Josep Seguer, el ‘Diésel’ del Barça de las Cinco Copas
El interior reconvertido a lateral dejó huella durante 17 años de azulgrana
Fernando Daucik, el entrenador que llegó al Barcelona a través de un equipo llamado Hungaria con el que disputaba partidos amistosos para huir de la Checoslovaquia comunista, le invitó un buen día a cambiar de posición. “Prueba aquí, a ver cómo te va”. Y Josep Seguer, que se desenvolvía habitualmente en la posición de interior, se convirtió en el lateral del legendario equipo de las Cinco Copas. Seguer había llegado en 1940 al Barcelona, procedente del Parets, el equipo de la ciudad donde nació en mayo de 1923, Parets del Vallès. Fue cedido al Granollers, antes de incorporarse en 1942 al primer equipo del Barcelona, con el que disputó 470 partidos, marcó 133 goles y ganó cinco Ligas, cuatro Copas de España, dos Copas Latinas y dos Copas Eva Duate. También fue cuatro veces internacional con la selección española.
Le apodaban Patetis y también Diésel. Siempre mantuvo que el Barcelona ya practicaba en su época (desde 1943 a 1957 en el club azulgrana y desde 1957 a 1959 en el Betis) un estilo similar al de ahora. Lo describía muy coloquialmente. “Florencio”, decía en referencia al delantero argentino que militó en el Barcelona entre 1947 y 1949, “nos comentaba: ‘Yo tengo la bolita. Te doy la bolita, pero… devuélvemela, y nos iremos pasando la bolita’. El estilo de nuestro equipo se podría equiparar al actual, y es más, pienso que cualquiera de los integrantes del equipo del Barça de las Cinco Copas podría jugar en el Barça de hoy”, opinaba en una entrevista a Mundo Deportivo.
Su capacidad de adaptación a diferentes posiciones en el campo inspiró el título del libro Josep Seguer, el primer comodín del Barcelona, escrito por el periodista Toni López Jordà, con prólogo de Manuel Vázquez Montalbán.
En 1957, con 33 años, se llevó probablemente el mayor disgusto de su carrera. Estaba firmemente decidido a vestir una temporada más de azulgrana antes de retirarse. Pero una normativa de la Federación Española limitó las plantillas a 25 jugadores y el Barcelona le dio la baja. “Mi larga trayectoria en el equipo, sin crear nunca ningún problema, sin exigir nunca nada tampoco, y amoldándome a todos los puestos que quisieron asignarme, creo que eran merecedores de una última atención final”, se lamentó entonces.
Además, no pudo despedirse como jugador del Barcelona en el Camp Nou, inaugurado el 27 de septiembre de aquel año. “Ya me había retirado. Tenía la representación de las cervezas San Miguel y no quería irme de Barcelona. Pero don Benito Villamarín vino, me convenció y me puso un talón en el bolsillo”. Fichó por el Betis, equipo en el que empezó, en la temporada 1958-1959, su carrera como entrenador. Después jugó y entrenó al Manresa, a partir de 1961 dirigió al segundo equipo del Barcelona y fue el ayudante de Ladislao Kubala en el primer equipo y también de Josep Gonzalvo y de César.
Llegó a ser el primer entrenador del Barcelona en la temporada 1969-1970, tras el adiós de Salvador Artigas y antes de la llegada de Vic Buckingham, del que también acabó siendo ayudante. Dirigió a otros muchos equipos como el Manresa, el Badalona, el Terrassa, el Figueres, el Gavà y el filial del Villarreal.
Seguer fue ingresado el 26 de agosto en el hospital de Reus, donde fue visitado, entre otros, por Roberto Fernández, el exjugador internacional del Valencia y del Barcelona, que le consideraba su padre deportivo. Seguer y Ramallets fueron homenajeados por el Barcelona poco antes de un partido de Liga contra el Mallorca el 6 de abril de 2013. Ramallets falleció el 30 de julio y Seguer, en la madrugada de ayer. Será enterrado hoy a las 12.00 en L’Hospitalet de L’Infant (Tarragona), donde residía.
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