Nadal, de las dudas a la cumbre

“Creo que esto es algo especial. Demuestra que he amado este deporte, que he amado la competición y que durante toda mi carrera he luchado”. Rafael Nadal acaba de ganar 7-6 y 7-6 a Stan The Man Wawrinka, lo que le clasifica para semifinales de la Copa de Maestros y le asegura acabar 2013 como el número uno. Sus palabras describen lo que significa para el campeón de 13 grandes ser el tenista que más tiempo ha empleado en volver a cerrar un curso como el mejor del planeta (tres años, de 2010 a 2013). Ocupar por tercera vez el trono a final de temporada (2008, 2010 y 2013) le pone el sello a un viaje increíble, que acabará en noviembre con un mínimo de 10 títulos tras arrancar en febrero con los miedos y las dudas derivados de siete meses de baja por una lesión en la rodilla izquierda. Estas fueron las paradas fundamentales de una gran vuelta al tenis, según las elige Toni Nadal, tío y técnico del número uno.

El primer torneo. Viña del Mar: “Todo eran dudas”. “La situación era bastante complicada”, dice el entrenador. “No funcionaba prácticamente nada, ni la movilidad ni el juego. Se notaba la falta de competición, haber estado tanto tiempo parado. Todo eran dudas. No sabíamos hacia dónde íbamos. Llegó a la final más por errores de los rivales que por aciertos suyos. Fue mejor de lo que podíamos esperar: perdió, pero estuvo a punto de ganar”.

La esperanza de Acapulco: “Cuando gana a Ferrer, sabe que ya puede jugar con todos”. “Fue clave”, recuerda Toni sobre el triunfo en el torneo 500, el segundo que se apuntó Nadal tras su vuelta. “Le ganó a Almagro y a Ferrer. Jugó a un gran nivel. Le ganó a David, el cuatro del mundo, que venía en muy buena forma. Cuando le ganas a Ferrer sabes que puedes jugar con todos. Es top. Pero hasta entonces...”.

Primer título en cemento desde 2010, Indian Wells: “Vence a tres top-10 en rápida”. “Fue muy importante. Consiguió ganarle en la misma semana a tres top-10: Federer, Berdych y Del Potro. Jugó a un gran nivel en pista dura frente a rivales importantes. A partir de aquí ya supo que podía competir con todos, contra los mejores, en todas las superficies”, cuenta el entrenador. “Que después ganaría o no, que de movilidad no estaría moviéndose como hace cinco años, pero que sí estaba bien de juego. Al final lo que importa es el juego. El nivel es muy alto. Ahora consigue mandar más veces que el rival, lo que antes muchas veces no pasaba”, sigue. “Es como el ciego que oye mucho mejor. Todo el mundo se mueve por la necesidad. A partir de que sabe que tiene que correr menos, cambia: intenta rentabilizar sus movimientos, economizarlos, tocar la pelota más adelante, pegarle mejor”.

Cuando le ganas a Ferrer sabes que puedes jugar con todos. Es top. Pero hasta entonces...

Transición tierra-hierba-cemento: “A tope de cabeza”. “Hasta Roland Garros fue un máximo esfuerzo”, resume Toni sobre el tramo de 2013 que le vio perder por primera vez en nueve años en Montecarlo (contra Djokovic) y ganar Barcelona, Roma, Madrid y París. “Rafael sabe que tiene que ir a tope de cabeza para mantenerse ahí. La gira de tierra es la más delicada para nosotros, porque defendemos muchas expectativas. A partir de Roland Garros, algo de relax, de respirar. ‘Me ha ido todo increíble’, te dices. En Wimbledon ni conseguimos ni podemos jugar bien”, añade sobre el único borrón del curso, ceder a la primera en Londres (frente a Darcis), con un Nadal desconfiado en los apoyos. “Es una pista demasiado complicada para nosotros en esos momentos [por los problemas en la rodilla]. Viene un parón… y cuando vuelves a partir sales con dudas. Fue a Montreal sin saber exactamente con qué se iba a encontrar. Con dudas. No es como ir a la tierra, que más o menos tienes controlado los tiempos. Y consigue jugar otra vez muy bien. Su mejor temporada de cemento de esa parte del año”. Nadal ganó dos Masters 1000 y el Abierto de Estados Unidos.

La Copa de Maestros, único grande que le falta: "Ojalá…". “El año ya es increíble”, fotografía el técnico que más grandes ha ganado en la historia (13). “Hace ilusión terminar como número uno. Como colofón es muy bueno, la guinda al pastel. Ojalá pudiéramos ganar un año este torneo. Es la superficie que más le cuesta, aquí se juega más tipo pimpón, la táctica influye menos, no se ajusta muy bien a nuestro tipo de juego... pero está bien”.