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El CÓRNER INGLÉS
Columna
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El 'show' más grande del mundo

David Silva pierde la bota derecha al intentar zafarse de Ward.
David Silva pierde la bota derecha al intentar zafarse de Ward.PHIL NOBLE (REUTERS)

Cuando veo al Barcelona, para mí es arte.”—Arsène Wenger, entrenador del Arsenal, en 2009

La debilidad de la Premier es que apenas el 30% de los que juegan en ella son ingleses. También es su fuerza. Ayuda a explicar por qué es, con diferencia, la liga de fútbol más popular del planeta. La Liga española es española, la alemana es alemana, la italiana es italiana, la francesa es francesa. La Premier es mundial.

Lo que estamos viendo esta temporada indica que la tendencia se va a consolidar. Por dos razones. Una: la Premier ya dominaba la tierra cuando tres equipos se disputaban el título; hoy hay ocho clubes en la pelea. Dos: cuesta abandonar los viejos prejuicios y uno repetido aquí (hasta el aburrimiento, quizá) es que el fútbol en Inglaterra es craso y primitivo, pero si los hechos cambian las opiniones deben cambiar también; hay que reconocerlo y lo que estamos viendo hoy, en más y más equipos, es un fútbol en el que la posesión del balón, y no el pelotazo especulativo, se considera como la máxima virtud.

El Chelsea de José Mourinho se resiste a la revolución, optando por el viejo método de la asfixia y el contragolpe, pero el fútbol de Pep Guardiola es el que ha encandilado a Inglaterra y al resto del mundo en los últimos años y ese es el que aspiran a replicar no solo equipos grandes como el Manchester City, el Arsenal, el Liverpool, el Tottenham y el Everton, sino también el Swansea y el Southampton.

Pasarán décadas hasta que la Bundesliga pueda competir con la Premier en Tailandia, Australia o Sierra Leona

De repente resulta apetecible para un neutral un partido que hace un año hubiera tenido poco interés. Hay peores formas de pasar un par de horas después de comer que viendo un Everton-Southampton (juegan hoy) o un Swansea-Tottenham. Entrenadores españoles, argentinos, daneses; jugadores de todos los continentes; partidos en los que la inteligencia táctica y el talento individual de los de fuera convergen, en trepidante equilibrio, con la furia descabezada del fútbol tradicional inglés.

Mucho se ha hablado de que la Bundesliga es donde se juega mejor al fútbol hoy en día. Puede ser, aunque el destino del campeonato actual ya está cantado y la diferencia en la tabla entre el primero y el octavo es de 20 puntos, mientras que en Inglaterra es de ocho. Pero el fútbol alemán está muy por detrás del inglés en cuanto al impacto global de la marca. Invirtiendo nacionalidades automovilísticas, es como comparar un BMW con un Rover. Tendrán que pasar varias décadas hasta que la Bundesliga pueda competir con la Premier en Tailandia, Australia o Sierra Leona.

La Premier recibe la misma cantidad de dinero en derechos internacionales de televisión que la LFP en total

En cuanto a la Liga española, donde la diferencia entre el primero y el octavo es de 23 puntos, los datos son demoledores: la Premier recibe la misma cantidad de dinero en derechos internacionales de televisión que la LFP en total y, si sumamos los derechos nacionales de ambas, bastante más del doble.

Las razones por las cuales podemos afirmar con total seguridad que la brecha en cuanto a pegada mundial entre las dos ligas se va a ampliar no se limitan a la mayor competitividad que se da en Inglaterra. Otra razón, más de fondo, es la del carácter internacional de la Premier. Del mismo modo que para que uno se considere un auténtico londinense ya no tiene que haber nacido en Londres, ni siquiera en Inglaterra, un seguidor de la Premier en Kuala Lumpur siente igual derecho a identificarse con el fútbol que se juega en la Isla que uno nacido en Newcastle.

Otro factor más es la relativa calidad del producto televisivo. La diferencia entre la atención al detalle y la capacidad de generar dramatismo en la puesta en escena de los partidos de la Premier comparada con lo que vemos en los partidos de la Liga española es abismal. Comparar los dos es casi una crueldad. Exagerando solo un poco, Sky Sports es a Mediapro lo que es una película de Steven Spielberg a un vídeo familiar filmado con una Blackberry por un niño de diez años.

Para ser justos con el capitalista-estalinista al mando de Mediapro, tampoco ayuda que cuando un aficionado en Singapur ve el Getafe-Barcelona en televisión lo primero que le llama la atención es que el estadio está medio vacío. Si a los españoles no les interesa ver a su equipo líder, se preguntará el singapuriano, ¿por qué me va interesar a mí?

La pasión que hay por el fútbol en Inglaterra, expresada en estadios llenos haya sol o tormentas invernales, contagia al telespectador en todos los continentes. Ni siquiera cierran en Navidades. El show continúa, y continuará. No hay rival.

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