscurecieron el aro a los jugadores del Unicaja, a los que les costó un mundo anotar desde el interior de la zona. Capturaron 14 rebotes más y un total de 21 en ataque. No les sirvió de mucho.

El CAI eligió muchísimo mejor sus posiciones de tiro, volvió a abrir brecha en el tercer cuarto y administró con aplomo los ocho puntos de renta que logró (58-66) ya en la recta final. Plaza, extrañamente, dejó a Kuzminskas en el banquillo todo el último cuarto después de haber anotado 18 puntos en 16 minutos, máxime cuando su equipo estuvo todo el tiempo corto de pólvora y hasta cuatro de sus titulares se quedaron a cero.

El CAI cantó victoria con autoridad y deparó una magnífica imagen de equipo solidario y bien engranado, que mañana será puesta a prueba por el impresionante Madrid.