Llull pone otra vez en marcha el contador
El Madrid completa invicto la primera vuelta de la Liga tras arrollar a Unicaja (88-67) con 23 puntos del base menorquín, que dinamitó el partido con un excelso primer tiempo
Nadie en España tose a este Madrid, solo el CSKA ha conseguido hacerlo en todo el continente. Todos y cada uno de sus rivales en la Liga han sucumbido ante el conjunto de Laso, que refrendó su liderato arrollando a Unicaja gracias a la embestida febril y certera de Sergio Llull (23 puntos, 21 de ellos en el primer tiempo). Llegó la 32ª victoria (88-67, otra por encima de los 20 puntos) en 33 partidos, siguió la fiesta en el Palacio, otra vez repleto con 11.588 espectadores.
Los prolegómenos dejaron para el recuerdo las ovaciones a Carlos Suárez y Joan Plaza en la presentación de los equipos y el abrazo, más protocolario que sentido, entre el propio Suárez y Pablo Laso. Pero con el balón al aire se acabaron los cumplidos y el Madrid se lanzó con firmeza a por su 17ª victoria en la Liga, la que completaba la primera vuelta perfecta. “Hay que olvidarse de los récords y empezar otra racha. No creo que la derrota ante el CSKA nos afecte. Todos teníamos claro que era prácticamente imposible ganar todos los partidos”, había declarado Llull en la víspera. A fe que lo hizo y se aplicó el cuento con un primer tiempo primoroso. Él se encargó de poner el contador en marcha y abrir otra cuenta. El chico al que Plaza dio la alternativa en Vistalegre allá por 2007, con apenas 19 años, y que en sus primeros partidos como meritorio se jugaba el triple imposible en los segundos finales de cada cuarto, protagonizó un ejercicio de furia y clase que atajó cualquier amago de duda tras la primera derrota del curso.
REAL MADRID, 88; UNICAJA, 67
Real Madrid (27+25+12+24): Rudy (4), Mirotic (13), Darden (11), Llull (23) y Bourousis (7) -equipo inicial-, Draper, Reyes, Rodríguez (13), Carroll (6), Slaughter (2), Díez (2) y Mejri (7).
Unicaja (18+19+12+18): Sabonis (2), Suárez (2), Granger (6), Dragic (3) y Stimac (10) -equipo inicial-, Urtasun (9), Calloway (8), Vázquez (4), Toolson (6), Kuzminskas (10), Hettsheimeir y Caner-Medley (7).
Árbitros: Juan C. García, Carlos Peruga y Sergio Manuel. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la decimoséptima jornada de la Liga Endesa de baloncesto disputado en el Palacio de Deportes de Madrid ante 11.588 espectadores.
La partida se empezó jugando en las casillas tres y cuatro. En la primera, el músculo de Darden se impuso al interés de Carlos Suárez y, en la segunda, el academicismo de Mirotic se comió la candidez de Sabonis júnior. Cinco puntos del montenegrino ante el hijo del mito madridista dieron el impulso necesario al primer estirón del Madrid (13-5, m. 4). Mientras Unicaja se agarraba a la brega de Stimac, el ataque de los blancos recuperaba el dinamismo y la versatilidad perdidas en Moscú. Recurrió Joan Plaza a Caner-Medley para tapar la vía abierta en su dique de contención, pero aplacado Mirotic surgió la verdadera bestia que iba a devorar el partido.
Sergio Llull se vistió de artificiero y dinamitó el choque en un ataque de pasión y puntería. Nueve puntos del base menorquín, con un tres de tres en triples, descosieron a Unicaja en el tramo final del primer cuarto y, sin margen para que ningún rival le echara el guante, completó la traca con otros ocho puntos en los dos primeros minutos del segundo acto. El terremoto Llull destartaló a su rival y lo mandó a la lona (40-20, m. 12). Para entonces, el 23 madridista sumaba 17 puntos que, unidos a tres triples de Carroll, Bourousis y Mejri (uno por barba; 10 de 15 en ese tramo para su equipo), dejaron la contienda resuelta (51-29, m. 17). Por el perímetro aparecieron Toolson, Dragic y Urtasun; en la pintura lo intentaron Vázquez y Caner-Medley, pero nada pudieron hacer ante la excelencia de Sergio Llull, que remató su primer tiempo de museo con un triple desde ocho metros punteado por la mano de Toolson. Un tres más uno que coronó un expediente de 21 puntos (6 de 6 en triples; 1 de 2 en tiros de dos; 1 de 1 en tiros libres), dos asistencias, un rebote, una recuperación, un tapón y dos faltas recibidas en 18m 47s (25 de valoración).
No se rindió a pesar de todo Unicaja, que dispuesto a maquillar el zarandeo acarició el espejismo de la remontada con el abnegado trabajo de Stimac bajo los aros y la decisión de Granger y Kuzminskas (54-45, m. 27). Para entonces, a Llull se le había acabado la magia de tanto usarla, Rudy Fernández no se encontraba el pulso, y los blancos abusaban del lanzamiento de tres (0 de 7 en el tercer cuarto), pero a este Madrid le sobran argumentos y repertorio. Bastó que Slaughter y Bourousis se pusieran serios para equilibrar la pelea en la pintura, que Mirotic retomara su fiabilidad y que Sergio Rodríguez se enfocara (12 puntos en el último cuarto) para sentenciar con un parcial de 12-0 (del 69-59 al 81-59, m. 36) un duelo que, desde que Llull se lo propuso, siempre pareció resuelto.
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