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La vida tranquila de Diego López

El portero, que solo recibió tres tiros frente a la Real, confiesa que le resulta "cómodo" jugar en el Madrid y competir con Casillas

D. T.
Diego López y Griezmann, tras una acción del encuentro.
Diego López y Griezmann, tras una acción del encuentro.JAVIER GANDUL (AS)

Iker Casillas recibió ocho disparos entre los tres palos frente a la Juventus en Turín y le metieron dos goles (uno de penalti) en el 2-2 que clasificó virtualmente al Madrid para la siguiente ronda. Diego López solo recibió tres remates de la Real Sociedad en el Bernabéu y uno de ellos se convirtió en gol (cucharita de Griezmann). Casillas no lo tiene fácil para ajustar la mente y el cuerpo a las tensiones de la máxima exigencia porque compite una vez cada 15 días, o una vez al mes. Diego López se ejercita a fondo con regularidad porque su entrenador, Carlo Ancelotti, lo señaló como primer portero en el arranque de la temporada y esto supone disputar la Liga. Dice la versión oficial que esta decisión fue puramente técnica. Tan técnica que ni siquiera Ancelotti fue el principal impulsor sino un especialista, una suerte de nigromante de las porterías llamado Villiam Vecchi, que estaba jubilado en Italia cuando sonó el teléfono de su casa y le encomendaron la misión más extraña que podía imaginar. Consistía en hacerse cargo de la elección más traumática de la última década en el fútbol español: apostar por Diego López y sentar al mejor portero de la historia del país alegando razones de índole “técnica”.  

“La presión yo me la pongo a mí mismo. Yo soy el más autoexigente y más autocrítico de todos

Razones que hicieron que ayer Diego López jugara contra la Real, después de lo cual atendió a los medios de comunicación que se apiñaron a su alrededor para interrogarle sobre lo extravagante de su posición. ¿No es incómodo alternar porteros en la portería, un puesto tradicionalmente bendecido con la estabilidad? “Para mí jugar en el Madrid es muy cómodo y alentador”, dijo Diego López, cuya corrección política, su moderación gestual, y su frialdad en el campo merece admiración. “La rotación la marca el entrenador. Él decide y ya está. Nosotros lo intentamos hacer lo mejor posible cuando nos toca y él decide. ¡Ya está!”. 

Aparte del uso formal de un latiguillo (“ya está”) nada de lo que dice López resulta llamativo. Su tono es monocorde, lineal, y sus frases previsibles y tan certeras que se diría que ha nacido para ocupar un cargo de máxima responsabilidad institucional en la Administración. Tiene 32 años, igual que Casillas, y dice no sentirse perturbado por lo que el propio Ancelotti calificó de “anomalía deportiva” en una entrevista concedida en Italia. “A mí no me presiona la rotación”, dijo López al salir de la ducha. “La presión yo me la pongo a mí mismo. Yo soy el más autoexigente y más autocrítico de todos. Lo miro todo con lupa y en ese sentido creo que desde que he llegado aquí me he reencontrado a mí mismo. Nunca había sacado el potencial como hasta ahora. Para mí es seguir sumando y seguir jugando. Y ya está”. 

La decisión de alternar porteros en Liga y Champions es rara. Sobre todo, partiendo de Ancelotti, uno de los entrenadores más cachazudos de Europa, cuya trayectoria conservadora jamás se relacionó con la marginación de grandes capitanes ni nada parecido. Le preguntaron a López si Ancelotti había hablado con él acerca de esta alternancia en la portería y el portero replicó impasible. “Ancelotti dijo en rueda de prensa que eligió a Iker para la Champions y a mí para la Liga”, apuntó. “Esa es su idea. Yo me dedico a entrenar y ya está. Supongo que la decisión la toma él partido a partido. Yo estoy preparado para jugar todo. En Estambul tuve que entrar yo porque se lesionó Iker, y si en Liga me lesiono pues ahí estará Iker. Los cuatro porteros de la plantilla estamos entrenando a muerte por un puesto y nosotros tenemos que aguantar, ser honestos con el compañero y ya está”. 

Cierto programa nocturno de telerrealidad y deporte difundió el rumor de que entre López y Casillas existen diferencias personales. López desmintió este extremo. “Entre nosotros hay una relación cordial”, dijo. “Nos conocemos desde que éramos muy jóvenes los dos. Iker siempre ha tenido palabras de elogio hacia mí y yo hacia él lo mismo. ¡Y ya está! Es competencia, nada más. Lo demás lo sacáis los medios de comunicación. Nosotros nos dedicamos a entrenar y a dar lo máximo”. 

López se marchó encantado del Bernabéu y no fue para menos. Paró su primer balón transcurridos 32 minutos de partido y solo debió atajar otros dos en la hora que restó (uno fue adentro). “Ha sido un partido muy bueno", reflexionó, "sobre todo en la primera parte. Luego ellos se han venido arriba porque no tenían nada que perder. A nosotros nos ha faltado un poco más de intensidad en el medio campo porque ellos nos entraban y cogían la espalda de nuestra defensa. Pero hemos controlado el partido bastante bien”.

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Sobre la firma

D. T.
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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