La cuenta atrás del número 1

Messi no entró en la lista de convocados para recibir hoy al Elche (16.00, Canal+Liga y Gol T) pero sí lo hizo Víctor Valdés, de vuelta tras ocho partidos ausente por la lesión que sufrió defendiendo la portería de la selección en Sudáfrica el pasado mes de noviembre. La noticia reconforta a Martino en la misma medida que lo celebra el barcelonismo. Valdés, el hombre que más veces se ha puesto bajo los palos de la portería azulgrana en toda su historia (520), inicia la cuenta atrás de su despedida.

Valdés abandonará el club el próximo 30 de junio, sin que a estas alturas se sepa de su futuro porque aún, asegura, no ha escogido. Asumida su indudable voluntad de cambiar de aires, comprensible o no, pero razonada desde una postura vital y personal, a partir de hoy sus compañeros y los aficionados asumen que los días que le quedan a VV en el Camp Nou son una cuenta atrás. No parece que las muestras de cariño que está recibiendo, sin ir más allá durante la tradicional visita navideña a un hospital infantil que realizó el pasado viernes, puedan hacerle cambiar de opinión.

“A Valdés nos toca disfrutarlo”, dijo Gerardo Martino la tarde en que el portero, criado y residente en Gavà, encarriló la victoria del Barcelona en su última visita a Vallecas. Y a eso parece más que dispuesta la afición a partir de esta tarde, casi a la misma hora en que los Reyes Magos anuncian su llegada en barco a la ciudad: a disfrutar de su talento los ratos que le quedan en casa. Así lo hizo este mismo curso hasta que se lesionó. En 11 de los 19 partidos que disputó, Valdés dejó su portería a cero.

“Es el mejor portero de la historia del Barcelona”, asegura Pepe Reina, el portero del Nápoles, excompañero de VV durante muchos años en las divisiones inferiores del Barça, actualmente casi un hermano en la selección española y candidato —junto al alemán Ter Stegen, del Borussia de Mönchengladbach— a sustituirle en el vestuario cuando Víctor haga definitivamente las maletas y se despida de la que ha sido su casa.

“Es el número 1”, le señala su amigo Iniesta, feliz al verle de vuelta. “No parece que haya estado lesionado, está que se sale, como siempre”, admite Piqué, con quien bromeaba el jueves, durante la sesión matinal que sirvió para el reencuentro del equipo tras las vacaciones de Navidad. Ahí estaba, según lo previsto, con las muñecas vendadas y la cabeza rapada el de Gavà.

“Sesión de entreno hoy 25-12. Ya estoy listo”, anunció vía Twitter el día de Navidad, antes de darle las gracias a Juanjo Brau. “Por estar siempre a mi lado”, escribió. Brau, responsable de los fisios del primer equipo, no habla con la prensa, porque el club no le deja, pero de su boca se han escuchado en el vestuario del Barcelona encendidas palabras de elogio al guardameta durante el último mes.

“Es difícil encontrar un profesional más trabajador que él”, coinciden los que han disfrutado durante los últimos 12 años de Valdés, capaz de poner de acuerdo a Van Gaal, Antic, Rijkaard, Guardiola, Vilanova, Del Bosque y Martino. Todos saben de su carácter y de su capacidad, todos le han visto mutar del tipo más sensible y sonriente del grupo al más tenso y concentrado cuando llega la hora del entrenamiento o del partido.

Comienza para Valdés y el Barcelona la cuenta atrás de una historia inolvidable; hoy vuelve el número 1, a quien contemplan 520 partidos en el Barcelona —375 de Liga si el Tata le devuelve hoy la titularidad— en lo que representa un hito en la historia de la entidad, porque antes nunca nadie vestido de portero hizo tanto por el Barça. No estará Messi, pero en tarde de Reyes reaparece Valdés en un partido contra el Elche, del que en el Camp Nou no se tiene noticia desde febrero de 1989.