Marcelinho revoluciona al Barça

El Barcelona consiguió el golpe de efecto que demandaba Xavi Pascual: una victoria importante ante un equipo grande, como el Fenerbahçe, dirigido por un entrenador tan justamente reconocido como Obradovic, en un ambiente difícil como suele ser el de las canchas turcas, una actuación sólida que pueda servir de punto de inflexión para una temporada hasta ahora tan tortuosa para el Barcelona. Pese a algún titubeo final, el equipo azulgrana consiguió plenamente su objetivo.

La baja de Navarro, descartado solo unas horas antes del encuentro a causa de unas molestias en los isquiotibiales, no hace sino darle más valor al triunfo de su equipo. La actuación colectiva fue convincente, pero también tuvo un héroe. Marcelinho estuvo majestuoso y fue quien llevó las riendas del juego y arrastró a todo el equipo. Como suele sucederle, cuando empieza anotando, al base brasileño le resulta más fácil controlar las constantes del juego de su escuadra. Es cuando marca mejor el ritmo, proyecta una mejor circulación del balón y ayuda a efectuar una lectura más acertada de la defensa rival.

La estampa de Marcelinho se agrandó de tal manera que McCalebb, la estrella del Fenerbahçe, fue encogiéndose hasta parecer una sombra del base azulgrana.Pascual simplificó también las rotaciones. No contó con Lampe, muy desafortunado en los últimos partidos, y tampoco con Pullen y Hezonja. Entre Oleson, Papanikolaou y Abrines ataron en corto a Bogdanovic, el jugador más resolutivo del cuadro turco junto a McCalebb.

El Barcelona dominó casi todo el tiempo, aunque le costó ajustar su rebote defensivo y sacar faltas en el interior de la zona que le permitieran acudir a la línea de tiros libres. Y además se encontró con los problemas de faltas que lastraron a Tomic y echaron del partido a Dorsey. Pero el Barcelona fue mejorando en todas las constantes de su juego y acabó haciendo valer la inspiración de Marcelinho, especialmente en el tenso inicio del último cuarto en el que, entre ambos equipos, solo anotaron cinco míseros puntos en los cuatro primeros minutos. El brasileño desatascó la contienda y el Barcelona jugó muchos minutos con Lorbek en la posición de cinco. Un triple de Marcelinho, con el que sumó 14 puntos en el último cuarto, dejó el partido visto para sentencia, 67-72.

Pero una sucesión de fallos propició que el Fenerbahçe estuviera a punto de forzar la prórroga. Lo hubiera conseguido si Bogdanovic no hubiera fallado un triple en el último segundo. Pero eso no resta valor a la convincente actuación del Barcelona y a la exhibición de Marcelinho.