Rubén Castro da vida al Betis

Fue complaciente el Espanyol con el Betis, al que dio vida, sin saber jugar nunca con la desesperación del colista. El equipo andaluz obtuvo un triunfo que sabe a gloria y que le permite, de paso, vislumbrar un rayo de esperanza para solventar su delicada situación. El Betis tuvo la virtud de ser algo más sólido en defensa, donde destacó N’Diaye, refuerzo invernal. Una base que le mantuvo en el encuentro ante la indolencia del Espanyol, sin chispa, sin ideas. Logró defenderse el equipo bético y encontró en el segundo tiempo a Rubén Castro, quien con dos goles tumbó al conjunto catalán, que apenas inquietó. Lo tiene difícil el Betis, pero si existe algún camino es el mostrado ante el Espanyol. Crecer desde la defensa y esperar que Rubén Castro la enchufe. Un plan aparentemente sencillo, que cortó la peor racha de la historia de la entidad andaluza en Primera: 14 partidos sin ganar. Le supo a gloria la victoria a los verdiblancos, que no lograban los tres puntos desde hacía cuatro meses.

Anda tan desesperado el Betis en busca de un triunfo que cada semana se inventa algo nuevo para intentar activar a un equipo tieso. Como anécdota, el cambio de redes de unas porterías que solo acumulan derrotas y desencantos en verdiblanco. Como base de un nuevo asalto en busca del triunfo, la revolución táctica de Gabi Calderón, que confeccionó un Betis en casa con tres centrales, uno de ellos un recién llegado, N’Diaye, amparados por otro que acaba de aterrizar en Sevilla, el meta Adán. Curiosamente, el mexicano también decidió jugar con tres centrales ante el colista.

Le faltó al Espanyol agresividad. Como el Betis bastante tiene con que no le metan un gol, sin tranquilidad para jugar al fútbol con eficiencia, el encuentro se movió a un ritmo muy lento. Envuelto en una extraña parsimonia, fueron escasos los movimientos que alteraran un guion demasiado monótono. En el Betis, muy tímido, solo Juanfran lo intentaba por la banda derecha. El Betis se había ocupado tanto de arroparse que se olvidó de su centro del campo y de la posibilidad de construir. El Espanyol, adormilado, apenas lo intentaba.

El conjunto verdiblanco, sencillamente, ni llegaba. El resultado, un encuentro soso, sin ocasiones ni disparos a puerta, con el debutante Adán de espectador y Casilla disfrutando de la plácida tarde sevillana.

El Espanyol siguió sin querer saber nada del partido. Cómodo en el campo, se encontró con un bofetón de realidad cuando Lolo Reyes lanzó al palo y Rubén remachó a gol. Un tanto que hizo algo de justicia, aunque llegó en el primer disparo entre los tres palos que hizo el conjunto andaluz. El Espanyol solo tuvo una ocasión de Stuani, bien resuelta por Adán. Era el minuto 82 y Rubén ahorró a los suyos un final de infarto. Su golpeo en el último minuto certificó el triunfo andaluz, tan ansiado que la grada lo celebró como si fuera la propia permanencia. Vuelve Rubén, quizás el Betis, que logra, por fin, ver una pequeña luz al final del túnel. El Espanyol, con el estómago mucho más lleno, ni se inmutó.