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La incógnita de Garbiñe

Tras ganar su primer torneo, la tenista de 20 años debuta en Australia sin decidir aún si representará a España o a Venezuela

J. J. MATEO
Garbiñe Muguruza celebra un punto.
Garbiñe Muguruza celebra un punto. Mark Metcalfe (Getty Images)

“Garbiñe juega muy rápido, encima de la línea. Tiene muchas palancas [mide 1,82m] y por eso juega bastante recto. Ella juega como está enfocado el futuro del tenis. Es un tenis totalmente anti la forma de jugar en España. Lo contrario. Totalmente lo opuesto. A dos o tres tiros”. Más claro agua. Alejo Mancisidor habla de Garbiñe Muguruza, su pupila, tenista de 20 años que acaba de ganar en Hobart su primer título. Una pegadora que en el Abierto de Australia se enfrenta a un duro debut (Kanepi, la número 25) mientras mantiene una incógnita que le persigue en cada entrevista. Todavía no ha decidido si representará a España, el país en el que se entrena y se ha criado desde los seis años, o a Venezuela, el país de su madre, el de su nacimiento y en el que se radica la empresa familiar.

“Espero que a final de temporada, y con mayor tranquilidad, podamos tomar una decisión. No tengo prisa”, explicó Muguruza a principios de 2014, cuando se reincorporó a la competición tras seis meses de baja dedicados a superar una osteocondritis disecante de astrágalo en un tobillo. “Es un tema más que cerrado este año”, apunta su equipo, que prefiere mantener a la número 38 alejada de los periodistas hasta que complete su debut en Melbourne. “Es una decisión muy importante en su vida. No va a haber ni medio debate, porque no va a decidir ahora. Quiere aparcarlo. A final de año…”.

Los Muguruza, una familia de ingenieros, tienen una empresa de tornillos y piezas de metal a las afueras de Caracas, la capital de Venezuela, un país en el que el chavismo interpreta la realidad desde el amor incondicional por la bandera. Ahora, una tenista prometedora que podría jugar la Copa Federación con el país americano o con España intenta digerir su primer título para que no se le atragante el debut en Australia. “No sabes qué puede pasar”, dice Macidisor. “Esta es una cosa nueva. Podemos intentar prepararnos para que no nos pase nada raro, pero al final es una novedad. Tiene que saber llevar esa presión. ‘¡Qué rara me siento!’, me dice ella”.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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