Alerta en la Premier por usar niños para pasar bengalas a los estadios

No había empezado siquiera el partido cuando el padre de James, un chaval de ocho años seguidor del Everton, escuchó quejarse a su hijo. El crío, de pie en su asiento mientras esperaba la salida de los jugadores, había sufrido un golpe en la cabeza. El impacto de una bengala. Al ver la marca roja en el cuello y que aún había restos de ceniza que podían quemar, se llevó al crío para que lo atendieran. Pudieron regresar a su asiento. Por poco tiempo. Estaban tan asustados que se tuvieron que marchar.

El relato sobre lo ocurrido que la madre de James hizo ayer a la BBC refleja una creciente preocupación sobre la utilización de bengalas y bombas de humo en los campos de fútbol ingleses. Según un estudio de una comisión supervisado por la Premier publicado ayer, durante los tres primeros meses de la actual temporada se han producido 96 incidentes por uso de bengalas o similares en las distintas divisiones y torneos. Una tendencia que, de seguir así, superaría a la del curso pasado, en el que se registraron un total de 172 incidentes, 72 más ya que la anterior temporada. Más alarmante si cabe es el aprovechamiento por parte de los hinchas más radicales de niños, algunos de ocho años, que ejercen de “mulas” y meten en los campos las bengalas, camufladas en sus mochilas.

El informe, elaborado a partir de la consulta a 1.635 seguidores, indica que más de la mitad ha visto cómo se utilizaban bengalas, o material similar, en un partido; al 24% ese uso le impidió seguir el partido; el 10% sufrió problemas por la inhalación de humo y un 2% ser vio afectado por el calor de las bengalas. “La gente piensa que las bengalas crean una atmósfera especial. Pero aunque eso sea cierto, es ilegal”, recordaba Amanda Jacks, de la Asociación de Seguidores de Fútbol.

En Italia, al Juventus le ha salido cara la operación para borrar la mala imagen que los ultras dejaron hace un mes durante el partido ante el Nápoles, en el que fueron constantes los cánticos discriminatorios y por el que ya fueron multados con 50.000 euros. La Juve decidió cerrar a los radicales una parte del estadio e invitar a 12.000 niños, el pasado domingo, ante el Udinese. Ayer, un juez deportivo multó con 5.000 al club turinés por un “cántico injurioso” que “jovencísimos” aficionados dedicaron al portero del Udinese, el serbio Zeljko Brkic. Le gritaban: “Ooooohhh...mierda”.