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Historias de un tío alto
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El bendito aburrimiento de los Spurs

Duncan, Parker y compañía cometen el peor de los pecados: el pecado de la regularidad

Gregg Popovich, técnico de los Spurs, habla con Tim Duncan.
Gregg Popovich, técnico de los Spurs, habla con Tim Duncan.Darren Abate (AP)

Muchos aficionados al baloncesto les dirán que el problema de los Spurs de San Antonio es que son aburridos. Esa gente se equivoca. Los Spurs no son aburridos. De hecho, si te sientas a ver a los Spurs de San Antonio, lo primero de lo que te das cuenta es de lo poco aburridos que son. El equipo siempre juega un estilo de baloncesto con un ritmo rápido que se acerca a la elegancia en su ejecución, en el que todo son pases, movimientos fluidos y pensamiento coordinado.

Pero la mayoría de la gente no se sienta a ver a los Spurs, por lo que la mayoría de la gente nunca sabrá si los Spurs son aburridos o no. Eso se debe al verdadero problema al que se enfrentan los Spurs de San Antonio. En una época que abraza la fugacidad y la poca visión de futuro, los Spurs han cometido el peor de todos los pecados: el pecado de la regularidad.

Y una vieja máxima sobre la NBA establece que lo mejor de “la Liga”, como la llaman sus miembros, es que siempre hay otro partido. Si pierdes en Detroit, ¡no te preocupes! Estás a punto de jugar en Milwaukee. Bueno, parece que el resto del mundo ha estado escuchando las charlas pospartido en las que se acepta este tópico junto con los análisis de fallos defensivos (pasados por alto) y las advertencias de mantenerse fuera del registro de la policía (también pasadas por alto). En el mundo actual en general, nada dura. Ni las noticias, ni las estrellas del pop y ni siquiera el cierre de tu bolso de mano, que deberías cambiar, por cierto. Estamos atrapados en lo último, o en lo más fantástico. Sospechamos de todo lo viejo y estamos preparados para algo nuevo. Y siempre tenemos prisa por pasar de lo uno a lo otro.

Todo se habrá acabado dentro de poco: la vida, la coordinación y la capacidad pulmonar de Tim Duncan. Que es la razón por la cual deberíamos dejar de llamar aburridos a los Spurs

Y en este cenagal de oportunismo, criticamos a un equipo de baloncesto que parece que lleva siendo más o menos el mismo desde que Nixon fue a China. No es extraño que la gente piense que los Spurs son aburridos. Tim Duncan, Manu GinóbIli, Tony Parker: llevan más tiempo juntos que Facebook. ¿Qué son, como mi padre?

El día en que (probablemente) lean esto, cumpliré 36 años. De acuerdo con la mayoría de los criterios racionales, tener 36 años no es ser precisamente viejo. Pero la edad es complicada, especialmente la mía: hago de puente entre la época anterior y posterior a Internet, lo que hace que parezca mayor de lo que soy (y hoy parezco bastante mayor, al menos a mí me lo parece.)

Pensarán, dada mi avanzada edad, que sé reconocer algo bueno cuando lo veo y que puedo apreciar a los Spurs. Pero soy tan culpable como el tipo de al lado. También me ha infectado el virus de la inmediatez. Cuando pienso en ver jugar a los Spurs, surge el siguiente pensamiento tan sistemáticamente como la secuela de una película de acción taquillera: “Son buenos, podría verlos la próxima vez”. Los Spurs siempre han estado ahí. ¿Por qué no iban a estar ahí siempre?

Pues porque nada va a estar ahí siempre. Ni mi juventud, ni mi capacidad para dar volteretas, ni tampoco Gregg Popovich y los Spurs de San Antonio. Todo se habrá acabado dentro de poco: la vida, la coordinación y la capacidad pulmonar de Tim Duncan. Que es la razón por la cual deberíamos dejar de llamar aburridos a los Spurs. Y limitarnos a verlos, mientras podamos.

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