Negredo, fichaje del año
El delantero vallecano, que llegó en silencio a La Premier, se ha convertido en una de las sensaciones del torneo
A Negredo le llamaban la Fiera de Vallecas pero le costó hacerse valer en España. Criado en el Rayo, el Madrid se fijó pronto en él pero no pasó del equipo B y lo vendió al Almería con una cláusula de recompra. Sus goles allí le valieron una segunda oportunidad pero no pasó el corte de la pretemporada: Pellegrini le aconsejó que se mudara porque tenía demasiada competencia en el Madrid. Acabó en el Sevilla, donde marcó 70 goles y ganó una Copa del Rey.
Pero siguió resistiéndosele la selección. Del Bosque no le llamó hasta el otoño de 2009, en el tramo final de la calificación para el Mundial de 2010, pero no se lo llevó a Sudáfrica. Sí estuvo en la fase final de la Eurocopa 2012, donde intervino en tres partidos, incluida su entrada como sustituto en las semifinales ante Portugal: marcó uno de los penaltis que llevaron a España a la final. Hoy parece difícil que no viaje a Brasil: Diego Costa y él se perfilan como los seguros, con Torres, Villa, Llorente y Soldado luchando por la tercera plaza en la punta.
Hoy todo es distinto porque el verano pasado le llamó el Manchester City, donde se ha reencontrado con Pellegrini. El chileno le ha dado toda su confianza, demostrándole que no había nada personal cuando en 2009 le aconsejó que dejara el Bernabéu.
Negredo llegó el Etihad con 28 años y en silencio. Pero el silencio se ha roto. Su estilo de delantero centro fuerte, que va al choque pero sabe también jugar con los pies y para el equipo, le ha valido muchos admiradores y ya se le empieza a señalar como “el fichaje del año” en la Premier. La Fiera de Vallecas ha encajado de maravilla en la Liga inglesa y en el City, donde Pellegrini está construyendo un equipo, en contraste con el grupo de estrellas que apenas podía controlar el italiano Mancini.
El miércoles pasado le hizo un triplete al West Ham en menos de 50 minutos en la ida de las semifinales de la Copa de la Liga, una competición menor pero que tiene su final en Wembley y es más que posible que sea un duelo local entre el City y el United. Ayer, Negredo sentenció en el tiempo de descuento la victoria de los suyos en Newcastle (0-2), en Saint James Park, un campo difícil, de gradas amplias, abarrotadas y apasionadas como pocas en Inglaterra.
Una victoria importante que sitúa al City líder a la espera de que lo que haga hoy el Arsenal en su visita al Aston Villa. Es la novena victoria del City en los últimos 10 partidos de Liga y la tercera consecutiva fuera de casa, hasta ahora su gran punto débil.
El partido estuvo marcado por la aparentemente muy grave lesión de Nasri después de una entrada de Yanga-Mbiwa que pareció merecer la roja pero se quedó en amarilla. Antes, el árbitro había enfurecido a la hinchada, el equipo y el entrenador locales por anular un gol de Tioté por fuera de juego de Gouffran. Pero, a pesar de la controversia, el reglamento da la razón al árbitro. Aunque Gouffran ni tocó la pelota ni distrajo al portero ni le obstruyó, se tuvo que apartar para dejar pasar el balón. Si no se hubiera apartado, el balón le habría pegado a él y habría sido fuera de juego inapelable. Pero el reglamento define “interferir en el juego” como “jugar o tocar el balón que ha sido pasado o tocado por un compañero”. Gouffran no lo tocó, pero no hace falta tocar el balón para que el árbitro considere que lo jugó.
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