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La mano izquierda del Tata Martino

Los jugadores y el club alaban la capacidad para adaptarse del entrenador argentino

Tata Martino y Messi durante el encuentro de Copa frente al Getafe.
Tata Martino y Messi durante el encuentro de Copa frente al Getafe.DAVID RAMOS (Getty)

Dicen que para entender al Tata hay que verle tirar la basura al anochecer, en la casa donde vive con Angélica, “una mina de fiar”, profesora de escuela y madre de sus tres hijos, Noé, Celeste y Gerardo. Allí, en el barrio José Cura, junto al Boulevard Oroño donde hasta los palos de la luz están pintados con los colores rojo y negro de Newell's Old Boys, se siente seguro, está en casa. Allí recibió la oferta del Barcelona y allí le dijo a su esposa: “Me llamaron del Barcelona, pero quedamos que tomaría un año de descanso, así que les diré que no”. “¿Y? ¿Te volviste loco? Cerrá el contrato y andate”, le respondió su esposa, consciente de la oportunidad. Eso, al menos, cuentan en el barrio sus amigos, entre risas.

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Una vez que Andoni Zubizarreta y sus colaboradores convinieron que el hombre para sustituir a Tito Vilanova era él —“descubrí a un hombre que ve el fútbol desde el vestuario y que conocía nuestros mecanismos”, confesó el director deportivo a la revista oficial del Barcelona—, las horas eran una cuenta atrás en Can Barça hasta el punto de que una mañana Josep María Bartomeu, vicepresidente de la entidad, se precipitó al llamarle. Al otro lado del teléfono, Martino, cuyo tono de voz recuerda poderosamente al de Luis Pescetti, un cantautor infantil santafecino, fue, como siempre, muy respetuoso. “No se incomoden, pero acá en Rosario son las seis de la mañana. Si me llaman un poco más tarde, les atiendo gustoso”, respondió.

Martino dejó Rosario para aterrizar en una ciudad que ya conocía. Lo primero que hizo tras ser presentado fue llamar a Tito Vilanova. Ayer mismo volvió a recordar que su presencia en el banquillo del Barcelona obedece a “una situación ajena al fútbol”, algo que tiene muy presente.

A final de curso, ambas partes pueden romper el año de contrato que le quedará al técnico

Será por eso que ha sido tan respetuoso con el equipo, buscando antes lo que fue que algo desconocido. Incluso ha confesado que está “aprendiendo” de los sistemas de preparación fisica de Paco Seirul.lo. En ese aspecto se produjo, seguramente, el choque más rotundo entre los jugadores y los métodos del nuevo entrenador, que Martino supo reconducir en favor de la idea del plantel. “Ha escuchado mucho y ha tocado poco”, cuentan los jugadores.

“Fue listo, supo ganarse al vestuario”, aseguran en el cuerpo técnico, “se nota que ha sido jugador”. “Es muy cercano y eso da confianza”, sostiene Pinto. “Es muy buen motivador, te llega”, dice Pedro. “Ha sido el mismo desde que llegó. La gente auténtica no cambia”, insiste Mascherano, saliendo al paso de las voces que dicen que el Tata tomó nota durante los primeros meses y ahora ha empezado a ser el Tata de verdad. “Va cambiando cositas, pero es inteligente, y tiene mano izquierda”.

A Martino, que desayuna zumos y lee novela policiaca en los aviones, el club intenta convencerle de que varíe el hotel de concentración, pero él está empeñado en elegir el Princesa Sofía. “Dice que está como en casa”. “Es algo maniático, como todos”, cuentan. Será por eso, que besa el césped y se santigua antes de cada partido.

Tipo tranquilo, da las charlas a sus jugadores sin testigos, solo él y los muchachos, como él les llama, que solo le han visto enfadado una vez: En la pista del aereopuerto de Bangkok, cuando el despegue se retrasó mas de una hora. Vecino de Puyol, el Tata vive en Barcelona con su primogénita, que está realizando un master de derecho, y ha calado en el vecindario y en la ciudad deportiva por amable, tranquilo educado, simpático y respetuoso. Dicen que prefiere llevarse el trabajo a casa que prolongar las jornadas en su despacho, a diferencia de lo que era habitual en sus antecesores. “Con ellos, pierdo todas las comparaciones”, avisa.

Al Tata dicen que le han visto alguna noche en el cine y varias veces en el restaurante 9 Reinas, en el barrio del Eixample, regentado por Escaich y Martín Pose, exjugadores del Espanyol. Ya conocía Barcelona, pero al vivirla, le ha sorprendido “por la amabilidad de su gente y por lo cómoda que es la ciudad”. Aquí seguirá la próxima temporada, a pesar de que en su contrato hay una cláusula por la cual el acuerdo puede romperse unilateralmente por cualquiera de las dos partes. La condición es que se comunique, como muy tarde, una semana después de que concluya el curso. En caso contrario, si nadie dice nada, sigue vigente un año más. “El Tata no tiene dinero para pagar la penalización”, dicen los que conocen el contenido. Y en el club, no parecen estar por la labor, encantados como están del trabajo de Martino, que no pierde la compostura ni de camino al Calderón.

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