Las termitas infestan la NBA
Tengo malas noticias. La NBA está infestada de termitas del baloncesto.
¿Qué es una termita del baloncesto? Bueno, ¿saben cómo las termitas corrientes destruyen las casas mientras sus propietarios están cómodamente sentados en su interior, ajenos a los estragos que están produciendo en las paredes que los rodean? Las termitas del baloncesto son algo parecido, pero su presa son las franquicias de la NBA.
Por desgracia, distinguir a una termita del baloncesto no es cosa fácil. Por lo general, para el aficionado poco observador tiene casi el mismo aspecto que otro jugador cualquiera. De hecho, en ocasiones la termita del baloncesto es considerada una estrella; puede ser que marque un montón de puntos, o que sonría lo bastante a menudo como para engatusar a la mayoría de la gente. Por eso es bueno que yo haya aparecido cuando he aparecido. Resulta que soy un experto técnico plaguicida del baloncesto, y hoy, por el mismo precio, me he puesto mi casco favorito para someter a examen a las 30 franquicias de la NBA. A continuación expongo mis conclusiones.
Mi primer hallazgo ha sido Jamal Crawford, de los Clippers de Los Ángeles, cuyas características distintivas son ocasionales destellos de genio que hacen que sus víctimas piensen: “Oye, a lo mejor tener termitas no es tan malo”, y la capacidad de embaucar a los periodistas para que crean que lanzar tiros en suspensión desde 11 metros es una buena idea.
A continuación, mi linterna descubre a Nick Young, de los Lakers de Los Ángeles. O, lo que es lo mismo, Jamal Crawford con cinco años menos. La juventud de Young ha hecho pensar a muchos que es una forma menor de estos destructores de casas. Un error fácil de cometer. La verdad es esta: al menos con Crawford tendrás la oportunidad de reconstruir mientras aún seas joven. Nick Young tiene potencial para aniquilar la vida de tu familia durante otra década más.
Una que se escabulle por el parqué: Rudy Gay. Exhibiendo una notable sagacidad de propietario, los Raptors de Toronto efectuaron recientemente una inspección rutinaria de sus cimientos y lograron despachar a este ejemplar a casa de los Kings de Sacramento. Y, además, justo a tiempo. Gay estaba listo para devorar el baloncesto canadiense con unas mandíbulas compuestas por un elevado promedio de puntos y una ínfima inteligencia sobre la pista.
En los cimientos de los Kings, además de a Gay, he espiado a DeMarcus Cousins. Al igual que Crawford, Cousins es fruto de la variedad de termita que convence a sus anfitriones, más o menos cada tres partidos, de que es posible que la casa sobreviva al invierno. No lo hará. Se derrumbará. Y tendréis frío.
Y, por último, abajo, junto a la caldera, un ejemplar de la especie de termita más sanguinaria que he visto jamás: Carmelo Anthony, de los Knicks de Nueva York. Melo, como llaman cariñosamente sus víctimas a este bicho, pertenece a una extraña variedad creada por los científicos puertorriqueños a finales de la década de 1980. El principal talento de Melo es su habilidad para convencer a los propietarios de la casa de que deberían darle la bienvenida a su hogar una y otra vez.
La termita de la NBA sigue siendo una plaga resistente y peligrosa. Con este artículo espero haber conseguido aportar las medidas para enfrentarse a este azote: identificación, aislamiento, y, sobre todo, un saludable sentido del humor. Porque, nos guste o no, los equipos de baloncesto no se hacen para los expertos, y las termitas del baloncesto están aquí para quedarse.
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