Los ‘zumbidos’ de Park
El director deportivo del Celtic, genio cazatalentos, recompone con sus fichajes las arcas del club sin afectar a la competitividad del equipo
Su pedigrí atraía a jugadores de piernas cansadas y aureola ilustre, imán para futbolistas que dilataban el ocaso de su carrera con sueldos generosos. Como Di Canio, Larsson, Roy y Robbie Keane, Ljungberg… Pero el Celtic, al igual que ahora, no decía ni pío en la Champions para pelear por la segunda competición europea y su liga. En verano de 2010, con la caja raquítica porque las televisiones redujeron sus pagos y porque chirriaron fichajes avalados por el técnico Tony Mowbray, la historia parecía repetirse porque David Calamity James y Sol Campbell estaban a punto de ser los nuevos bhoys. John Park, el nuevo director deportivo, lo evitó.
“Tenía fama de fichar bien y barato, además de potenciar el desarrollo de los jóvenes”, revela con orgullo Park a EL PAÍS; “y tanto la directiva como el entrenador Lennon pensaban que había que cambiar la filosofía. Por eso se decidió no fichar a exestrellas de 32 años, sino a jóvenes que dieran rendimiento inmediato”. Así, no es de extrañar que la media de edad del equipo titular sea de 25,7 años; por los 27 del Barça, rival este miércoles en el Camp Nou.
Todo empezó en 2010 con la venta de Aiden McGeady por 12 millones al Spartak de Moscú. Ese dinero decidió a Park a lanzarse, a fichar futbolistas como Forster (cedido), Izaguirre (730.000 euros), Kayal (1,8 millones) y Gary Hooper (2,9), todos con sueldos que no superaban el medio millón anual. “Hubo ciertas dudas sobre los nombres; aunque se entendía que había que remodelar el modelo”, cuentan desde el club. Pero, concluido el curso, ya nadie volvió a poner en duda el ojo de Park: Forster firmó 23 partidos sin encajar (récord de imbatibilidad); Hooper se quedó segundo en la lucha por el pichichi con 20 dianas; Kayal se convirtió en el jugador del mes de enero; e Izaguirre fue escogido como el mejor del campeonato. Nada nuevo para Park, un genio cazatalentos.
“Pasamos de fichar a exestrellas para traer jóvenes que dieran rendimiento”, cuenta
Futbolista amateur, Park colgó las botas a los 28 años para coger un equipo de barrio, el Woodhead Oak, y ascenderlo cuatro temporadas seguidas. Seducido por el reclamo del defensa profesional Billy Mclaren, fichó por el Hamilton Accies sub-18. “Allí entrenábamos en un parking de coches repleto de baches, iluminados por cuatro bombillas sobre los postes”, rememora. No necesitó más para ganar la Copa juvenil a nivel nacional, por lo que el Motherwell llamó a su puerta. Y bajó una estructura profesional, pulió a jugadores internacionales como James McFadden (ha regresado al Motherwell tras pasar por Everton, Birmingham y Sunderland) y Lee McCulloch (Rangers).
Suficiente para que Alex McLeish, entonces técnico del Hibernian, lo reclutara en 1998. “Era capaz de fichar a Ivan Sproule (Irlanda del Norte) de un instituto o al internacional Steven Whittaker (Escocia), que era un vecino suyo”, rememoraba para el Sunday Times Tony Mowbray, destituido el mes pasado del Middlesbrough. Y creó la que para muchos es la mejor generación de jóvenes del Hibs, con Steven Fletcher (Sunderland), Gary Caldwell (Wigan), Kevin Thomson (Middlesbroug) y Scott Brown (Celtic), entre otros. Tantos éxitos y elogios, al fin, le hicieron creer en su talento y renunciar a su puesto como director de informática en la Universidad de Glasgow Caledonian, allá en 2001.
Mowbray: “Fichó a un chico de un instituto y a su vecino, y los hizo internacionales”
Pronto constató el Celtic que Park siempre acertaba en la diana. Por lo que en 2007 lo nombró director del fútbol base. Al tiempo, el propio Mowbray fracasó como técnico del primer equipo al apostar por jugadores como Marc Antoine Fortune (WBA) y Danny Fox (Southampton), Keane (LA Galaxy) y Kamara (Eskisehirspor), silbados por la grada. Por lo que Park ascendió a la dirección deportiva y viró la política de fichajes, siempre fiado a su ojo. “Nuestros criterios son como los del Barcelona”, subraya el director deportivo; “creemos en el talento, el toque, la técnica, la visión... El problema es que la realidad económica nos impide fichar al nuevo Xavi o Iniesta”. Pero le alcanza para comprar a futbolistas emergentes como el portero Foster (internacional con Inglaterra), los juveniles Lewis Kid y Marcus Fraser, además de los centrales Ambrose (Nigeria) y Van Dijk. “Todos los jugadores me dan un zumbido de diferente manera antes de ficharlos”, interviene Park; “Y con Van Dijk, Lennon nos pidió un central fuerte y que sacara el balón con facilidad, pero Piqué y Hummels ya tenían equipo... Por lo que tiramos de nuestros cuatro programas de software y nuestra red de ojeadores. Y ahora es una verdadera perla”.
El ejemplo perfecto para definir a Park y para explicar la revitalización económica del Celtic, que el año anterior pasó de una deuda neta de 8,3 millones a 155.000 euros. Una nimiedad si se tiene en cuenta que este verano vendieron al mediocentro Wanyama al Southampton por 14,5 millones. Como hicieron con McGeady, Sung-Yong Ki (al Swansea; 7 millones), Hooper (al Norwich; 63), entre otros. Guarismos que no pasan desapercibidos en el resto de clubes. “Rechacé en 2006 una oferta de Mourinho para ir al sub-18 del Chelsea y otra del West Bromwich. También hablé hace poco con el Tottenham y este verano con el Málaga”, reconoce Park.
Pero sigue en el Celtic con su fórmula: compra jugadores a precio de saldo, los revaloriza y los vende por millonadas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.