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La clave es Fàbregas

Cesc, el máximo asistente del Barça, se adivina como la pieza fundamental sin Messi

Nadia Tronchoni
Messi y Cesc celebran un gol
Messi y Cesc celebran un golreuters

No quiere Tata Martino restar importancia a las bajas que afectan al Barcelona. “Nos falta el mejor delantero del mundo y el mejor portero del mundo”, defendió sin ambages el técnico argentino en referencia a las ausencias de Messi y Valdés —que no volverán hasta dentro de mes y medio—, además de las de Alves, Xavi, Alba o Tello. Pero tampoco pretende armarse de excusas: “No creo que por esto vayamos a ser más débiles”, argumentó. Y explicó que tiene alternativas suficientes como para ni siquiera alterar la tranquilidad del Camp Nou, que esta tarde recibirá al Granada (16.00, C+Liga y GolT). “Tendremos un equipo sin grandes innovaciones, en condiciones de hacer un gran partido y también de ganarlo”, declaró el entrenador para despejar cualquier incertidumbre.

Asume Martino que tiene problemas, pero no cree que el Barça deba justificar su rendimiento en los próximos encuentros por no poder contar con sus dos intocables. Es más, se exigió seguir mejorando el juego del equipo. Por todo ello, poder contar con jugadores como Cesc Fàbregas facilita las cosas. No hay futbolista más cómodo con los cambios instaurados por el nuevo entrenador azulgrana que el de Arenys de Mar, más amante del dinamismo de la liga inglesa en la que creció que de la pausa a la que le obligó el Barça a su regreso, hace dos temporadas.

Aunque el Tata se esfuerza por mantener la esencia y da sentido a su fútbol con la misma vocación ofensiva que tenía en años anteriores, el juego del equipo ha perdido continuidad. En cambio, tiene más pegada. Los azulgrana juegan por impulsos, son algo más directos y verticales. Y no hay nadie mejor que Cesc, que ejerció la capitanía del Arsenal a partir de esa intuición natural para probar su olfato goleador, para interpretar esa evolución.

El jugador ha ganado peso en el once en los últimos años —lleva 18 partidos jugados, 13 de titular; en el mismo periodo de tiempo jugó 11 en su primer año, con Guardiola, ocho de titular— y también confianza en un vestuario en el que hay pocos titulares indiscutibles —solo Messi y Valdés parecían designados a jugarlo todo—, ni siquiera lo es Xavi, de modo que su presencia se multiplica. Sobre todo por su polivalencia. “Es un futbolista tan completo que es capaz de habilitar, centrar, iniciar y golear”, le describía Martino semanas atrás. Cesc se descubre como la clave para descifrar el once del Barça en este mes y medio sin Messi, no solo porque se ha convertido (así lo dicen las alineaciones desde que empezó la temporada) en el sustituto natural de La Pulga, sino también porque hay pocos que ofrezcan tantas garantías como él para cubrir la ausencia de Xavi, que sigue siendo baja por una sobrecarga en los isquiotibiales.

Cesc, que suma cinco goles y ocho asistencias (el que más, junto a Neymar) desde el inicio de la temporada, ha ejercido de falso nueve en ausencia de Messi ya en cuatro ocasiones este curso: en Málaga, en Pamplona, contra el Celtic en la Champions, y contra el Betis. También jugó en punta, junto al argentino, en la visita del Madrid al Camp Nou. Su visión periférica le hace, al mismo tiempo, un suplente ideal de Xavi, no en vano ha jugado más como interior que como delantero, por mucho que sea antes un enganche que cualquier otra cosa.

“De las dos maneras estaría bien; me preguntan, pero saben que no voy a responder, les estaría diciendo el equipo”, espetó el técnico preguntado respecto a la posición del catalán en el partido de este sábado. “Puede jugar de interior izquierdo, por la derecha y de falso nueve; nos faltan Xavi y Messi, así que sus opciones estarían en ambos puestos”, se escabulló el de Rosario. Las bajas del equipo en todas las líneas obligarán a Martino a reestructurar el equipo entero.

Sea como fuere, la clave sigue siendo Fàbregas, el mismo que dijo que sabía que no figuraba “en el once titular del míster”, el mismo que hace ya tiempo asumió que pagaba un precio por su deseo de volver al Barça: “En el Arsenal me sentía súper importante, aquí tengo que asumir que en mi equipo juegan tres de los cinco mejores del mundo en mi posición”, decía hace un año. Es también el mismo Fàbregas que se sentía encorsetado por Guardiola, que limitaba sus movimientos. Con Martino está más liberado. Y ahora que sabe que va a jugar también más feliz.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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