Exhibición táctica de Guardiola
Pep mejora en cada cambio al Bayern hasta golear al Borussia (0-3) y sentenciar la Liga
En el arte de la transformación, Pep Guardiola convirtió a un mediocre Bayern en la primera parte en un gran Bayern al final del encuentro. Moldeó el equipo a su antojo, poco a poco, cambio a cambio, hasta doblar la rodilla del orgulloso Jürgen Klopp. El técnico catalán le ganó la partida y seguramente la Liga al germano (el Dortmund queda ya a siete puntos), y el saludo entre ambos al final fue respetuoso pero frío, consecuencia de algunos comentarios despectivos de Klopp a la esencia del juego guardiolista. Dos gigantes en la dirección con gustos muy distintos.
Pep fue envalentonando al Bayern en cada retoque: la presencia de un Götze todavía fuera de forma, aunque decisivo con el punterazo que abrió el encuentro; la entrada de un serenísimo Thiago, ausente desde agosto por una lesión, que le concedió el toque y la pausa precisa a los bávaros; y la ductilidad de Javi Martínez, trasladado hasta en cuatro ocasiones de posición. El resultado, en todo caso, fue abultado. El Dortmund no se rinde ni cede nunca. Pese a sus numerosas bajas en defensa, vendió cara su derrota. Y el recital de Lewandowski en el juego de espaldas se quedó sin nada por la portentosa respuesta de Neuer en los uno contra uno.
La mala noticia para el Bayern en la primera parte fue que su salida de balón estaba en los pies muy a menudo, demasiado, del central Boateng, en desplazamientos tan largos como desorientados. La buena es que se fue al descanso con el marcador intacto. A Guardiola le falló en ese periodo una de las claves de su ideario: el control del centro del campo, intrascendentes Lahm y Kross, perdido Javi Martínez de mediapunta. Pep le había ahorrado la bronca inicial a Götze, suplente en su vuelta al Westfallen Stadion.
BORUSSIA, 0- BAYERN, 3
Borussia: Weidenfeller; Grosskreutz, Sokratis, Fiedrich, Durm; Bender (Piszcek, m. 79), Sahin; Blaszczykowski (Aubameyang, m. 70), Mkitaryan (Hofman, m. 70), Reus; y Lewandowki.
Bayern: Neuer; Rafinha (Van Buyten, m. 80), Boateng (Thiago, m. 63), Dante, Alaba; Javi Martínez, Lahm; Robben, Kros, Müller; y Mandzukic (Götze, m. 56).
Goles: 0-1. M. 66. Götze, en un punterazo. 0-2. M. 84. Robben, 0-3. M. 87. Müller.
Árbitro: Manuel Gräfe. Amonestó a Boateng, Rafinha, Grosskreutz, Mandzukic, Mkitarian,
65.000 personas en el Westfalen Stadion.
Tras el descanso, Guardiola avanzó la posición de Lahm y retrasó a su vez la de Javi Martínez. A continuación, entró Götze. El beneficio fue inmediato, en todos los sentidos. Más cómodo Martínez en el arranque de la jugada, aunque su retroceso en el campo no acabaría ahí. Pep le reservó un tramo como central por el amonestado Boateng. Entró Thiago y el equipo era otro. Mucho más dotado con el balón. Thiago masticó las jugadas y el centro de Müller desde la derecha lo esperaba ansioso Götze. Soltó un punterazo esquinado al que no llegó Weidenfeller. Un jugador tan fino como él no le hizo ascos a un recurso tan brusco pero efectivo y dañino para los porteros. La sutileza vendría de Robben: la pelota voló picadita, rodando enroscada, por encima de la cabeza y los brazos abiertos de Weidenfeller. El extremo holandés venía de un esprint potentísimo tras un gran cambio de orientación de Thiago. Era la sentencia, aunque antes había habido otra vuelta de tuerca táctica de Guardiola. Descontento con su defensa en ese trecho, cuando Neuer sacó sendos remates a bocajarro de Mkitaryan y Reus, Pep retiró a Rafinha, trasladó a Lahm a su posición natural y adelantó a Martínez al medio. Van Buyten había ocupado el centro de la zaga.
Guardiola logró lo que pretendía: recomponer su zaga y sellar la victoria a la contra. El centro desde la línea de fondo de Lahm lo embocó raso Müller en un tunda exagerada que dejó la Liga encarrilada. Klopp, resignado, reconoció la capacidad transformadora del preparador catalán. Abrazado a sus colaboradores, Pep era absolutamente feliz: había dictado una exhibición táctica inolvidable.
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