El ‘método Cruyff’ llega a A Coruña
El técnico holandés propugna entrenamientos especializados según las características de cada futbolista
Hace casi 20 años que se alejó de la primera línea del fútbol profesional, pero Johan Cruyff todavía irradia el magnetismo propio de los mitos. Este viernes en A Coruña entró en una sala donde estaban congregados más de 600 entrenadores, algunos de ellos en activo en el fútbol profesional, y su sola presencia armó un rebumbio. Luego precisó poco más de media hora para dejar claro que en su cabeza todavía hay espacio para trazar ideas innovadoras. El tipo al que muchos señalan como el padre del fútbol contemporáneo quiere ir más allá y abriga otra revolución. “En golf un jugador puede tener un entrenador para mejorar el drive, para chippear o para el putt; en fútbol solo hay un entrenador para 20 jugadores. Ya puede ser un fenómeno. Es una absurdez”, espetó ante su auditorio un Cruyff en estado puro.
El nuevo fútbol que pregona el holandés tiene que ver con la especialización, la de técnicos y jugadores, con la división en grupos de trabajo según las condiciones y el rol que se desempeña sobre el campo. “No se está trabajando bien la parte técnica del fútbol. No puede entrenar igual un centrocampista que un extremo o un defensa central”, receta Cruyff, que pone el foco sobre el trabajo que se ha iniciado en esa línea en el Ajax. Integrante de su consejo supervisor, una suerte de supradirectiva, Cruyff no dudó en acudir hace dos años a un juzgado para frenar el nombramiento de Louis Van Gaal como director deportivo. Salió victorioso y trazó un nuevo futuro en el club holandés, en el que se ha conformado un equipo de técnicos con exfutbolistas como Overmars, Bergkamp, Van der Sar, Win Jonk, Richard Witschge o John Bosman. Ellos deciden cómo se entrena, a quién se ficha o se traspasa y el salario de los jugadores. “Y el resto a callar”, zanja Cruyff. “El fútbol no puede ser de los empresarios. Yo no soy electricista, así que no me pongo a arreglar la luz. Conseguimos cambiar la cultura del club. No quería llegar a ese punto, pero si no te dejas intimidar ante 100.000 personas no lo vas a hacer por estar ante cinco jueces”, argumenta. La nueva rutina que aplica el Ajax la ilustra Cruyff como el camino a seguir. No deja de ser una suma de capacidades y una puerta para generar más puestos de trabajo para entrenadores en el fútbol profesional. “Koeman (en la actualidad, técnico del Feyenoord) siempre será el mejor entrenador para los defensas, pero no será tan bueno con los delanteros como yo. Así que la única solución es trabajar juntos”.
Esa apuesta por la especialización parte además de una idea clara desde la base, la que privilegia el talento y la maduración personalizada de cada chico. Cruyff alerta sobre lo que sucede en edades tempranas, sobre cómo compiten equipos conformados según el calendario y no el talento. “Se agrupan a los pequeños por años naturales, pero hay niños que nacen en febrero y otros en diciembre y compiten entre ellos. Muchas veces la diferencia en cuanto a resultados la marca la fuerza y no la calidad. Y lo peor es que al entrenador de fútbol base sólo se le valora en el momento que gana. ¿Alguien se acuerda de si el juvenil B de un equipo ganó la Liga hace cinco años?”, se pregunta. Cruyff entiende que se fomenta el crecimiento de chicos “fuertes y rápidos” en perjuicio de los que tienen calidad, pero no un cuerpo tan desarrollado. Y que cuando el físico se iguala, la fuerza ya no mete goles y el talento se aburrió de esperar que lo moldearan. “Por eso es vital un cambio de orientación”, alerta. “Y tener suerte con algún resultado”, reconoce.
La reciente victoria del Ajax sobre el Barcelona, pero sobre todo el modo cómo se produjo, estima Cruyff que dará tiempo a que esa nueva vuelta de tuerca que promueve pueda seguir forjándose. “Hay excepciones como la de Busquets, pero por regla general los jugadores pequeños o livianos son los mejores. Lo son porque desde pequeños aprenden a que si uno más grande choca contra ti te vas al suelo. Y las piedras hacen daño. Ves a Xavi o a Iniesta y percibes que es algo natural, que siempre se orientan bien, que saben en todo momento donde están”. Con todo, concede que es necesario aportar algo más que calidad para poder triunfar en el fútbol. “El carácter es importante”, avisa. Y ahí pondera a dos tipos de profesionales. Los fenómenos, entre los que enumera a Messi, Cristiano Ronaldo o Xavi, y los que no llegan a ese techo, pero aportan otros conceptos. “Por ejemplo Pedro o Tello no pueden vivir solo de la técnica y lo compensan con la velocidad, con el físico en definitiva”. El problema llega, según considera, cuando ese tipo de futbolista gana partidos y comienza a germinar la idea de que ese es el camino. “Por eso hubo una época en la que todos corrían y jugaban poco”. Y ya se sabe que a Cruyff lo que le gusta es tener la pelota, no ir tras ella. “Tiene una explicación muy simple”, reflexiona: “Cuando tenemos un balón somos unos niños. Con menos pelo, pero niños”.
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