Jordi Alba vuela otra vez

“Alba vuela”, dice Iniesta, que sabe de lo que habla. Disfrutó a su lado la irrupción del entonces lateral del Valencia en la selección española durante la Eurocopa del 2012 en Polonia y Ucrania, cuando a la carrera se subió al carro ganador y se puso la roja para ser campeón europeo y luego la camiseta azulgrana como jugador del Barça.

Iniesta le disfrutó el curso pasado en el carril izquierdo, después de que Zubizarreta negociara el pago de 12 millones de euros al conjunto valenciano. “Una bala”, le elogió Xavi. La intuición del tipo que creció como delantero y terminó viviendo en el lateral la sufrieron uno tras otros los rivales de su equipo. Como el Celtic, por ejemplo, que el año pasado aguantó los ataques del Barça durante 90 minutos en el Camp Nou hasta que apareció Jordi para desatascar el duelo con el cronómetro casi al límite.

“No le voy a descubrir yo”, dijo ayer Tata Martino, feliz de tenerle de vuelta en la competición, después de que el lateral de L’Hospitalet se rompiera dos veces la explosiva musculatura de sus piernas. Primero, la derecha, el 15 de septiembre, jugando contra el Sevilla. Tres semanas después, mientras se recuperaba de la rotura fibrilar sufrida, se rompió el recto anterior de la izquierda durante un entrenamiento. “Jugó en Cartagena [en la Copa] más tiempo del que debía pero se sentía bien. Estipulamos entre 60 y 70 minutos y acabó jugando 80. Lo hizo en buena forma”, celebra el Tata, que hoy le necesita, en ausencia de Dani Alves, lesionado. “No sabemos cuándo le tendremos de vuelta”, reconoció Martino, que no se lamentó por la baja del lateral brasileño; a estas alturas no se preocupa: “Tenemos cuatro futbolistas parecidos, todos atacan bien y todos defienden bien; en ese sentido, son muy parecidos”, dijo antes de meter a Alba en el mismo paquete en el que viven Adriano, Montoya y Alves.

“Estoy mejor que antes de lesionarme. Al final, te cuidas y te dosificas más”

Lo cierto es que, atendiendo a los números del canterano, su participación de un año a otro dista mucho de ser comparable. Jugó 44 partidos, marcó cinco goles y dio cinco asistencias durante su primer año en el Barcelona, pero en su segunda temporada, por culpa de las lesiones, al Tata solo le ha podido dar cinco partidos, no ha cantado gol y no ha dado ninguna asistencia.

Aún y así, le valora Martino. “Alba es fiable defensivamente, disciplinado y al atacar, desborda con facilidad”, dice el técnico. “Estoy mejor que antes de lesionarme”, reconoce Alba, que no tendrá problema para comparecer hoy en escena por segundo partido consecutivo tras haber reaparecido en Cartagena. “Cuando pasas una lesión larga al final piensas mucho en las cosas: y te cuidas más, te dosificas más. Ahora estoy muy bien físicamente. De todo se aprende”, asegura el lateral. “Es listo, sabe escoger, sorprende al aparecer a la espalda de las defensas rivales y al recuperar su posesión... y es muy majo”, destaca Del Bosque.

Jugador de perfil humilde en el vestuario, donde ríe mucho y habla poco, Alba, de 24 años, sigue llegando a la ciudad deportiva acompañado al volante por un amigo o por su padre, lejos del resplandor de las estrellas: no tiene carné de conducir, pero cuando vuela en el campo, no hay quien le pare.