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Nadal, en la tierra de los pistoleros

La pista ‘indoor’ de Londres premia la agresividad y castiga que la pelota del español tarde más en llegar a sus rivales: 0,65s, por los 0,61s de Djokovic y los 0,43s de Del Potro

J. J. M.
Nadal devuelve un golpe ante Wawrinka.
Nadal devuelve un golpe ante Wawrinka. Clive Brunskill (Getty )

Rafael Nadal pisa la tierra de los pistoleros. El número uno ganó este viernes 6-4, 1-6 y 6-3 al checo Tomas Berdych, que disparó dos dobles faltas en el juego decisivo (el 4-3 de la tercera manga), y así se citó para competir por el pase a la final con el ganador del Roger Federer-Juan Martín del Potro (15.00, C+ y Tdp), dos especialistas en su terreno menos querido. En Londres, Nadal busca la Copa de Maestros, el único gran trofeo que falta en un currículo estratosférico. Bajo el techo del 02 Arena, el mallorquín intenta adaptar su juego a las exigencias de una pista que dificulta su propuesta. Al aire libre, Nadal se impone en el 86% de los duelos. Bajo cubierto, en el 66%. Ninguna otra combinación (indoor y cemento) penaliza como esta una realidad matemática creada por su juego: la derecha del mallorquín tarda 65 centésimas de segundo desde que la pega hasta que llega a picar en el campo contrario, por los 0,61s que gasta la de Nole y los 0,43s que emplea la de Juan Martín Del Potro.

¿Por qué la derecha del argentino alcanza picos de 177 kilómetros por hora, cuando la del español se queda en 138?

“Su tiro corre menos, pero no es menos agresivo”, cuentan los estudiosos de la ITF

“Por sus palancas (el brazo de Del Potro es larguísimo) y por una técnica exquisita que le permite impactar la pelota, cuando es necesario, con muy poco efecto. Esto hace que a la velocidad de la pelota le sume un pique rapidísimo y bajo”, resume Marcelo Albamonte, que ha elaborado un estudio basado en el teorema de Pitágoras para medir la velocidad de las mejores derechas del circuito, y que está a cargo del área Universitarios de la Asociación Argentina de Tenis y colabora con la Federación Internacional de tenis (ITF, en sus siglas en inglés). “Lo que hace especial la derecha de Nadal sin duda es el efecto con el que carga la pelota, que a muchos jugadores les resulta una pesadilla. Y como consecuencia del efecto, los ángulos que consigue”.

De los datos se deduce que el golpe de Nadal es menos punzante que el de Nole o el de Delpo, porque su pelota, abierta en su afamada curva liftada, recorre 25 metros, por los 22 del serbio y los 21 del argentino. Es decir, como su tiro es menos plano, tarda más en llegar hasta su contrario, da más tiempo para prepararse a sus rivales, lleva, podría pensarse, menos veneno. Sin embargo, el propio Albamonte advierte de que su estudio no mide el daño que hace la pelota de Nadal cuando toca el suelo y se levanta como un dragón furioso, disparándose contra el hombro de sus contrarios y produciendo efectos destructivos (se mueve a una media de 3.300 revoluciones por minuto, más que nadie).

“Lo que indican esos datos”, resume Miguel Crespo, responsable de investigación para el desarrollo de la ITF; “es que su derecha corre menos, no que sea menos agresiva que las otras. El concepto de agresividad de un golpe incluye cosas como el peso de la pelota, que es una combinación de velocidad, altura y efecto. Y la de Rafa pesa mucho. Hace que sus contrarios jueguen en Móstoles... muy lejos de la línea”.

Lo que resume el estudio son los retos que afronta el español sobre la pista dura indoor de Londres, que favorece a los tenistas agresivos y castiga a los pacientes. Con una posición de pista ligeramente más retrasada que la de sus contrarios, que normalmente se asientan sobre la línea de fondo, y sin encontrar en la superficie un aliado que eleve la pelota, como le ocurre con la tierra batida, el español tiene que encontrar la derecha plana que le ha dado tantos éxitos para cerrar los debates más acalorados de 2013.

“La repetición te da automatismos y estos éxito”, dice el español sobre su adaptación

Ese ha sido un cambio técnico con efectos prácticos. Cuando Nadal llegó a Indian Wells, en marzo, no había celebrado un título en pista rápida desde el lejano 2010. Una vez que triunfó en el cemento californiano, volvió a levantar los brazos en Montreal, Cincinnati y el Abierto de Estados Unidos. Una gira sobre cemento inmaculada. Ahora, el número uno del mundo comprueba si su mayor decisión y agresividad a la hora de cerrar los peloteos, que equivale a limar los segundos de tránsito que le atribuye el estudio a su pelota, también le propulsan hasta el segundo título indoor de su carrera (tras Madrid 2005).

“La repetición te da automatismos y los automatismos te dan el éxito”, dijo Nadal sobre sus intentos de ser más agresivo en el 02. La sentencia llegó poco después de que cerrara su victoria ante Wawrinka, en su segundo partido del torneo, el que consideró como el primer paso para afinar las armas con las que intentará luchar por el título. En la tierra de los pistoleros, invicto tras tres partidos y con 600 puntos más en el casillero, el número uno quiere disparar primero.

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Sobre la firma

J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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