Hazard se doctora con Mourinho
El técnico luso le añade sentido colectivo al extremo belga del Chelsea, de 23 años, y lo compara con Messi y Cristiano
Ni siquiera un talento desbocado como Eden Hazard se escapa a las críticas de sus entrenadores. “Te falta carisma”, le espetó Dick Advocaat cuando este dirigía la selección belga. “No trabajas lo suficiente”, le riñó en otra fase otro seleccionador, George Leekens. “Tienes una mentalidad vaga para entrenarte”, le remató el entonces ayudante de Leekens, Marc Wilmots. Y, sin embargo, el atacante del Chelsea, de 23 años, redujo el lunes al Manchester City a la mínima expresión y puso la Liga inglesa en un pañuelo, los blues y los citizens dos puntos por detrás del Arsenal. Dada su potencia en la arrancada y su capacidad para amagar para un lado y escabullirse por el otro, Hazard ya es una estrella en el Chelsea, el mejor intérprete del contragolpe y el ataque vertical tan del gusto del preparador portugués.
“¿Alcanzará el nivel de Messi o Cristiano? Sí”, expuso Mourinho. “Tiene 23 años, mucha ambición y va crecer mucho. Puede ser un ganador de partidos y es muy responsable en todos los aspectos. A los jugadores con talento como él les puedes añadir cosas”, agrega Mou, en alusión a su mejora en labores colectivas y defensivas, al igual que logró el técnico luso en otros equipos con Joe Cole, Wesley Sneijder o Mesut Özil.
En una casa como la suya, donde su padre, Tierry, era un mediocentro defensivo semiprofesional, y su madre, Carine, una delantera de la Primera División belga, los cuatro hermanos Hazard no evitaron su destino como futbolistas. Carine dejó de jugar ya embarazada de tres meses de Eden, el mayor de los hijos. Los padres se convirtieron en maestros de deportes tras colgar las botas. Eden entró a los cuatro años en el Royal Stade Brainois. “Lo sabía todo. No tuve que enseñarle nada”, confesó su primer entrenador. Tras pasar por el Tubize y ser dirigido por Enzo Scifo, una leyenda de la selección belga, su padre tomó una decisión decisiva: llevarlo a la escuela del Lille, al norte de Francia, cerca de su casa y con las infraestructuras necesarias en el fútbol base para triunfar.
En ocho años en Francia, Hazard no paró de crecer. Y la federación le envió una carta tentándole para probar con las categorías inferiores de los bleus. “Me siento 99% belga y un 1% francés”, replicó a pesar de su nacionalidad gala. Y de que los seleccionadores belgas siempre le exigieron más. Como cuando, el 3 de junio de 2011, al ser sustituido en el minuto 60 contra Turquía, Hazard abandonó el estadio y fue grabado por una televisión comiéndose una hamburguesa en un restaurante mientras se disputaba el encuentro. Leekens lo suspendió tres partidos y en Bélgica el caso fue conocido como el Burgergate.
Ante los ataques de los técnicos belgas, su entrenador en el Lille, Rudi García (ahora en el Roma), salió a defenderlo: “Eden solo tiene 19 años y mejorará en todas las áreas”. Había debutado con Claude Puel, aunque fue García quien lo lánzó en el primer equipo, conquistando la Liga y la Copa en 2010-11, la primera Liga del Lille desde 1954 y el primer doblete desde 1946. Cautivado por su juego, Zidane lo recomendó al Real Madrid, pero fue el Chelsea quien pagó 39 millones en junio de 2012. Eden suma 18 goles en 58 partidos en Stamford Bridge, un promedio mucho mayor que en la selección (5 tantos en 42). El Mundial de Brasil le llega en el mejor momento. Maduro pese a su juventud y arropado por compañeros de experiencia internacional, la mayoría muy jóvenes: Kompany, Vertonghen, Mertens, Fellaini, Chadli, De Bruyne, Benteke, Lukaku y, sobre todo, Courtois. Encuadrado en un grupo fácil, junto a Algeria, Rusia y Corea, Hazard promete emociones fuertes en Brasil y, dentro de poco, competir con Messi y Cristiano por el trono mundial.
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