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El dinero no puede con el alma

El Atlético, con seis suplentes en el once, arranca un empate ante el millonario Zenit, que no pudo con el gen competitivo de los rojiblancos Un error de Courtois igualó el tanto de Adrián

Ladislao J. Moñino
Raúl García se lamenta de una entrada de Arshavin.
Raúl García se lamenta de una entrada de Arshavin.Dmitry Lovetsky (AP)

Por encima de todo, el Atlético compite. Da igual que lo haga con seis suplentes, con balón o sin balón, aunque ahí tenga cuentas pendientes que mejorar cuando se repliega para ceder el campo. Es un equipo con alma, todo lo contrario que el Zenit, una fría amalgama de figuras internacionales que Spaletti no ha conseguido que en Europa justifiquen los altos precios pagados por ellos. Entre otras cosas porque solo parecen sentir el juego en una dirección. Corren poco hacia atrás y se juntan de manera funcionarial para hacer simulacros de presión. Muy poco para derrotar a un conjunto que solo se trajo un empate porque erró un jugador que nunca suele fallar: Courtois. Midió mal el portero belga un globo que generó un despeje de Alderweireld y se lo tragó ante su propia estupefacción.

Más allá del millón de euros que otorga la victoria, el partido medía al Atlético como equipo y como plantel. Sin seis de sus futbolistas más importantes, Simeone concedió la titularidad a Alderweireld, Insúa, Guilavogui, Cebolla Rodríguez, Adrián y Raúl García. A este último lo situó como nueve único y de referencia, en otro ejemplo de la flexibilidad táctica que caracteriza a su entrenador, según los partidos y los contextos. Cuando el Atlético tuvo pase para llegar arriba, muy poco en el primer tiempo, fue determinante con una maniobra excepcional.

ZENIT, 1; ATLÉTICO, 1

Zenit: Lodygin; Smolnikov, Hubocan, Lombaerts, Criscito; Witsel, Fayzulin (Bystrov, m. 63), Shirokov (Arshavin, m. 63); Shatov, Kerzhakov y Hulk. No utilizados: Baburin; Khodzhanyiazov, Neto, Zyryanov, Tymoschuk.

Atlético: Courtois; Juanfran, Miranda, Alderweireld, Insua; Guilavogui, Gabi; Cebolla Rodríguez (Óliver, m. 80), Koke, Adrián y; Raúl García. No utilizados: Aranzubia; Manquillo, Gimenez, Lucas, Óliver Torres, Baptistao, Ndoye.

Goles: 0-1. M. 53. Adrián. 1-1. M. 73. Alderweireld, en propia puerta.

Árbitro: Martin Atkinson (Inglaterra). Amonestó a Juanfran, Raúl García.

Unos 20.000 espectadores en el estadio Petrovsky de San Petersburgo.

Se había desplegado el Zenit en un ataque que acabó matándole por esa mala predisposición a correr hacia atrás. Recibió la pelota Raúl García de espaldas, a la altura del centro del campo, se giró y divisó tantos metros como pocos jugadores del Zenit. El caldo de cultivo ideal para que Adrián explotara su velocidad. Corrió al espacio, enganchó el balón a su bota derecha y dibujo una de esas carreras que tanto le hacen creer a su entrenador. Se fue hasta al área, se fue centrando y le coló la pelota entre las piernas a Lodygin.

Otro giro sibilino de Raúl García al borde del área, que trató de embellecer con una vaselina que se estrelló en el larguero confirmó ese rol de jugador que interviene poco, pero casi siempre para decidir.

El tanto de Adrián, enseñó todos los males del Zenit y una de las mayores virtudes de este Atlético, su predisposición para aprovechar los errores del contrario cuando le ha cedido el control del balón. En la medida que Simeone logre que el equipo tenga la misma eficacia para defender los espacios que para atacarlos con precisión cuando tiene que desplegarse a la contra desde tan atrás, habrá construido un equipo aún más temible. No le importó esa concesión de la pelota ante un equipo en el que solo los intentos de Hulk por enseñar que es un jugador de primer nivel, pese a su millonaria emigración a un campeonato menor, fueron una amenaza real. Dos veces enseñó el cañón que tiene en la pierna izquierda. Fueron dos zambombazos centrados, pero que exigieron manos duras a Courtois.

Hulk trató de monopolizar el ataque del Zenit moviéndose por todo el frente de ataque. Hizo más bajó cuando bajó a recibir al medio para tratar de combinar que cuando lo intentó por la banda derecha. Ahí se encontró con Insúa, que fue uno de los secundarios más notables. Si en Villarreal quedó en evidencia, anoche pudo recomponer su imagen. Salió ganador de todos los duelos con Hulk por anticipación, salvo en uno. De todos los no habituales, el que más defraudó fue Guilavogui. Se supone que por sus condiciones físicas es un jugador que debe imponerse en el centro del campo. Lo hizo nada o casi nada. Le ganaron demasiado la espalda y sus movimientos defensivos destaparon a un jugador temeroso. Cuando el Zenit atacaba en superioridad y alguno de sus futbolistas conducía una contra, en vez de intentar cortar, reculaba hacia sus centrales en lo que parecían intentos por protegerse él que por guardar a su equipo.

Tampoco el Cebolla Rodríguez dio mucha profundidad al juego. Llegó de madrugada tras el nacimiento de su primer hijo y Simeone le prefirió a Óliver, que solo tuvo 10 minutos, suficientes para explicar que, igual que todos los estilos son lícitos para jugar, también lo son para competir. Y Óliver como mejor compite, entre otras cosas, es desde pases como el que le dio a Raúl García, que pudo significar la victoria si Lodigyn no hubiera metido la puntera.

“Adrián se acerca al que queremos”

L.J.M.

El desfile de los no habituales en el once inicial generó que la rueda de prensa de Diego Pablo Simeone se centrara en sus evaluaciones individuales. Una de ellas, la de Adrián, autor de un gol muy suyo, a la carrera, fue significativa porque es un futbolista al que considera imprescindible para afrontar el segundo tramo del curso, donde el técnico cree que puede ser, junto a Raúl García, decisivo para que no baje el nivel cuando el cansancio o las lesiones aparezcan en Villa, Diego Costa o incluso en Arda o Koke. “El crecimiento de Adrián nos acerca más al jugador que necesitamos”, se felicitó Simeone, al que también le satisfizo la solvente actuación de Insúa: “Lo hizo bien ante un jugadorazo como Hulk”. En cambio, por cómo la resumió, la actuación de Guilavogui, no debió convencerle demasiado en el primer tiempo: “Creció más en el segundo tiempo. Mostró personalidad y el juego que tiene entre líneas. Es uno de los futbolistas que menos minutos ha tenido y el equipo va a salir beneficiado de su crecimiento”. Al mediocentro francés le está costando asimilar algunos conceptos y el ritmo de juego y de balón del equipo.

Sobre el desarrollo del partido, Simeone explicó por qué el equipo se replegó tanto: “Hicimos un gran trabajo defensivo. Sabíamos de su juego entre líneas e hicimos que escasearan los espacios para no dejarles arrancar en velocidad, como sucedió en el Calderón. Raúl García bajó mucho a trabajar y a partir de ahí ellos tuvieron dificultades”. Además del empate, el Atlético se vino con la deseada amarilla de Juanfran, que llegará limpio a octavos.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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